La lentitud con las vacunas en España y la UE pone en riesgo otro verano turístico

El turismo teme experimentar un nuevo ‘déjà vu’ este verano. Con la temporada de primavera perdida por la pandemia y las limitaciones a la movilidad, el sector fía sus esperanzas en la aceleración de la vacuna, tanto en España como en el resto de países de la UE, para que los meses veraniegos pueda empezar a ver los primeros brotes de recuperación. Y es que como sostienen fuentes del sector a ABC, la actividad turística es la única de toda la economía española cuyos distintos eslabones de la cadena apenas ha podido remontar el vuelo desde que estallara la pandemia. Así, según el INE, las agencias de viajes perdieron el 85% de su negocio, las empresas de transporte un

80%, los hoteles un 75% y la hostelería un 40%.

«Aspiramos a que en el mes de junio empiecen a verse algunos rayos de luz, pero depende de que estos meses se acelere la vacunación», explica a este periódico el vicepresidente ejecutivo de Exceltur, José Luis Zoreda. El objetivo primigenio del Gobierno era llegar al 70% de vacunados para junio, una meta poco realista a día de hoy viendo el lento avance de la vacunación. Un problema que también se extiende por el resto de países de la UE. De hecho, desde el sector turístico esperan que con un porcentaje más bajo del deseado 70% sirva para generar un clima de confianza y que los países europeos no impongan restricciones unilaterales.

Un reciente informe de Morgan Stanley ya alertaba que el turismo perderá otra temporada veraniega si los niveles de vacunación no se incrementaban. Un hecho que alejaría aún más la salida de la crisis del conjunto de la economía. En concreto, la multinacional financiera valoraba la situación de España como «particularmente vulnerable», colocándola entre los países más afectados de la UE si se llega a dar esta situación.

Los meses de verano son vitales para el turismo español, que en un año normal concentra durante esos tres meses más del 35% de la llegada de turistas y del gasto que estos realizan. Como es normal, esta dependencia la casi monopolizan los destinos de sol y playa, como Baleares, Andalucía, Cataluña, Valencia y Canarias. Estas regiones, sobre todo Canarias, llevan sufriendo la crisis desde octubre de 2019, cuando el turoperador Thomas Cook quebró, lo que provocó grandes pérdidas en empresas turísticas de estas comunidades. Es por eso que desde el sector reiteran que un nuevo verano en blanco sería la estocada final para muchas compañías.

Motor del PIB

Al mal 2020 se le han unido un comienzo de año peor de lo esperado y un segundo trimestre cuya Semana Santa apenas va a darle réditos al turismo. «No vamos a llegar ni a un 20% de la facturación de 2019», comenta a este periódico Ramón Estalella, secretario general de la patronal hotelera Cehat. Estas circunstancias han tenido su impacto en el PIB, que no creció en el último trimestre de 2020, y que las previsiones para el primer trimestre son similares.

Porque a pesar de que algunas voces siguen demonizando al turismo, este continúa siendo el motor de la economía española. Antes de la pandemia representaba el 12,4% del PIB. Un porcentaje que se redujo por tres en 2020, donde el PIB turístico, según los datos de Exceltur, se desplomó en más de 106.000 millones de euros. A ello se le une que la llegada de turistas internacionales fue la más baja desde 1969, con apenas 18 millones, y que el gasto se redujo en más de 70.000 millones de euros, hasta llegar a los 19.749 millones. A su vez, la afiliación en el sector está en caída libre, llegando a mínimos de hace un lustro, con más de 400.000 empleos destruidos desde que empezara la pandemia.

Este panorama no ha mejorado en 2021. De hecho, desde Exceltur, que hace unos meses estimaban que la actividad turística crecería este año en 48.000 millones de euros, hasta llegar casi a los 100.000, reconocen que tendrán que revisar las previsiones a la baja tras unos tres primeros meses de 2021 «pavorosamente malos».

Las esperanzas para la recuperación económica, por tanto, están en el segundo semestre. Y eso pasa porque el verano recupere gran parte del turismo perdido. En concreto, esta semana el Consejo General de Economistas rebajó una décima su previsión de crecimiento de la economía para este 2021, hasta el 5,6%. Una estimación que, sin embargo, podría revisar al alza en un futuro «si en el tercer trimestre se recupera la movilidad, en sincronía con Europa, y se consigue alcanzar al menos el 40% de la actividad turística de 2019». Además, a pesar de que se espera que la temporada de verano empiece con retraso, desde el sector se confía en poder alargarla, si la climatología acompaña, algunas semanas de octubre, lo que impulsaría la actividad del último trimestre del año.

Ayudas insuficientes

Mientras la incógnita del verano crece, la actividad turística tiene otro caballo de batalla: las ayudas directas aprobadas por el Gobierno. Desde el sector creen que los 7.000 millones de euros, al ser para más de noventa subsectores de la economía, serán insuficientes. Además, queda por saber cómo serán gestionados estos fondos por las comunidades autónomas.

También está pendiente el sector en que los ERTE se amplíen más allá del 31 de mayo, aunque en ese sentido parece que la nueva vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, está por la labor de alargarlos cuanto sea necesario. «Es fundamental que se mantengan los ERTE. Nadie puede pensar en su sano juicio que todos los que están en ERTE en el sector turístico vayan a ser repescados el día 1 de junio», comenta Zoreda. El sector turístico es, de largo, el que más afectados por ERTE tiene, más de 478.000, un 53% del total. Estos puestos de trabajo están en riesgo de sumarse a los más de 400.000 destruidos por la pandemia, ya que según relatan desde el sector, «muchas empresas están pensando en ver si se pasan a ERE».