Drama hasta el final de la Liga

La Liga se decidirá en la última jornada, pero solo tendrá ya dos aspirantes. Se cayó el Barcelona en este penúltimo capítulo del campeonato tras perder con el Celta y se mantuvo en lo más alto el Atlético, que sigue viendo al Real Madrid a su estela. No fallaron los dos equipos madrileños, que superaron sus duelos ante el Osasuna y el Athletic, aunque con diferentes sensaciones. Taquicardia en el Wanda y solidez en San Mamés.

Era el Atleti el que parecía tener una tarde más plácida y fue el que más se la complicó. Y eso que salió a no pasar apuros, pero eso no va en su ADN. Si tiene que ganar la Liga, que sea sufriendo.

Quizá por eso, las numerosas ocasiones de las que dispuso durante todo el partido acababan lejos de la red, taponadas por Sergio Herrera o estrelladas en el palo. Era una agonía el Atlético, al que el gol de Budimir convirtió en un saco de nervios.

La revolución de Simeone buscando la testosterona le salió bien, pues los cambios fueron clave en la remontada que acerca el campeonato al Wanda Metropolitano. Título que pasa ahora por Zorrilla, donde los rojiblancos se las verán el próximo fin de semana ante un Valladolid que está con el agua al cuello, pero que aún puede salvarse. Así que ocurra lo que ocurra allí, habrá un drama en Pucela.

A la espera de lo que pase en la capital castellana estará el Real Madrid, que ayer se quedó sin uñas escuchando el relato del Metropolitano. Los blancos cumplieron en San Mamés y eso que el árbitro y el VAR estrenaron una nueva versión de lo que es y no es mano. Un centro de Odriozola que se estrelló en el brazo semiflexionado de Morcillo no fue señalado como penalti por Mateu Lahoz, así que Nacho tuvo que desatascar el duelo para su equipo. Gol que le sirvió para ser líder durante muchos minutos, aunque no los suficientes como para llegar a la última jornada dependiendo de sí mismo.

Fuego en el descenso

En cualquier caso, tendrá que ganar sí o sí el Madrid al Villarreal en esa fecha final que decidirá la Liga. Choque que se antoja amable, pues los amarillos tendrán en el horizonte la final de la Europa League ante el United y no estarán muy por la labor de plantar batalla en Valdebebas como sí lo hicieron ayer ante el Sevilla, al que golearon para alejarle definitivamente del primer puesto.

Posición que volverá a dirimirse en la última jornada, algo que no ocurría desde 2017, cuando los blancos derrotaron al Málaga en La Rosaleda para proclamarse campeones. Ahora, también a domicilio, serán los rojiblancos los que no podrán fallar. Enfrente tendrán a un Valladolid semihundido, que necesita casi un milagro para seguir en Primera un año más.

Al equipo de Ronaldo, que lleva once jornadas sin ganar, solo le vale la victoria y que el Huesca y el Elche no puntúen en sus respectivos encuentros. De ellos tres, solo uno celebrará su permanencia, pues el drama también se ha instalado en la parte baja de la clasificación, donde solo el Eibar confirmó ayer su descenso. Los vascos, goleados por un gran Valencia –feliz el equipo de Voro con su público en la grada–, dicen adiós a siete años en la élite. Un sueño que se acaba y otro, el del Atlético, que puede hacerse realidad la próxima semana.