‘Rastreadores de covid’: Sube el ahorro, bajan las compras y varían los hábitos de consumo

La pandemia viene dañando las economías occidentales con un patrón bastante uniforme. En términos generales, puede afirmarse que está aumentando las desigualdades y castigando a las clases medias. La evolución de la crisis sanitaria viene condicionando claramente el consumo. Las curvas se superponen. Desplome en la primera ola, recuperación con la relajación y nueva caída con la segunda. Consecuencias. Uno: quienes no han perdido capacidad de compra están ahorrando más que nunca. Dos: el daño en el sector minorista y el auge del comercio digital ya son estructurales. Tres: el cambio está llegando a la demanda, la expansión de lo digital gana terreno. Falta alegría en la confianza de los consumidores y sobra fragilidad. No son las mejores señales de cara a la importantísima campaña de Navidad.

‘Downton Abbey’

Lógica de ‘Downton Abbey’: la pandemia no se está viviendo igual en la planta de abajo que en la planta de arriba. La pobreza y la desigualdad están creciendo en Inglaterra. Y, al mismo tiempo, como apunta Bloomberg: «El confinamiento está generando otra oportunidad de ahorro extremo. La pandemia ha golpeado las economías de todo el mundo. Pero en Gran Bretaña, Estados Unidos y otros países, los investigadores están descubriendo que algunas personas, a través de la combinación del apoyo gubernamental, de la suerte y la prudencia, están mejorando su situación. Los hogares británicos ahorraron unos 17.300 millones de libras por mes entre marzo y junio, según el Banco de Inglaterra (…) Como ocurrió con el primer confinamiento, el segundo bloqueo en Inglaterra está alterando los comportamientos financieros, desde el ahorro a la inversión a corto plazo. La pregunta está en la durabilidad de los nuevos comportamientos, en qué ocurrirá cuando las economías reabran (…) Probablemente, llevará algo de tiempo».

Ahorramos como nunca

¿Está pasando lo mismo en las naciones de nuestro entorno más cercano? “Los europeos ahorran más que nunca. El ahorro de los europeos aumentó en 400.000 millones de euros en los primeros nueve meses del año, gran parte desde Alemania”. ‘Der Spiegel’.

“En toda Europa, se ahorró en el tercer trimestre más que nunca: 82.000 millones, la participación de los alemanes fue del 36%. Los segundos mayores ahorradores de la zona del euro fueron franceses e italianos. Los tres países más poblados de la UE representan el 65% (…) Apenas hay rentabilidad en las cuentas de ahorros debido a las tasas de interés ultrabajas. A pesar de ello, los alemanes tienen menos confianza que otros en invertir en activos más arriesgados, como las acciones”.

Baja la confianza

‘Financial Times’, sobre la evolución del consumo en Europa. “Las ventas minoristas en la eurozona cayeron —récord— un 21% en los dos primeros meses de la pandemia. Luego, cuando se levantaron los bloqueos iniciales, se recuperaron por encima de los niveles del año anterior, con el mayor crecimiento en las ventas ‘online’ por el cambio de hábitos de los consumidores. En septiembre, con la segunda ola del virus, las ventas comenzaron a caer de nuevo en la eurozona. La mayor parte de los economistas esperan que las restricciones de otoño provoquen una caída mucho mayor en las ventas (…) El indicador europeo de confianza del consumidor cayó en noviembre a su nivel más bajo desde mayo”.

Cae el consumo

La corriente reflejada en el texto anterior desemboca en las decisiones de compra sobre las que informó nuestro medio tras el viernes negro: «El Black Friday no reanima el consumo: las ventas con tarjetas se hunden un 27%. La economía española sigue funcionando a medio gas. El comercio minorista registra un desplome del 27% respecto a 2019 y solo se salva el comercio ‘online».

¿Es tantísimo? Tomemos una referencia que nos ofrece el ‘Wall Street Journal’: «Los compradores estadounidenses gastaron un 14% menos durante el fin de semana del Black Friday».

Cambia la demanda

Seguimos en la misma cabecera, una pieza del WSJ nos resulta útil para reflejar que la pandemia primero afecta a nuestros hábitos de consumo —más digitales— y después influye en lo que terminamos consumiendo. Campaña navideña: “La tecnología supera los juguetes a pesar de la fatiga de pantalla propiciada por el covid”.

Demanda de los niños. “Los dispositivos tecnológicos y los videojuegos han venido superando a la petición de juguetes desde hace décadas, pero la pandemia amenazó con romper la tendencia. En primavera, se desató el frenesí de los rompecabezas y los juegos de mesa. Después, aumentaron las ventas de muñecas Barbie, fue cuando los padres intentaban separar a los hijos de las pantallas. Las ventas de juguetes tangibles aumentaron después del cierre de las escuelas. También las bicicletas. Pero, según se acercan las vacaciones, las peticiones de pantallas y ‘software’ han alcanzado un nivel sin precedentes (…) Los dispositivos y los videojuegos constituyen ocho de los 10 elementos más deseados de ese año, comparados con los cinco de 2017. Los juegos de Lego y las Barbie todavía superan el corte, pero los teléfonos y las franquicias de juegos como ‘Fornite’ y ‘Roblox’ son dominantes. Los libros y las bicicletas han caído de la lista por completo”.