Mañana se cumple el día internacional contra la explotación laboral en todo el mundo y UGT ha aprovechado esa conmemoración para presentar un informe sobre cómo la pandemia ha agudizado las malas condiciones laborales en que tienen que realizar sus trabajo muchas mujeres inmigrantes. Frente a las 41 víctimas que su informe recogía el año pasado en Aragón, este año han detectado 62, un 40% más.
El propio coordinador del estudio, Antonio Ranera, de UGT, ha reconocido que estos casos que llegan a los tribunales son solo la punta del iceberg ya que hay muchas más mujeres que no se atreven a denunciar por riesgo a ser repatriadas y que sufren jornadas de 24 horas estando internas en hogares del medio rural, sin derecho a festivos ni fines de semana por salarios que no alcanzan ni el mínimo interprofesional.
«Muchos inmigrantes de salario neto en Aragón cobran 6.000 euros frente a los 13.500 euros que cobran los nacionales. El 59% de las personas migrantes en España viven bajo el umbral de la pobreza«, ha dicho Ranera, denunciando «la cronificación· de este problema de explotación laboral y esta «persistente» aumentada por la pandemia, la mayor desigualdad y el mayor riesgo de exclusión social para un 20% de la población aragonesa.
Ranera ha achacado este aumento en la explotación laboral, sobre todo en lo que a empleo doméstico se refiere, a los escasos recursos públicos que se destinan a la atención a dependientes de larga duración y a lo que hacen algunos empleadores o familias de tratar e cubrir estas «lagunas» con empleo sumergido y sin derechos . «España dedica un 0,7% el PIB a los cuidados mientras Francia dedica el 1,5% y países como Suecia o Dinamarca el 3,5% del PIB», ha criticado Ranera, haciendo hincapié en que nuestro país es el cuarto de la UE que más emplea a inmigrantes en empleo doméstico y que al contrario de lo que pudiera parecer son las economías de ingresos medios o medios altos las que más emplean de forma irregular a estos trabajadores, «.de los que más de la mitad son mujeres».
