José Luis Martínez-Almeida: “El 4-M será el punto de inflexión del Gobierno de Sánchez”

Dos notas que enmarcan la conversación: no hay límite de tiempo, lo cual es de agradecer informativamente, y tampoco se estiran las palabras para repetir machaconamente el argumentario de partido. Lo cual también de muy de agradecer en estos tiempos.

–¿En Madrid se decide el futuro de Sánchez y Casado?

–En la Comunidad de Madrid se decide si continúa un proyecto de éxito, y ahí están los resultados de sus políticas económicas, sociales y sanitarias. A nivel nacional, estas elecciones deben ser un punto de inflexión para el Gobierno de coalición porque se demostrará que desde la reunificación del centro derecha se puede vencer a Pedro Sánchez, y esto marcará un antes y un después.

–Si el triunfo de Ayuso es la derrota de Sánchez, también cabe la lectura contraria: un Gobierno de Gabilondo sería la derrota de Casado y la crisis interna del PP.

–Yo no hablaría de crisis del PP en ningún caso. Todas las encuestas anticipan que el PP sacará un extraordinario resultado en comparación con el de hace apenas dos años. El PP será la primera fuerza política y con una enorme distancia con respecto a la segunda. Así que, incluso en el caso de que Isabel Díaz Ayuso no gobernara, también se marcaría el camino para poder vencer a Pedro Sánchez.

–Eso es tanto como decir que el PP gana siempre, gane o pierda el Gobierno.

–El PP ganará estas elecciones por mucha diferencia y el 4-M se visualizará, en todo caso, un gran paso en el necesario agrupamiento del voto del centro derecha alrededor de las siglas del PP.

–Eso ya ocurrió en Galicia con Feijóo.

–Feijóo es un referente indiscutible del PP, sin ninguna duda, con cuatro mayorías absolutas a sus espaldas. Pero él no se ha enfrentado a una fragmentación del voto, gracias a sus propios méritos, por supuesto, como la que se ha producido en el resto del territorio nacional. Madrid es el primer territorio donde, existiendo esa fragmentación, por primera vez se va a corregir de manera muy contundente esa división y se va a demostrar que la unión del centro derecha es el camino más corto para vencer a la izquierda.

–La victoria en Madrid será, por encima de todo, la victoria de Ayuso.

–El mérito es de las políticas del PP, que encarna, mejor que nadie, Isabel Díaz Ayuso. Los madrileños saben que hay un modelo político de estabilidad, libertad, prosperidad, y de capacidad de decidir lo que cada uno quiere hacer con su vida, que es radicalmente contrario al que ofrece la izquierda. Este último, además, implica una amenaza al modelo constitucional de convivencia, sobre todo por parte de Podemos, que formaría parte del Gobierno de Gabilondo sin ninguna duda.

–Pero no se puede negar que el triunfo del 4-M se interpretará, ante todo, como la victoria de Ayuso por su liderazgo tan personalista, incluso en la confrontación con Sánchez.

–Ayuso representa mejor que nadie, como le he dicho, el modelo político del PP. Y éste es el responsable de que, a pesar de que los datos de la pandemia sean malos para todos, la Comunidad de Madrid esté demostrando que tiene más fortaleza para resistir. La libertad, al final, es prosperidad.

–Dicen que la presidenta representa tan bien el proyecto del PP que hasta hace sombra a Casado.

–Esto es como si dijéramos que el triunfo de Alberto Ruiz Gallardón en el año 95 perjudicó a José María Aznar en su camino hacia La Moncloa. A la que Aznar llegó justo un año después. O que conseguir importantes alcaldías en 1991 perjudicó al proyecto del PP. Ganar nunca perjudica y a Casado no se le pude negar el mérito de haber nombrado a Isabel Díaz Ayuso.

–Fíjese que, al escribir ahora la historia, dicen que el mérito fue de Pío García Escudero, que es quien convenció a Casado para esta apuesta tan poco ortodoxa.

–La candidatura de Isabel Díaz Ayuso la apoyó Pío García Escudero, por supuesto, pero la decisión fue de Pablo Casado.

