El PP ganaría las elecciones municipales por cinco puntos al PSOE

Dentro de exactamente un año España estará en disposición de votar en las elecciones generales. Entre el último fin de semana de noviembre y los primeros de diciembre del próximo año, los españoles tendrán que emitir su dictamen sobre una de las legislaturas más excepcionales de la democracia. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchezdeterminará el momento exacto pero desde la convicción de apurar su mandato hasta el final. Pero este año electoral los comicios generales, por muy cerca que parezcan, son todavía un destino lejano. Todo puede cambiar antes. Y una fecha está marcada en rojo en el calendario: 28 de mayo. Ese domingo se celebrarán las elecciones municipales en toda España y autonómicas en varias regiones.

Según el sondeo de GAD3 para ABC, el PP estaría en condiciones de ganar las elecciones municipales al PSOE. Los populares serían la primera fuerza en el conjunto del país con un 32,8 por ciento de los votos. Por delante del PSOE, que quedaría en un 27,7 por ciento. Los socialistas no se hunden, aunque sí retroceden, respecto a 2019 cuando ganaron las municipales con un 29,4 por ciento de sufragios.

El cambio drástico se produce por la fuerte subida del PP desde el 23,1 por ciento. Su fuerte ascenso se explica por el desplome de Ciudadanos del 9,2 por ciento al 1,1 por ciento. La distancia con el tercer partido se amplía. Posición que ahora ocuparía Vox. Pasando del 3,7 por ciento al 5,8 por ciento en el conjunto del país. Muy cerca se situaría Unidas Podemos y sus candidaturas asociadas que lograrían un 5,3 por ciento, pero en su caso cayendo desde el 7,3 por ciento.

Por bloques, la izquierda obtuvo un 40,5 por ciento del voto municipal en 2019. Incluyendo aquí al PSOE, Podemos y candidaturas asociadas y otras fuerzas como Más Madrid y Compromís. Ese dato bajaría ahora al 35,9 por ciento. En la derecha, PP, Cs y Vox sumaban en 2019 un 36 por ciento que ahora pasaría a un 39,7 por ciento.

El voto global municipal sintió la irrupción de Podemos, Ciudadanos y luego Vox en la política española. Si en ocasiones anteriores la suma de los dos principales partidos llegó a rozar el 70 por ciento del voto, en 2015 y 2019 se quedó en el entorno del 52 por ciento. El sondeo de GAD3 sitúa el nivel previsto de ambos partidos para el próximo mayo en un 60,5 por ciento.

La apuesta de Feijóo

Esta semana en el cara a cara en el Senado, Alberto Núñez Feijóo rechazó presentar una moción de censura. Y aseveró que ese efecto destituyente lo provocarán «los españoles el próximo 28 de mayo» con su voto «en miles de urnas en todos los ayuntamientos de España». En el PSOE creen que con ese planteamiento Feijóo se ha atado «una soga al cuello» porque si no logra imponerse en mayo quedaría muy debilitado para las generales. La apuesta del presidente del PP no está exenta de riesgos. Pero lo cierto es que este sondeo ratifica que parte con ventaja. En los tres primeros comicios municipales de la democracia (1983, 1987 y 1991) ganó cómodamente el PSOE. Los vientos de cola de Felipe González primero y una derecha en el diván así lo materializaron. Con la derecha ya reunificada y renovada, y un año antes de que José María Aznar llegara a La Moncloa, el PP se anotó su primera gran victoria en municipales sobre el PSOE.

Desde entonces el global del voto municipal se ha inclinado más hacia el lado del PP. Menos en dos ocasiones. En 2003 cuando los socialistas se impusieron por un margen estrecho de medio punto. Y por supuesto en el precedente de 2019. Hace casi cuatro años el PP sufrió intensamente el efecto de la división electoral. El PSOE, por contra, se recuperaba después de que en 2015 las candidaturas municipalistas asociadas al mejor momento de Podemos golpeasen con mucha fuerza en su base electoral.

En el imaginario del Partido Popular la cita de mayo recuerda al mismo mes de 2011. La última vez que las elecciones locales coincidieron con las generales, que entonces también fueron a final de año, por adelanto electoral de José Luis Rodríguez Zapatero. En aquella ocasión el PP ganó las municipales sobre el PSOE por diez puntos de ventaja (37,54 por ciento frente al 27,79 por ciento). El sondeo de GAD3 para ABC proyecta para el próximo mes de mayo al PSOE en un resultado muy similar a entonces. Pero el PP todavía está lejos de la cifra de aquel año.

Incógnita automática

Ambas formaciones, por tanto, coinciden: ese día habrá que mirar el voto global en las elecciones municipales en toda España para determinar quién es el vencedor. Sin duda será el termómetro más real. Porque las autonómicas no son en todo el país. Y porque tanto PSOE como PP saben que la lectura del resultado en las urnas autonómicas puede ser una moneda al aire.

En ese trance, el PSOE se juega sus nueve gobiernos autonómicos (Asturias, Navarra, La Rioja, Aragón, Baleares, Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Extremadura y Canarias). Tiene mucho que perder y poco que ganar. Porque con Andalucía, Galicia y Castilla y León (salvo sorpresa en este caso) fuera del calendario general, el PP solo pone en juego la Comunidad de Madrid y la Región de Murcia.

El colapso de Ciudadanos puede convertir al PP en primera fuerza en muchas regiones. Eso lo saben en el PSOE. Pero otra cosa bien distinta será sumar mayorías. El PP solo dispondrá del recurso de Vox. Mientras que el PSOE tendrá siempre a su disposición un ramillete amplio de fuerzas regionales. Feijóo, que guarda buena relación y respeto por muchos de los barones socialistas, sabe que ese diagnóstico que ellos hacen de que en sus feudos la marca del mandatario autonómico es la clave no es errado. Y el PP acudirá a esas citas con muchos candidatos que debutan en esa tarea. Así las cosas, si el PSOE logra retener su poder autonómico, o casi todo, sin duda lo presentará como una victoria. Mientras que el PP tendría que cobrarse piezas jugosas como la Comunidad Valenciana (es la gran batalla de mayo) o Aragón para poder hacerlo. Pero ambos saben que en el trance autonómico un escaño puede cambiarlo todo.