Productividad vs presencialismo: llegó la hora de apostar por tus empleados

Llega un momento en la vida de muchas pymes en el que es necesario pararse a explorar nuevos caminos. Reflexionar y extraer conclusiones que nos permitan salir reforzados de un momento crítico. Así lo ha entendido Ismael García, propietario y socio de Lutin Restaurante, un negocio situado en Cerceda (Madrid) que busca la manera de ganar en calidad de vida sin perder rentabilidad.

En el caso de Ismael, los últimos meses con su negocio a medio gas le han permitido disfrutar por primera vez en mucho tiempo de estar con su familia e incluso de dedicarse a algunos hobbies. Una posibilidad que suele parecer un sueño a muchos empresarios de un sector muy exigente y que suele requerir largas jornadas de trabajo que restan tiempo para la conciliación.

Hoy, Ismael recurre a expertos pyme como Amparo Cuesta (BBVA) y Antonio Manuel Álvarez para responder a todo un reto: ¿cómo conseguir que un negocio de hostelería mantenga la rentabilidad sin tener que invertir tanto tiempo y esfuerzo? La clave, a juicio de ambos, consiste en primar la productividad sobre el número de horas trabajadas.

“El negocio de Ismael cuenta con una trayectoria muy amplia, de 25 años, y toda la familia está involucrada de una manera muy emocional en él. Ahora están en un momento en el que han contemplado todas las posibles líneas de negocio y servicios que puede dar un restaurante. Se trata de un momento crucial en el que se están planteado cómo hacer su negocio más eficiente e incrementar su productividad, de manera que no tengan que abordar tantas líneas de trabajo y puedan disfrutar un poco más de la familia”, analiza Amparo Cuesta.
Para Antonio Manuel Álvarez, “las pymes solemos tener una relación muy cercana con los trabajadores. Esto significa que cualquier gestión que hagamos relacionada con ellos nos toque el lado emocional”.

Esta es una circunstancia que hace que ejercicios como replantear la manera de lograr un mayor rendimiento sean muy sensibles en una pyme, dada la especial relación que se establece entre trabajadores y empresarios. “Es importante la relación que mantienes laboralmente con los trabajadores y cómo la estructuras. Personalmente, en mi negocio soy partidario de darles cierta libertad en los horarios y buscar más la productividad que la cantidad de horas”, aconseja Antonio Manuel.

Se trata de un punto de vista, el de maximizar la productividad para ganar tiempo que dedicar a la conciliación, que comparte Amparo Cuesta: “Yo creo que es fundamental que Ismael revise sus líneas de negocio, que continúe con aquellas que son más rentables y se libere de las que lo son menos. Así podrá obtener mayor tiempo libre”.

Precisamente disponer de mayor tiempo libre, aunque pueda parecer un coste inasumible para un establecimiento de hostelería, puede convertirse en un factor fundamental para mejorar su servicio. Sobre todo en el caso de empresas como Lutin Restaurante, que abre sus puertas a las siete de la mañana y ofrece servicios durante todo el día.

“Tanto Ismael, como cabeza del negocio, como su hermano están presentes durante todo el horario de apertura del restaurante. Eso te puede conducir a un desgaste y provocar un servicio al cliente de menor calidad”, advierte Amparo, quien añade que “si abordas una carga excesiva de trabajo, eso acaba afectando al equipo y, al final, tanto el servicio como la experiencia que ofreces al cliente se pueden ver deteriorados”.

La conciliación se convierte, así, en la llave de esa productividad que permitirá tanto a los responsables de Lutin Restaurante como a sus empleados disfrutar de tiempo para ellos y sus familias, una inversión en felicidad que acabará por impulsar la rentabilidad de la empresa. ¿Cómo lograrlo? Escuchar a los empleados es un buen comienzo. “Hay cosas muy básicas que ayudan a la conciliación y que producen una felicidad extraordinaria a los empleados. Por ejemplo: poder llevar a los niños al colegio”, asegura Amparo Cuesta. La empatía, una vez más, es la respuesta.