–¿Qué es lo que más le preocupa de la campaña?

–Que sea una campaña sucia, en la que se haga un mal uso de las instituciones porque no se respete su obligada neutralidad. Y ya tenemos ejemplos, como cuando el presidente del Gobierno aprovechó un viaje oficial a Angola para poner en duda las cifras de contagios en la Comunidad de Madrid. Sin dar un solo dato, cuando todavía no sabemos el número real de muertos que ha habido en España como consecuencia de la pandemia. Si siembra dudas sobre las cifras de la Comunidad de Madrid, tendrá que decir por qué y acreditarlo, y si no, lo mejor es pedir disculpas.

–¿Estas elecciones serán el fin de Ciudadanos?

–Si Ciudadanos no entra en la Asamblea de la Comunidad de Madrid el partido se quedará en una situación electoral complicada. Esto no quiere decir que no tengan activos electorales, como Begoña Villacís. Ni que no sigan teniendo un cartel electoral o que incluso, al final, tengan la capacidad de sobreponerse. Pero es evidente que si no llegan al 5 por ciento su situación será difícil.

–¿Tanto como para que Arrimadas debiera abrir un proceso de fusión con el PP antes de que desaparezca, como le ocurrió a UPyD?

–Yo no me puedo poner en el papel de Inés Arrimadas ni decirle lo que tiene que hacer. Pero sí creo que si se da la circunstancia de que Ciudadanos se queda fuera de la Asamblea de Madrid, esto debería llevar a todo el espectro del centro derecha, también al PP, a entender que el mensaje del electorado es que quieren que nos agrupemos en una única opción política. Y, por tanto, todos deberíamos tener la generosidad de entender ese mensaje y actuar en consecuencia.

–¿La «generosidad» de Ciudadanos, después de la OPA hostil que el PP ha puesto ya en marcha sobre ellos, debe ir por el camino de favorecer el proceso de absorción?

–Desde el pacto de gobierno que mantengo con Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid, y por una cuestión de lealtad institucional, cuanto menos comente sobre las cuestiones internas de este partido, mejor. Los dos partidos nos respetamos en nuestro pacto y formamos un solo Gobierno. Pero sí le insisto en que después de estas elecciones todas las fuerzas del centro derecha deberíamos tomar nota sobre la demanda de generosidad que hace el electorado. La fragmentación nos perjudica a todos.

–Pero la posibilidad de una coalición con siglas conjuntas, a lo vasco, se pasó, ¿no?

–Lo principal es que nos une mucho más de lo que nos separa, aunque es cierto que las siglas del PP tienen un peso mayor.

–¿Villacís sería un activo electoral para el PP?

–Todos los que compartimos unos valores y convicciones podemos formar parte de un proyecto común, y no me refiero sólo a Begoña. Hablo de todos aquellos que compartimos valores y convicciones del centro derecha liberal.

–¿Usted se cree que, después de la ruptura de Casado con Abascal en el Congreso, Vox les dejará gobernar sin exigir entrar en el Gobierno?

–Vox debería preguntar a sus votantes si les apoyan para que haya un Gobierno de izquierdas o para que haya un Gobierno del PP, en el caso de que ganemos las elecciones. Sinceramente creo que los votantes de Vox les dirían que, con todas las cautelas, con todos los condicionantes que crean conveniente en el marco de una negociación, debe gobernar el centro derecha.

–¿Pero usted vería bien que Vox entrara en el Gobierno de Ayuso?

–El final necesario de la negociación es que haya un Gobierno del PP porque es lo que sus votantes también les piden. En todo caso, en estos momentos nosotros no miramos a Vox, sino a los madrileños porque lo que queremos es gobernar en solitario.

–¿Aprueba que Vox entre en el Gobierno de Ayuso, o no?

