El Rey: «Mi plan era estar hoy en Barcelona, pero se ha frustrado por el confinamiento»

El Rey ha conseguido este viernes, a pesar de las inexplicables dificultades de conexión, intervenir en el V Foro Regional por la Unión del Mediterráneo, que se ha celebrado en Barcelona. Un encuentro coorganizado por el Ministerio de Asuntos Exteriores que se ha caracterizado por los numerosos fallos técnicos, de manera que los países que han intervenido en el encuentro por vía telemática han recibido una imagen poco seria de España como país anfitrión del acto.

Don Felipe ha intervenido desde su residencia, donde está confinado, y ha empezado sus palabras con un saludo en inglés en el que ha hecho alusión a su cuarentena: «Lamentablemente, mi intención y plan inicial de estar físicamente presente hoy en Barcelona» se ha visto «frustrado por tener que estar confinado preventivamente», ha afirmado. «Por eso me uno a ustedes desde Madrid y celebro con ustedes este 25 aniversario de un hecho histórico que dio origen a lo que se llamó el Proceso de Barcelona».

El histórico Proceso de Barcelona

A partir de ese momento, el Rey siguió su intervención en español, pero la organización del acto decidió doblarle en inglés. Don Felipe recordó el «carácter histórico» de la Conferencia de Barcelona, celebrado «hace ahora exactamente 25 años», una cumbre que reunió a los «entonces 15 Estados miembros de la UE con sus socios mediterráneos y puso en marcha el llamado ‘Proceso de Barcelona’».

«El carácter histórico de aquella ocasión vino dado no sólo por el número y diversidad de sus protagonistas, sino también por el espíritu de concordia y la visión de un futuro en común que la hicieron posible», afirmó. Se acordó una ambiciosa declaración política y un programa de trabajo para convertir el Mediterráneo en un espacio de paz y estabilidad, de prosperidad compartida y de respeto.

Más complejo y difícil de gestionar

Don Felipe precisó que aquellas expectativas «no han terminado de cumplirse y que, aunque caminamos hacia ese objetivo, estamos todavía lejos de alcanzarlo». Añadió que en los últimos 25 años «han cambiado mucho, y no siempre en la mejor dirección».

«Hoy la situación es mucho más compleja y más difícil de gestionar, con diversos conflictos y tensiones que se superponen y alimentan recíprocamente, con crecientes desequilibrios económicos y sociales, y con preocupantes fracturas culturales que amenazan con poner en riesgo la esencia misma de nuestro común proyecto euro-mediterráneo», ha advertido. Y a todo ello se suma «una excepcional emergencia sanitaria».

Prevenir conflictividad y tensiones

A pesar de ello, el Rey ha afirmado que «no podemos dejarnos llevar por el desánimo» y hay que persistir en el empeño de de «hacer del Mediterráneo un espacio abierto y dialogante, con un proyecto real de cooperación e integración entre las dos orillas, que permita prevenir la conflictividad y las tensiones». De no seguir esta senda, ha advertido «nos encontraremos tarde o temprano con el escenario de un Mediterráneo cada vez más inestable e impredecible, convertido en línea de fractura entre diversos mundos cada vez más ensimismados y alejados entre sí».

Tras lamentar que en estas complicadas circunstancias «a veces se expresan opiniones que denotan un cierto cansancio, cercano al desinterés, en relación con este proyecto», el Rey animó a «alzar nuestra voz, al unísono y proclamar que si en 1995 tuvimos éxito también lo tendremos ahora. No falta experiencia ni conocimiento. Existen las herramientas y la voluntad política de actualizarlas para extraer todo su potencial. Hoy como ayer, la clave reside en la corresponsabilidad y en la claridad de objetivos».