«Cada caminante siga su camino» en las sendas del amor

Todos podemos estar de acuerdo, en que necesitamos –cada uno- ahondar en el conocimiento de los principios en los que se basa nuestra conducta, para poder vivir creciendo en libertad. El saber, es una necesidad de la naturaleza humana. Si no, estamos condenados a vivir sujetos a los impulsos que, en cada momento, impelen nuestro actuar, al no ser conscientes, del por qué y para qué de nuestros actos. Ello nos hace presa fácil de nuestros puntuales sentimientos y, para justificar nuestros actos, de buscar los argumentos que tengamos a mano, aunque sean prestados e incluso, erróneos.

“El gato escaldado del agua fría huye” dice el refrán, pero hemos de concluir que el gato, escaldado o no, necesita del agua para beber o corre el peligro de morir de sed. No parece muy inteligente, y por tanto, muy humano, no dedicar tiempo a buscar la auténtica verdad que, en algún sitio, tiene que estar.

La buena noticia de la que hablábamos en un artículo anterior, puede ser el punto de arranque para echar a andar que “cada caminante siga su camino” en la sendas del amor. Desde “el agrupémonos todos”, en una lucha sin violencia, hasta el “Alá es el más grande” más radical, pasando por el “Nirvana”, “la Torá” y el “Éxtasis”. todos podemos transitar al encuentro de una Verdad que nos hará más hermanos y, con la fraternidad, llegaremos al Amor.

Partir por la senda del amor, exige el concurso de la voluntad, ya que el verdadero amor no es sólo sentimiento sino que lleva consigo el querer (voluntad). Querer amar es necesario, para que sea un acto voluntario, un acto humano. De otra parte, el conocimiento debe estar enraizado en un corazón limpio para que pueda ser iluminado por la verdad, y la inteligencia, no sólo la reconozca, sino que sea capaz de aceptarla. De todo ello dependerá nuestra exigencia en el buscar… nuestro interés en detenernos para profundizar más en nuestra experiencia, etc…

No sé, ni debo, como sacerdote católico, mostrar los caminos que otros recorren. Pero estas páginas de “Noticias Jóvenes” están abiertas a todos los hombres de buena voluntad que quieran mostrar el suyo. Yo, con vuestro permiso, intentaré avanzar por la senda de la Fe católica con la ayuda de Dios, de la Iglesia y de mis hermanos en la Fe.

Con vuestro permiso concluiré con dos afirmaciones que son la base de la Fe cristiana: “Dios es Amor” (I Jn. 8) y “Ama y haz lo que quieres” S. Agustín.