La Fed sube los tipos de interés 0,75 puntos hasta rozar el 4% en el sexto incremento este año

La Reserva Federal de Estados Unidos sigue firme en su empeño de frenar una inflación sin precedentes desde la década de los 80. Como estaba previsto, el presidente de la Fed, Jerome Powell, confirmó este miércoles una subida de 0,75 puntos en los tipos de interés, la sexta consecutiva en lo que va de año. El anuncio deja el precio oficial del dinero entre el 3,75 y el 4%, su nivel más elevado desde 2008, prologando la racha más agresiva del banco central estadounidense en 40 años, cuando Paul Volcker estaba al frente de la institución.

Eso sí, Powell abrió la puerta a una ralentización en la subida de tipos de cara a su próxima reunión en diciembre. En el parqué neoyorquino se ha especulado durante semanas con la posibilidad de un alza de medio punto, lo que supondría el comienzo de un cambio de tendencia que alivie la presión sobre préstamos hipotecarios, tarjetas de crédito y el precio del dinero en general.

«El Comité anticipa que los incrementos dentro de un rango serán apropiados de cara a una política monetaria que sea lo suficientemente restrictiva para devolver la inflación al 2% con el tiempo», señaló la Fed en un comunicado, asegurando que tendrán en cuenta «el endurecimiento acumulativo de la política monetaria», y los efectos de la «política monetaria sobre la actividad económica, la inflación, y los desarrollos económicos y financieros».

Lo que los mercados consideran como la cuarta subida «agresiva» de tipos en lo que va de año -de 0,75 puntos- se produce en medio de un robusto mercado laboral. Lejos de enfriarse como parece que busca la Fed, de momento no hay señales claras de una desaceleración que pongan freno al ritmo de consumo en EEUU y a los niveles de inflación con ello.

De acuerdo a la firma ADP, las empresas añadieron 239.000 empleados a la nómina en todo el país en octubre, por encima de los 195.000 que esperaban los analistas en Wall Street. El sector servicios, especialmente el hostelero, fue el que creció con más fuerza, dando trabajo a 210.000 personas y con una subida salarial del 11,2%.

De momento, la agresiva y contundente acción de la Fed no está teniendo el efecto esperado. El dato de inflación de septiembre volvió a decepcionar, situándose en el 8,2% y tan solo un 0,1% menos con respecto al IPC de agosto. Los precios de la comida y las medicinas siguen disparados en la primera potencia mundial.

El efecto también se está sintiendo con fuerza en el mercado de la vivienda. El 7% de media por una hipoteca a 30 años -la fórmula más popular entre los estadounidenses a la hora de encarar la compra de una casa- no solo está ralentizando la demanda sino que ha hecho caer el precio de las propiedades en ciudades de costa a costa del país. Pedir dinero prestado en EEUU cuesta más del doble que hace un año.

Baste el dato de Wells Fargo, el tercer banco por tamaño del país. La corporación contaba con 18.000 préstamos en proceso de aprobación en las primeras semanas del cuarto trimestre, de acuerdo a datos citados por CNBC, un descenso del 90% con respecto al año pasado, cuando la pandemia alimentó aún más un boom inmobiliario. Entonces se pagaban 100.000 dólares o más por encima del precio inicial de venta por muchas casas. Hoy el frenazo parece evidente.

«Esperamos que el panorama siga siendo desafiante a corto plazo», indicaba el director financiero de Wells Fargo, Mike Santomassimo, a analistas el pasado 14 de octubre. «Es posible que tengamos una mayor disminución en los ingresos bancarios hipotecarios en el cuarto trimestre cuando las constituciones son estacionalmente más lentas».

El panorama de incertidumbre reinante podría alterar también el patrón de consumo de cara a las compras navideñas. Según un informe de IBM, se espera que este año empiecen antes que de costumbre, con un 58% de los encuestados planeando resolver sus encargos en los primeros días de noviembre y antes del día que tradicionalmente marca el inicio del frenesí consumista: el Black Friday.

El miedo a que la temida recesión descargue antes de tiempo ha llevado a muchos a gastar ahora para poder tener unas fiestas a la altura de sus expectativas. Las predicciones hablan de un incremento de entre el 4% y el 6% frente al salto del 15% de 2020, de acuerdo a datos de Deloitte. Un 75% de los estadounidenses dice que, pese a la inflación, gastarán lo mismo o un poco más que el año pasado, aunque comprando menos cosas.

Si la Fed continúa con su firme política fiscal, un frenazo brusco de la economía parece inevitable, según el sentir general de los economistas. Promete ser un invierno complicado.