Pere Aragonès, presidente de la Generalitat de Cataluña y líder de ERC, socio preferente del Gobierno de España, ha señalado hoy, Día de la Constitución, que el independentismo no está por la labor de reformar la Carta Magna y sí por una «Constitución catalana», que culmine el proceso de independencia iniciado hace unos años desde la propia administración autonómica.
El presidente de la Generalitat, desde la Bisbal del Ampurdán (Gerona), ha indicado que «el Govern no quiere ninguna reforma de la Constitución española, lo que quiere es una Constitución catalana y culminar con éxito el proceso de independencia», que debe estar precedido por otro referéndum. De esta manera, el nacionalismo catalán se situaría al margen de cualquier reforma constitucional.
En esta línea, Aragonès ha dicho, en declaraciones a los medios recogidas por Ep y un comunicado oficial, que la Constitución está «obsoleta», «no representa los anhelos de la ciudadanía de Cataluña» y «es incompatible con la voluntad de futuro del pueblo catalán».
Para el presidente regional, la Carta Magna «reafirma nuestra posición independentista».
Como cada año por estas fechas, las voces de reforma constitucional vuelven a la actualidad. Pero la falta de consenso mínimo para iniciar un proceso de reforma de la Carta Magna hace que a los pocos días, esta pretensión caiga en saco roto. Además, los socios del PSOE -partido que aboga con más ímpetu por una reforma-, como ERC, no parece que quieran caminar juntos este camino.
Así, el nacionalismo sigue apostando por la ruptura de España y, por lo tanto, del marco constitucional. Para conseguir su objetivo, Aragonès ha añadido este lunes que está trabajando para reforzar «las mayorías internas en Cataluña» y para reforzar «lo que han de ser los mecanismos de negociación (con el Gobierno) para que un referéndum sea reconocido a nivel internacional».
