Los Verdes y los liberales serán la clave para formar gobierno en Alemania

La era post Merkel se empezó a dibujar ayer con la derrota de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), la resurrección de su socio de coalición pero contrincante ideológico, el Partido Socialdemócrata (SPD) pero, sobre todo, con una cuestión crucial: saber quién será el próximo canciller federal y con qué alianza gobernará en el futuro- El escrutinio arroja un mar de interrogantes y un póker de poder entre sus dos candidatos que hará de las próximas conversaciones una contienda si cabe más cruda que la pasada campaña política. El candidato socialdemócrata a la Cancillería, Olaf Scholz, obtuvo el 25,7% de los votos, solo un punto por debajo de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y su partido hermano, la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), que se quedaron en el 24,1%. Un empate casi técnico que sin embargo arroja el peor resultado de su historia para los conservadores que no solo quedan en segunda posición, sino que pierden 8,5 puntos con respecto a las elecciones de 2017. En tercer lugar quedaron Los Verdes, con el 14,8% de las papeletas. Más atrás, con el 11,5%, se ubican los liberales del FDP, tras ellos la ultraderecha de Alternativa para Alemania (AfD) con el 10,5%, y La Izquierda se quedaría fuera del Parlamento al no conseguir el 5%, justo el mínimo legal para obtener representación parlamentaria. Con estos números, ningún partido está en condiciones de formar gobierno por su cuenta, lo que hace necesario esperar negociaciones para determinar quién finalmente será la persona que sucederá a Angela Merkel en la cancillería.

A pesar de estar casi a la par con el 25% de los votos, los resultados se recibieron de forma muy distinta en las diferentes sedes políticas de las dos principales formaciones políticas. En la “Konrad-Adenauer-Haus”, sede de la CDU, su candidato y delfín de la canciller Armin Laschet no ocultó su decepción. “No podemos estar satisfechos con el resultado”, aseguró. Sin embargo, añadió que hará todo lo posible para formar un gobierno federal bajo su liderazgo. El secretario de la formación conservadora, Paul Ziemiak, fue algo más escéptico y en declaraciones a la televisión pública ARD, admitió que las “amargas pérdidas” no deberían pasarse por alto y se tendrán que afrontar las consecuencias. En la misma línea que Laschet, y teniendo en cuenta las cifras de los resultados, Ziemiak se atrevió incluso a pronosticar una posible coalición entre la CDU, Los Verdes y los liberales. Según analistas consultados por la revista “Der Spiegel”, la derrota de la CDU es, en gran parte, la debacle de Armin Laschet, quien no pudo demostrar su idoneidad para canciller durante la campaña electoral; lo que no evita que su figura y la de los partidos de la Unión tengan un importante rol para formar un futuro ejecutivo.

No muy lejos de allí, en el edificio Willy Brandt -sede del SPD-, los resultados fueron recibidos con vítores. Una efusividad compartida por Scholz que, en su comparecencia tras conocer los primeros datos, calificó el resultado de su partido como un gran éxito. “Muchos ciudadanos votaron por el SPD porque quieren un cambio de gobierno y porque quieren que el próximo canciller sea Olaf Scholz”, dijo. “El SPD ha vuelto”, aseguró el secretario general de la formación, Lars Klingbeil. El candidato socialdemócrata fue la sorpresa de los comicios teniendo en cuenta que, hace solo unos meses, el partido rondaba un modesto 15% en las encuestas.

Por su parte, la candidata de Los Verdes Annalena Baerbock admitió errores en su primera alocución. “Queríamos más pero no lo hemos logrado”, admitió. No obstante, el partido ecologista gana casi cinco puntos, en comparación con 2017. Un ascenso que se siente como una derrota después de liderar, a principios de verano, la mayoría de las encuestas. La líder del grupo parlamentario verde Katrin Göring-Eckardt expresó su satisfacción con el desempeño de su partido. “Estamos muy contentos por ello -manifestó en el estudio electoral de ARD-, y estamos seguros que nuestro papel será fundamental en las negociaciones, en las que esperamos entrar para asegurar que se combine de una forma real la protección del clima con la justicia”. Unas palabras en las que sin embargo, no aludió a ninguna posible coalición. El presidente del FDP, Christian Lindner, no pudo ocultar su satisfacción y con el 11,7% de las papeletas declaró que “el centro político se ha fortalecido y los márgenes se han hecho más débiles. El vicepresidente federal del FDP, Wolfgang Kubicki, transmitió la alegría reinante en la sede de la formación y, en una declaración a los medios, enfatizó que quieren participar en la formación del gobierno. “Estamos listos para las conversaciones”.

La preferencia por una alianza “Jamaica” es obvia, pero el partido también está abierto a otras constelaciones. Tanto la formación ecologista como los liberales están juntos en una posición central de poder. Como se dice en Alemania, son los “canciller-hacedores”. Solo ellos: el centro neo burgués verde y la formación amarilla tienen la llave de la próxima composición del Bundestag. Para ambos, las preferencias son muy claras: Los Verdes rechazan una coalición con los conservadores y los liberales, mientras que los partidarios del FDP no quieren tratos con la socialdemocracia y los ecologistas.Sensación neutra para los ultraderechistas de AfD. Su máxima candidata, Alice Weidel, tradujo los resultados como una manutención de su poder. “A pesar de todas las profecías de fatalidad logramos un sólido resultado”, aseguró y acusó a los medios de comunicación de influir en la campaña electoral. Por último, debacle de la izquierda de Die Linke que con el 5% de los votos se queda en el mínimo para entrar en el Parlamento alemán. Su candidata, Dietmar Bartsch, aseguró sentirse decepcionada y en la necesidad de sacar conclusiones. Los problemas en el partido no surgieron durante la campaña electoral, sino en los últimos años. Con todo, confían en formar parte de las conversaciones de coalición.