Biden promete que su Gobierno «liderará al mundo, no se retirará de él»

«America is back». «América ha vuelto». Es el lema que Joe Biden ha usado hasta la saciedad desde que ganó las elecciones presidenciales del pasado 3 de noviembre y que este martes centró la presentación del que será su equipo de política exterior y seguridad nacional.

El presidente electo comparecía en Wilmington (Delaware) en un escenario junto a los nombramientos que se conocían desde la víspera y que serán rostros familiares para los estadounidenses a partir de enero, cuando jure su cargo: su próximo secretario de Estado, Antony Blinken; su secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas; su directora nacional de inteligencia, Avril Haines; su embajadora ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield; su asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan; y un viejo conocido, John Kerry, excandidato a la presidencia por el partido demócrata, exsecretario de Estado y, desde ahora, enviado especial para cambio climático. Aprovechó la presentación para lanzar un dardo a Trump: «Me dirán lo que necesito saber, no lo que quiero saber», dijo sobre su equipo.

Era la primera vez en la que Biden aparecía junto a altos cargos, en una comparecencia con mayor simbolismo por lo que había ocurrido la noche anterior: la Administración Trump, a través de la Administración General de Servicios (GSA, en sus siglas en inglés), había dado el visto bueno al comienzo de la transición del Gobierno de Donald Trump al de Biden. Es una decisión burocrática, que sirve para dar recursos al equipo de transición y acceso a información oficial, que debía haberse tomado hace semanas, pero que se ha retrasado por la negativa del presidente de EE.UU. a reconocer su derrota en las urnas.

Fotografía divulgada por la Oficina de Transición Presidencial Biden-Harris donde aparecen las seis primeras figuras de su futuro gabinete
Fotografía divulgada por la Oficina de Transición Presidencial Biden-Harris donde aparecen las seis primeras figuras de su futuro gabinete – Efe

Trump insistió este martes en que nunca aceptará la derrota y seguirá luchando en tribunales -hasta ahora no le ha dado ningún resultado- pero la realidad va por otro lado: además del reconocimiento de la GSA de que Biden es el vencedor aparente, su comparecencia en Wilmington coincidía con la certificación de su victoria por parte de Pensilvania y de Nevada, y un día después de que lo hiciera Míchigan. Son tres estados decisivos sin los que Trump no puede ganar la elección.

«Estoy encantado de haber recibido la verificación por parte de la GSA para llevar a cabo una traspaso de poderes exento de problemas», celebró el presidente electo.

Biden dijo que su Administración «liderará al mundo, no se retirará de él» y defendió que muchos de sus socios internacionales quieren que EE.UU. «recupere su papel histórico como líder global».

«EE.UU. es más fuerte cuando trabaja con sus aliados», afirma el presidente electo

El próximo presidente de EE.UU. reforzó su apuesta por el multilateralismo, por la idea de que «EE.UU. es más fuerte cuando trabaja con sus aliados». Sus nominados para dirigir la política exterior -deben ser antes confirmados por el Senado- incidieron en lo mismo. Blinken, que será el jefe de la diplomacia estadounidense, aseguró que EE.UU. «tiene más capacidad que nadie de unir a otros para enfrentar los problemas de nuestro tiempo». Thomas-Greenfield defendió que los grandes desafíos -la pandemia, el cambio climático, las migraciones masivas- «no son imposibles de solucionar si EE.UU. lidera el camino».

Entre las dudas que deja el nuevo equipo de Biden será su intervencionismo, frente a la apuesta de Trump por salir de «guerras interminables» que no benefician al país. Blinken simbolizó el papel de EE.UU. en el concierto internacional con el momento en el que su padrastro, superviviente del Holocausto, se encontró con un soldado estadounidense al final de la guerra. El próximo secretario de Estado asesoró a Biden cuando éste era senador y votó a favor de la Guerra de Irak. Este martes, sin embargo, el presidente electo aseguró que la diplomacia es lo que proporcionará «seguridad» a EE.UU. «sin meterse en conflictos militares innecesarios».