La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha ratificado en un acto de Unidas Podemos celebrado la mañana del 4 de febrero en Murcia que está «dispuesta a ceder» y «reformar la ley del sólo sí es sí y subir algunas de las penas» con la condición de que «no se cambie el modelo» y el consentimiento siga siendo el eje central de la ley y no «la intimidación a la violencia». Asimismo, ha alegado de manera rotunda que «el consentimiento ha llegado para quedarse».
Por otra parte, la ministra ha vuelto a acusar a los jueces de «aplicar mal· una ley «buena» que «responde al grito del movimiento feminista», tal y como ha afirmado el diario El Mundo. También ha asegurado estar decidida a «defender las virtudes de la norma frente a las feroces resistencias» que se oponen a la misma.
Aun así, ha admitido que por el momento aún no tienen acuerdo con el PSOE, a propósito de los cambios que deben introducirse en la norma, como y dijo en su entrevista para Telecinco. Ha reconocido estar lista para ello por hacerse «cargo del dolor, del sufrimiento, de la preocupación de las víctimas y de quienes las acompañan, de sus abogadas, de sus familiares y también de la preocupación social», pese a que no hay un acuerdo con el PSOE para esa reforma, con el que la parte morada del Gobierno de coalición tiene «una discrepancia fuerte» sobre ella.
«Nunca he estado más dispuesta a llegar a un acuerdo -ha afirmado- porque sé que la ley está bien hecha, entre otras cosas, porque la hicimos mano a mano con el ministerio competente para las reformas penales, el de Justicia de Juan Carlos Campo, con un equipo excelente, y sé que es una ofensiva de sectores reaccionarios, como la de 2004″ contra la ley integral contra la violencia machista aprobada por el Gobierno presidido por José Luis Rodríguez Zapatero.