–Ahora trabajamos para conseguir una mayoría lo más amplia posible para gobernar en solitario. Si Vox fuera decisivo para formar gobierno, tendrá que decidir si quiere que gobierne el PP o la izquierda, pero nosotros no vamos a traicionar nuestros principios y valores en el marco de esa negociación. En estas elecciones los madrileños deciden si quieren un Gobierno fuerte o un Gobierno inestable por culpa de una situación parlamentaria que en estos últimos meses ya nos ha dejado en manos de decisiones poco razonables-

–No me contesta qué piensa sobre que Vox entre en el reparto del futuro Gobierno de Madrid.

–La izquierda es muy hábil en llevar la discusión a si Vox debe entrar o no en los gobiernos del PP cuando el elefante en la habitación no es Vox, sino Podemos. La izquierda que gobierna con Podemos, pacta con Bildu y con ERC, se rasga luego las vestiduras porque nosotros podamos llegar a acuerdos de investidura con Vox como los que ellos han firmado con Podemos. La izquierda siempre dice a los demás lo que tienen que hacer, pero ellos hacen lo contrario.

–¿Vox y Podemos son lo mismo, uno, a la derecha, y el otro, a la izquierda?

–Podemos hostiga y señala a los periodistas y medios de comunicación, ataca la independencia judicial, y ampara la violencia, como hemos visto en las últimas manifestaciones en Madrid o en sus reiteradas declaraciones contra el régimen del 78.

–Sí, ¿pero Vox es lo mismo que Podemos? ¿Extrema derecha frente a extrema izquierda?

–Vox es populismo, y se ve bien claro en relación a la Unión Europea y la inmigración.

–¿Deja fuera la igualdad y el machismo?

–Con la igualdad y la mujer Vox se equivoca porque confunde los planos. No estar de acuerdo con una visión del feminismo que preconiza la izquierda no te puede llevar a despreciar cuestiones de la mujer y de la igualdad que tienen importancia. Yo he discutido de esto con Javier Ortega Smith. Las estadísticas están ahí y la violencia contra la mujer, o como la queramos denominar, es superior y provoca más muertes que el resto de violencia intrafamiliar, como la llama Vox. Los datos están ahí y son objetivos. Cuando uno acude a las estadísticas del Ministerio del Interior y ve que durante varios años la principal causa de muerte violenta ha sido la de las mujeres a manos de sus respectivas parejas, en este caso varones, esa realidad es indiscutible y no se puede ignorar. Como tampoco se puede ignorar que, obviamente, puede haber otro tipo de violencia intrafamiliar, pero no tiene la intensidad de la violencia contra las mujeres.

–¿Por qué no habla de violencia machista?

–Yo no tengo ningún problema en reconocer que hay violencia machista y violencia intrafamiliar, como dice Vox, y en decir también que la violencia contra la mujer es, desgraciadamente, superior en intensidad y en muertes. Es un hecho innegable y Vox lo sabe.

–¿Debe mantenerse el estado de alarma?

–El Gobierno debe asumir su responsabilidad y plantear a las comunidades autónomas su alternativa. El PP no está para pronunciarse sobre eventuales hipótesis que no sabemos si se van a dar o no. Cuando el Gobierno diga qué quiere hacer, nosotros los estudiaremos.

–Pero sus Gobiernos autonómicos ya han dicho que quieren que siga el estado de alarma.

–Entiendo que las comunidades hablen ante un escenario en el que el 10 de mayo se van a encontrar sin la cobertura normativa para controlar los contagios. Por eso es sorprendente que el Gobierno no ofrezca una solución simplemente porque Pedro Sánchez decide que su discurso debe ir en consonancia con sus expectativas electorales y no con su responsabilidad como presidente del Gobierno.

–Empieza a circular la pregunta de en qué se han gastado los ayuntamientos el dinero que han recibido por la pandemia.

