Felipe VI ensalza a Merkel como «precursora» de las «soluciones constructivas»

Felipe VI ha destacado hoy en el Monasterio de Yuste (Cáceres), antes de entregar a Angela Merkel el Premio Europeo Carlos V, el papel de la canciller de Alemania para mantener la cohesión de la Unión Europea en momentos difíciles: «Pocas personas representan mejor el espíritu de la mejor Europa unida», destacó de ella el Rey, quien a la vez subrayó su «liderazgo tan personal que pasará a la historia con mayúsculas».

En este sentido, ha destacado su «pragmatismo y fiabilidad» que han sido «símbolo de solidez en Europa y en el mundo», además de su «espíritu científico, su aguda capacidad analítica, su coherencia y su capacidad de compromiso alejada de protagonismos y de los extremos le han permitido alcanzar consensos y encontrar soluciones equilibradas», que le han dotado de «un gran respeto y autoridad política». Un galardón que supone -en palabras de Felipe VI- un «reconocimiento a una precursora», para quien «aspiró desde sus inicios en la política a hacer cambios de gran profundidad, a quien no adoptó posiciones conformistas, a quien buscó siempre soluciones constructivas, a quien ha dejado, sin duda alguna, un importante legado europeo». En este sentido, ha señalado que si hoy «hubiese que hablar de una doctrina Merkel, estas serían sólo algunas de sus señas de identidad».

La canciller ha reivindicado «más soberanía e independencia para Europa» ante los cambios geoestratégicos que se están produciendo en el orden mundial «con el ascenso, desde el punto de vista político, económico y militar de China«. De ahí que haya reclamado «una Europa soberana, innovadora y capaz de actuar para hacer valer nuestros valores en el mundo»

Quince años después de que su compatriota Helmut Kohl también recibiera este prestigioso galardón -en un acto donde también ha asistido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez-, Merkel ha incidido en que «nuestro papel en el mundo está cambiando», por lo que ha especificado hasta en dos ocasiones que «sólo una Europa unida es una Europa fuerte» dentro un discurso de marcado carácter reivindicativo de los valores europeos de democracia, libertad, solidaridad y «orden liberal», pero también con un profundo acento verde: «Economía y ecología deben de ir de la mano», ha asegurado al citar cómo deben de aplicarse los planes de recuperación que la Unión Europa ha puesto en marcha para aliviar los efectos económicos de la pandemia tras haberse conseguido «vacunas eficaces y adquisiciones comunes».

La canciller ha pedido estar más «unidos hacia dentro para ser más fuertes hacia fuera» porque Europa «parece sufrir por su propio éxito, un éxito de paz y libertad pero que no están garantizadas» por lo que hay que «protegerlas» ante los ataques y agresiones -en referencia, sobre todo, a los ataques terroristas- de «todos aquellos que presentan un actitud hostil» hacia el continente europeo: «Debemos diseñar la globalización según nuestros valores e intereses», ha remarcado con el fin de «mejorar nuestra coordinación porque una Europa más independiente no significa más aislada». Y ha agregado: «Europa es una suerte para todos nosotros, pero debemos preservar todos los días» para su continuidad.

De forma paralela, Merkel ha afirmado que Europa debe de caminar hasta la «neutralidad climática» y ha criticado que muchas veces se hable más de los costes que conlleva emprender un programa de «descarbonización» que lo que supondrían los efectos negativos del mismo, poniendo para ello como ejemplo unas recientes inundaciones ocurridas en Alemania. Además, ha alertado sobre las oportunidades que ofrece la nueva era de la digitalización, la inteligencia artificial, por lo que, en este sentido, también ha pedido una «mayor soberanía digital de Europa» porque así el resto de socios económicos valorarán mejor al viejo continente, siempre teniendo en cuenta el «uso responsable de las posibilidades que ofrece y fijar unos límites que pasan por los motivos éticos» que deben prevalecer en el mundo digital para seguir situando al ser humano «en el centro». Así, también ha pedido unas medidas comunes dentro de Europa para resolver el problema de las migraciones «por el bien de las personas que buscan refugio como por el bien de Europa».

Angela Merkel – tercera mujer- tras Simone Veil (2008) y Sofía Corradi (2016)- en recibir el Premio Carlos V en las catorce ediciones celebradas- ha confesado que obtener este reconocimiento «es un gran honor y algo muy especial para mí» para recordar sus orígenes como «hija de un pastor evangélico» durante el pasaje donde ha reivindicado la figura del emperador Carlos V, que pasó la última etapa de su vida en este monasterio hasta su fallecimiento, donde soñó entonces con una Europa unida.

El premio, instituido por Fundación Academia Europea e Iberoamericana de Yuste (FAEY), ha reconocido la larga trayectoria de Angela Merkel «al servicio de Europa, habiendo sido una firme defensora del proceso de integración europea y del importante papel estratégico de Europa en el concierto internacional».

A la ceremonia de entrega han asistido también el presidente del PP, Pablo Casado; el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y los galardonados con el Premio Europeo Carlos V en anteriores ediciones como Felipe González, Javier Solana y Marcelino Oreja, entre otros. En su alocución, Fernández Vara ha destacado el papel de impulso que ha representado de una Unión Europa «diversa pero que ha sabido unirse y tener voz propia» aunque a la par ha pedido que recupere «su soberanía, también industrial y geopolítica» ante el nuevo orden estructural del mundo. Además, ha destacado referentes alemanes que apostaron por Extremadura, como el artística Wolf Vostell y su museo de Los Barruecos o Helga de Alvear con el suyo establecido en Cáceres más recientemente.

Muy cerca del Monasterio de Yuste se encuentra el cementerio alemán de Cuacos de Yuste, donde están enterrados unos 180 solados, único camposanto de España de estas características al estar enterrados soldados, aviadores y marinos alemanes de la Primera y Segunda Guerra Mundial que llegaron a territorio español debido a naufragios o al derribo de sus aviones.

Antes de la ceremonia, y a su llegada al Monasterio, Merkel, visiblemente, acompañada por Pedro Sánchez, se acercó primero a saludar a los niños del colegio Cuacos de Yuste para saludarlos, que estaban ubicados en la entrada y que portaban banderas de España y Portugal.