Casado puso como condición a Arrimadas para la fusión preservar las siglas del PP

La relación entre el Partido Popular y Ciudadanos quebró el pasado mes de marzo, cuando Inés Arrimadas optó por un pacto con el PSOE para derribar el Gobierno autonómico de Murcia, en una operación que Pablo Casado cree que iba mucho más allá y abarcaba también la Comunidad de Madrid. Fue un punto de inflexión sin retorno. Antes, Casado intentó la fusión real con Ciudadanos y así se lo propuso a Arrimadas en una conversación el verano pasado, según ha desvelado el líder del PP. Puso una condición: preservar las siglas del Partido Popular.

La fórmula España Suma es anterior a toda esta historia. La propuesta de esa plataforma hay que situarla en 2019, ante las elecciones generales de noviembre. El portazo de Ciudadanos a la mano tendida del Partido Popular aún resuena en Génova.

Pero la idea de la unificación, o convergencia, o fusión con Ciudadanos, siguió intacta en la cabeza y en los planes de Pablo Casado, que siempre ha mantenido que sin la reunificación del centro-derecha era imposible vencer a Pedro Sánchez.

En el verano pasado, se produjo una conversación clave entre Casado y Arrimadas, según fuentes populares. El PP acababa de conseguir su cuarta mayoría absoluta en Galicia, y en el País Vasco había exhibido una generosidad que muchos no entendieron en el partido, al ceder parte de la marca electoral. Ciudadanos, que no existía en el País Vasco, logró dos diputados gracias a esa ‘generosidad’ del PP, que se quedó con cuatro.

En ese contexto, Casado llamó a Arrimadas y le ofreció «todo». «Todo es todo», apuntó el presidente del PP ayer en Antena 3. Fuentes populares confirman que la propuesta fue la integración «sin perder en ningún caso las siglas del Partido Popular». Para la convergencia, Arrimadas entraría en la dirección nacional del PP, aunque no se llegó ningún detalle concreto sobre el cargo que podría ocupar. Sí se llegó a comentar, por parte de Cayetana Álvarez de Toledo, cuando aún no había ‘roto’ con Casado, que Arrimadas encajaría muy bien como portavoz parlamentaria.

La respuesta a todo eso fue otro ‘no’ de Arrimadas. Hoy mismo, la presidenta de Ciudadanos ha asegurado que nunca habló de cargos con Casado y ha recordado que su partido no está en venta.

Casado siempre mantuvo un respeto escrupuloso ante el declive de Ciudadanos. Incluso cuando este partido empezó a pactar con el Gobierno de Sánchez en el Congreso, ordenó a los suyos que no atacaran a Arrimadas. Desde Ciudadanos, sin embargo, nunca se ahorró un solo ataque contra el PP siempre que lo tuvieron a mano.

El punto de no retorno, comentan en el PP, se produjo en marzo, cuando Arrimadas optó por pactar con Sánchez. Ahora, el PP ni se plantea un pacto con Ciudadanos después del 4 de mayo, ya que, según las encuestas, es posible que ni siquiera obtenga representación. El único anhelo que tiene ahora el PP sobre Ciudadanos es mantener las puertas abiertas para que entren todos los dirigentes que lo consideren oportuno.