Las cerraduras antiokupas

En los últimos meses se han escuchado, visto o publicado casos de edificios que han sido okupados. Algunos de ellos vacíos, otros propiedad de los bancos e incluso también segundas viviendas han recibido inquilinos no esperados. Las llamadas a las cerrajerías han crecido en los últimos meses. Cambio de cerraduras, de llaves, de puertas incluso, o alternativas más complejas como la instalación de sistemas de seguridad con cámaras y alarma.

Pero la solución tiene otro nombre propio, y ha tenido mucha aceptación entre los clientes que buscan todavía más ojos en sus domicilios. Se trata de las cerraduras antiokupas, que están de moda por los problemas de okupación y el vacío que se produduce en segundas viviendas. «Están de moda los okupas y las segundas viviendas. Es un problema que se marchen y dejen sus casas», expresa Jaime Justo, presidente de la Asociación de profesionales de España en cerrajería y fundador y propietario de la cadena Hermanos Justo.

De hecho, la firma aragonesa ha adquirido reconocimiento a nivel nacional por este tipo de cerraja, porque son de alguna manera quienes la han lanzado al mercado español. Evidentemente, no se trata solo de introducir la llave, correr los pestillos y poder acceder al domicilio. Se compone de un sistema muy complejo, que garantiza casi al 100% la seguridad del hogar. «Tenemos una cerradura que es antiokupa, que tiene un escudo con sistema electrónico para, en caso de querer arrancarla, salta una alarma, igual que si intentan meter un destornillador en el orificio donde va la llave», explica Justo.

«Es la primera alerta que salta cuando la puerta todavía está cerrada, ya que la alarma del interior de la casa todavía no ha saltado debido a que no se han traspasado los sensores que tiene», añade. De hecho, estas cerraduras están compuestas hasta de un elemento químico como es el manganeso. «Con eso evitamos que entren a robar porque suena antes de hora. Si tiene otra alarma se puede compaginar perfectamente con esta cerradura. Es una nueva herramienta que se ha diseñado y que hace inviable intentar entrar a cualquier casa. Es como si tuvieras dentro del piso un perro protector», asegura Jaime Justo. Eso sí, este nuevo modelo de seguridad domiciliaria conlleva un coste, y su precio de mercado ronda los 950 o 1.000 euros.

Duplicado imposible

Otra de las características de seguridad de este sistema tiene que ver con las llaves. Así como en muchas ocasiones se está acostumbrado a tener varias copias de las llaves originales, pero esta vez no será tan fácil. El propietario podrá continuar haciendo duplicados para entregar a familiares, o a los inquilinos en caso de tratarse de una segunda vivienda, pero ahí radica la diferencia. Solo el propietario podrá hacerlo.

«No se pueden hacer copias de las llaves tan fácilmente porque la maquina, en el momento que pones la llave, lee un DNI que lleva incorporado y avisa al propietario al momento en caso de que estén haciendo una copia sin su permiso o sin su conocimiento», según recalca el propietario de la cerrajería Hermanos Justo.

Una compleja seguridad del domicilio al final sale cara, pero es necesaria. No es preciso, por otro lado, cambiar las puertas enteras cuando el cierre es mejorable. Pero Justo recomienda que «hay que invertir en seguridad».