–No hemos recibido aún ni un euro del Gobierno de la Nación por la pandemia. Las comunidades recibieron 17.000 millones de euros, pero los ayuntamientos no hemos recibido nada, ni por la pandemia ni por Filomena. Y tampoco tenemos ninguna noticia de nuestra participación en los fondos europeos: y sin los fondos europeos no hay salida, pero sin una adecuada gestión de los fondos tampoco habrá salida de la situación dramática a la que nos enfrentamos. En cualquier caso, la consecuencia inmediata de la política del Gobierno es que los ayuntamientos están desarmados, pese a ser la primera puerta de acceso a todas las personas que se encuentran en una situación de vulnerabilidad. Algunos ayuntamientos, como el de Madrid, todavía tienen remanentes de los que pueden ir tirando, pero hay más de 3.000 ayuntamientos que no los tienen y que se ven sin margen para ejercitar sus competencias en materia de prestación de servicios sociales.

–¿Se siente más alcalde o portavoz del PP?

–Alcalde

–Y como alcalde, ¿cuáles son sus prioridades?

–La primera prioridad es la recuperación económica de la ciudad y creo que nuestro punto de partida es mejor que el de otros lugares de España porque hemos sido capaces de mantener la actividad económica y esto nos va a ayudar a volver a crecer. La recuperación hay que impulsarla garantizando el mantenimiento de la cohesión social: es fundamental que no salgamos con una fractura mayor desde el punto de vista social, y ya tenemos la experiencia de la crisis del 2008, que hizo que, por primera vez, las nuevas generaciones pensaran que no tenían capacidad de seguir progresando frente a lo que habían vivido las generaciones anteriores. También debe ser prioritario preparar la ciudad para afrontar los retos de sostenibilidad y digitalización, y al mismo tiempo aumentar la calidad de vida. Y, por último, me ocupa, y me preocupa, que la gestión sirva para solucionar de verdad los problemas de los ciudadanos.

–¿Usted se siente del «clan Casado»?

–Me siento del proyecto de Pablo Casado, que es el proyecto del PP.

–El poder territorial no se siente a veces tan identificado con ese proyecto de Casado. Por eso le preguntaba.

–La gestión de un partido es complicada, para qué negarlo. Pero al margen de discrepancias puntuales, que puede haber en determinados momentos, como en todas las organizaciones políticas, nadie discute en estos momentos el liderazgo de Casado dentro del PP.

–¿A usted no le llegan las quejas, como portavoz del partido, por actuaciones o decisiones de Génova como, por ejemplo, el proceso de renovación territorial?

–No. A mí no me ha llegado ningún tipo de malestar ni como portavoz nacional ni como miembro del Comité de Dirección del partido, y, obviamente, tengo contacto con los distintos territorios.

–Si se confirman las encuestas, y Ayuso consigue los excelentes resultados que le auguran las encuestas y sigue en el Gobierno, lo lógico es que sea la nueva presidenta del PP de Madrid. O eso dicen en el partido.

–Eso lo decidirán los afiliados.

–Pero para ello primero tiene que querer Génova. Y se le pondrá muy difícil impedirlo si Ayuso consigue esa hazaña el 4-M, ¿no?

–Esa decisión corresponde a los afiliados. En Madrid y a nivel nacional tenemos un modelo de primarias, y son los afiliados los que tomarán la decisión cuando toque. Y si los votantes del PP quieren participar en ese proceso lo que tienen que hacer es afiliarse.

–¿Usted se descarta?

–No entra en mis planes presentarme a presidente del PP de Madrid.

–¿La corrupción es pasado para el PP?

–Por deformación profesional, cuando los casos están en los tribunales no hay más que decir. Y no me preocupa lo que la Justicia pueda decidir.

– ¿Usted apoya el cambio de sede nacional para pasar página de la corrupción de la etapa de Rajoy y Aznar?

–El cambio de sede me parece una decisión razonable y razonada. Que se explicó al partido y que pasará los trámites estatutarios establecidos, lo que supone que se someta a aprobación de una Junta Directiva Nacional.

–¿Explicada? Los dirigentes territoriales se quejaron, precisamente, de no saber nada. Desde Feijóo para abajo.

–Feijóo expresó su opinión. Y a mí me parece estupendo que haya diferentes criterios dentro de un partido. Si no los hubiera, la noticia sería que somos monolíticos, y yo prefiero que la noticia sea que hay diferencia de opiniones porque es más enriquecedor.