Netanyahu planta cara por primera vez a Biden ante el retorno de EE UU al pacto nuclear con Irán

Pocas horas después de haber recibido la primera llamada del nuevo presidente de Estados Unidos en la noche del miércoles, Benjamín Netanyahu constató que la Administración demócrata estaba dispuesta a negociar el retorno al acuerdo nuclear con Irán, del que Washington se desvinculó en 2018. El primer ministro israelí, que desde hace más de una década alerta de que el programa atómico iraní supone una amenaza existencial para el Estado judío, ha plantado cara por primera vez a Joe Biden. “Nuestra posición sobre el acuerdo nuclear no ha cambiado y seguimos dispuestos a impedir que Irán se dote de armas atómicas”, advirtió este viernes el jefe del Gobierno israelí en un comunicado. “Creemos que regresar al viejo pacto allanará el camino a Teherán hacia un arsenal nuclear”.

De la llamada de la Casa Blanca, largamente esperada en Jerusalén durante casi un mes, se dio cuenta a la prensa con una exaltación de la relación especial entre ambos países. Pero el mensaje ha traído secuelas de desencuentro. A pesar de que el propio Gabinete del primer ministro ha reconocido “un estrecho contacto con Estados Unidos sobre esta materia” y de que la Administración de Biden había hecho saber que Israel fue alertado con antelación del giro en su política hacia Irán, las palabras de Netanyahu muestran un inequívoco malestar ante el previsible fin de la estrategia de máxima presión de Washington sobre Irán. Tras la ruptura del acuerdo nuclear por la Administración del republicano Donald Trump, la Casa Blanca reinstauró las sanciones al régimen iraní que habían sido levantadas a consecuencia de la firma del JCPOA [siglas inglesas del acuerdo] en 2015.

El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, trasladó en la noche del jueves a sus homólogos de Reino Unido, Francia y Alemania que, si Irán regresa al respeto estricto de sus compromisos con las grandes potencias (incluidas Rusia y China), “Estados Unidos hará lo mismo y estará dispuesto a abordar discusiones con Irán”.

Este mismo viernes, después de que el primer ministro de Israel expresase su disconformidad con el giro de Biden, el Departamento de Estado ha comunicado que Washington estaba también dispuesto a “aceptar una invitación del alto representante de la Unión Europea para asistir a una reunión (de las grandes potencias) con Irán sobre el programa nuclear”. En pleno shabbat, día sagrado judío a partir de la caída de la tarde del viernes, Israel ha guardado estricto silencio.

El embajador israelí en EE UU en Washington, Gilad Erdan, ya había adelantado el martes que Israel no secundará la reactivación del acuerdo nuclear. Erdan, ministro en toda los Gobiernos de Netanyahu desde 2009 hasta 2020, recalcó que Israel defiende la aplicación de “sanciones paralizantes” y una “amenaza militar creíble” sobre Teherán para frenar el desarrollo de su programa atómico. “Si EE UU regresa al mismo acuerdo del que se retiró perderá toda su capacidad de presión”, vaticinó este halcón de la derecha israelí que no ha ocultado en el pasado la ambición de suceder a Netanyahu en el poder.