La izquierda no logra boicotear el acto de Ayuso en la Complutense, pese a al enfrentamiento entre seguidores y detractores de la presidenta

El llamamiento de los sindicatos a movilizarse a las puertas de Ciencias de la Información fracasa, entre un fuerte dispositivo de seguridad

La avenida Complutense amaneció, este martes, con una gran presencia policial. Furgones de la Unidad de Intervención Policial (UIP) tomaron posición en los laterales de la calzada y alrededor de la Facultad de Ciencias de la Información, mientras decenas de alumnos hacían cola a las puertas del centro, mostrando un carné que les permitiese pasar al interior. El reloj aún no marcaba las diez de la mañana y los agentes se fueron desplegando hacia las inmediaciones del Metro de Ciudad Universitaria, estableciendo varios filtros de seguridad para que nada fallase.

Allí, la presidenta de la Comunidad de Madrid iba a ser nombrada –una hora más tarde– alumna ilustre de la Universidad Complutense de Madrid, pero los sindicatos llevaban días llamando al boicot del acto. No lo consiguieron: en el exterior, la concentración fue un fracaso. Pero la sorpresa esperaba a Isabel Díaz Ayuso a la salida del evento, con enfrentamientos verbales y tensión entre sus partidarios y detractores.

«La vuelta que hay que dar. Si lo sé me quedo en casa», criticó Marta, una joven estudiante de Derecho que se dirigía desde la boca de Metro hasta la biblioteca María Zambrano para prepararse los últimos exámenes. El gran despliegue policial chocó con el día a día del campus de Moncloa, que era un ir y venir de alumnos y confusión. «¿Qué pasa hoy?», preguntaron un par de despistados.

En la plaza de Ramón y Cajal se concentraron –sin haberlo comunicado a Delegación del Gobierno– los sindicatos bajo el lema ‘No en nuestro nombre. Ayuso persona non grata. ¡Viva la lucha de las sanitarias!’. La Policía les impidió avanzar hacia Ciencias de la Información. «La universidad está totalmente tomada», criticó Coral Latorre, secretaria general del Sindicato de Estudiantes, una de las plataformas convocantes. «Parece otra época, cuando simplemente lo que queríamos decir es que no estamos de acuerdo con este nombramiento», añadió la representante, rodeada de un centenar de ‘manifestantes’, mientras por los megáfonos gritaban «Ayuso de ilustre no tiene nada», «Ayuso, pepera, los ilustres están fuera», «recortar en sanidad es un acto criminal» e incluso «Ayuso, asesina» por su gestión de las residencias durante la pandemia.

A pocos metros, dentro del salón de actos de Ciencias de la Información, Ayuso ya había tomado asiento y daba comienzo el acto de reconocimiento. El dispositivo policial y la poca acogida que tuvo el llamamiento de las agrupaciones no consiguieron reventarlo. Eso sí, el primer –y único– discurso contra la presidenta no se hizo esperar. Fue la alumna con la mejor nota de la facultad la que se atrevió a criticarla desde el escenario en el que ambas eran distinguidas.

Elisa Lozano, estudiante de Comunicación Audiovisual, repitió las consignas de sus compañeros. «Ayuso, pepera, los ilustres están fuera», dijo directamente a la líder regional y lamentó «que se le dé más nombre a Ayuso que a los que están fuera y a los profesores que están en clase con nosotros», cuando a su juicio la presidenta regional «no está haciendo nada« por ellos. En el público se recibían sus críticas con división de opiniones: unos las aplaudían y otros las abucheaban o reían al escucharla.

El acto continuó sin sobresaltos con la entrega de los reconocimientos a los alumnos ilustres y premios extraordinarios de grado y doctorado. Fuera, la protesta ya había concluido. Los micrófonos y altavoces se apagaron casi de la misma forma en la que se encendieron: sin que nadie en Ciencias de la Información fuese consciente de su presencia.

La cita llegaba a su fin, pero todavía faltaba Ayuso por tomar la palabra. Lo hizo agradeciendo el reconocimiento, recordando sus años en aquella facultad y hechos como que «aquí tocó Texas», pero después se puso seria para lamentar que otros premiados y sus familias «se vean en una situación de tanta tirantez». Recordó que «todos tenemos la obligación y la responsabilidad de defender la convivencia en la universidad presencial más grande de España». El rector de la misma, Joaquín Goyache, aseguraba que la Complutense era una universidad con «perfiles diferentes, todos necesarios y enriquecedores».

Surgieron los pocos momentos de tensión de la jornada, entre detractores y partidarios de Ayuso, liderados por el presidente de Nuevas Generaciones de Madrid, Ignacio Dancausa. Comenzaron los gritos en el vestíbulo de la facultad. «Libertad», gritaron unos. «Fuera, fascistas, de la universidad», contestaron los otros. «Los fascistas sois vosotros», respondieron los primeros, convirtiendo el ‘hall’ de Ciencias de la Información en una suerte de batalla de cánticos, pero sin rima.

En ese momento, Isabel Díaz Ayuso abandonó el salón de actos. Lo hizo rodeada por sus escoltas y gente de su equipo, y entre gritos de «mayoría absoluta», sin sufrir ningún inconveniente y yendo directamente a su coche oficial. En Ciencias de la Información se quedaron sus afines y sus opositores, que obligaron a la Policía a tomar posiciones para evitar empujones entre ellos. «Fuera Policía de la universidad», gritaron entonces los estudiantes que antes dirigían sus versos hacia la presidenta. «O se calman o aquí no se va nadie», se vio obligado a decir uno de los agentes.

Poco a poco, los críticos fueron apagando sus voces, siendo conscientes de que su objetivo no había llegado a buen puerto, y la concentración no fue a más. Ayuso salió con su nuevo ‘diploma’ bajo el brazo y ellos –que no llegaban al centenar– se quedaron solos a las puertas de Ciencias de la Información.