Estos son los minutos que deberías de moverte para estar bien según las nuevas recomendaciones de la OMS

El confinamiento y la larga lista de limitaciones a nuestros movimientos que nos ha impuesto el coronavirus han propiciado el avance del sedentarismo, otra gran pandemia que afecta a la población mundial desde hace décadas.

A pesar de que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), podrían evitarse hasta cinco millones de muertes al año con el simple hecho de que nos moviéramos un poco más, uno de cada cuatro adultos y cuatro de cada cinco adolescentes no realizan suficiente actividad física.

«Aunque todavía es un poco pronto, ya están saliendo datos que reflejan una disminución de la actividad física en algunos países durante 2020 como consecuencia de la crisis del Covid-19», afirma Juana Willumsen, oficial técnico de la Unidad de Actividad Física de la OMS.

En este escenario, la organización que vela por el bienestar global publicó, a finales del pasado mes de noviembre, las nuevas recomendaciones sobre ejercicio físico en las que se recogen algunas pequeñas modificaciones con respecto a las propuestas en 2010.

Para niños y adolescentes entre cinco y 17 años, se aconseja «acumular un promedio de 60 minutos diarios de actividades físicas (principalmente aeróbicas) de moderadas a intensas a lo largo de la semana».

También completar, al menos, tres sesiones de ejercicios específicos para fortalecer los músculos y los huesos así como limitar el tiempo dedicado a actividades sedentarias, particularmente el que pasan frente a una pantalla.

Entre 150 y 300 minutos semanales (en el documento previo sólo se mencionaba un mínimo de 150). Ese es el período que deberían invertir en movimiento los adultos con edades comprendidas entre los 18 y los 64 años «Hemos podido comprobar que, en ese rango de tiempo, es donde se obtienen los mayores beneficios para la prevención de ciertas enfermedades no transmisibles, como las patologías cardiovasculares, algunos tipos de cáncer y la diabetes, reduciéndose, de igual modo, los síntomas de depresión y ansiedad», explica Willumsen.

Además, ya no se menciona cuál debe ser la duración mínima de las ‘minipíldoras’ de ejercicio que debemos hacer durante el día. «Gracias a los datos que nos brindan los dispositivos medidores de la actividad física hemos podido observar que cada movimiento cuenta. No es necesario que estos se prolonguen por un mínimo de 10 minutos para que resulten beneficiosos para la salud«.

En un intento de derribar la supuesta barrera psicológica que puede suponer para algunas personas hacer deporte, la OMS propone ahora, con más contundencia que nunca, «acumular movimiento a lo largo del día con diferentes tipos de acciones cotidianas como caminar, subir por las escaleras en lugar de utilizar el ascensor, pasear al perro e incluso realizar las tareas domésticas».

Todo cuenta: «El simple hecho de levantarnos de la silla durante nuestra jornada laboral para dar pequeños paseos ya nos reporta múltiples beneficios».

¿Acaso esta apuesta por el movimiento cotidiano supone una bajada del listón de la OMS? «Por supuesto que no. No es que se pida menos; lo que pretendemos es llegar también a esas personas a las que nos les gusta o no se sienten cómodas practicando deporte para brindarles otras opciones alternativas que también les ayudarán a adoptar un estilo de vida más activo y, por lo tanto, saludable».

Es más, prosigue Willumsen, «incluso los que van al gimnasio para intentar compensar un estilo de vida muy sedentario han de incrementar su actividad física cotidiana«.

En estas nuevas pautas se incide, además, en la importancia de llevar a cabo, dos o tres días a la semana, rutinas de fuerza en las que se ejerciten todos los grupos musculares principales de forma moderada o intensa.

Además de poner en práctica los consejos estipulados para el anterior grupo de edad, los mayores de 65 años han de hacer hincapié en la realización de rutinas que, además de mantener un buen tono muscular, les ayuden a trabajar la resistencia, el equilibrio y la coordinación para mejorar su capacidad funcional y prevenir así posibles caídas.