No estaban Casemiro ni Ramos pero no hubo el esperado cataclismo inicial en el Madrid. Incluso pudo sobreponerse a la ausencia de Benzema gracias a Mariano, que en el minuto dos marcó rematando un centro de Carvajal. Eran dos reapariciones en una misma jugada. El lesionado lateral y el relegado delantero que daba sentido sentido, sin embargo, a una vieja jugada convertida en desesperada iteración: centro al área y, oh albricias, remate de cabeza de un delantero tangible y real, no conjetural.
No fue el clásico partido «virus FIFA» del Madrid. No fue un problema de bajas, sino de ir consumiéndose como una vela. El comienzo fue bueno y el partido lo controló, más o menos, hasta el descanso. Fue un problema de falta de reacciones, de alternativas y de imaginación frente al esmero táctico de Emery cuyo Villarreal puede aspirar a todo este año. Juega muy bien, tiene gol y sabe encontrar revulsivos en el banquillo.
Tras el gol, el Villarreal comenzó un cierto dominio del juego, testimonial y aún lejano, urdido en la clase de sus mediocampistas. Solo hubo una ocasión digna de tal nombre, un pase largo de Gerard al remate de cabeza, dificultoso, de Parejo. Nada más. El Villarreal la tuvo pero lejos de las zonas erógenas y el Madrid desplegó un juego voluntarioso y simétrico que sin ser brillante sí resultaba disfrutable en esos primeros minutos. Era un 4-2-3-1 que empezó siendo presionante y fue replegándose sabiamente, con mucho trabajo en las bandas (pareja Lucas-Carvajal, por ejemplo) y Odegaard como apoyo de la estajanovista pareja Modric-Kroos con trabajo y constantes apoyos.
Le faltó al Madrid que se diera la vuelta y pisara la mediapunta, o que apareciera ahí Hazard, siempre de incógnito, pero la versión defensiva del equipo estuvo bien: seria, solidaria y, hay que repetirlo, simétrica, como si en ausencia de la columna vertebral el equipo se hubiera dispuesto en parejas de apoyos por todo el campo. Balón aparte, el Madrid vencía en la gestión y creación de los espacios: no dejó resquicios atrás y en su ataque, aunque sin ocasiones, había algo de promesa y potencial.
Pasaron los minutos y a Emery se le fue poniendo una cara de profunda consternación táctica que en cierto modo era la de todos: en toda la primera parte habíamos visto un único tiro a puerta.
El Villarreal volvió del descanso con más agresividad. Ese incremento de energía deparó una ocasión de Gerard en el 57 tras un error de Kroos (otro) ante la presión rival.
Pero el Madrid seguía a salvo y Nacho y Modric aún hacían con concierta solvencia de Ramos y Casemiro. Ante eso, Emery se sacó del magín táctico una solución transformadora: un triple cambio en el minuto 60 que cambiaba las bandas: Estupiñán y Yeremi por un lado, Chukwueze por el otro. Potencia.
Y esto sí alteró el curso del partido. Intervino también el cansancio visitante, pero el Villarreal retocado por Emery ya ponía en aprietos al Madrid. Primero fue un pase de Estupiñán para la llegada limpia de Parejo, que falló por poco; después, por esa banda nueva de Estupiñán llegó el penalti de Courtois, torpe, corto de vista ante la diagonal de Chukwueze.
Gerard marcó en el 76 y el 1-1 era más que justo. Era el resultado de una mejoría progresiva y más que apuntada contra la que no reaccionó Zidane. El control del Villarreal (Parejo, Gerard y compañía) se había intensificado, primero por la actitud general, como si sus jugadores se hubieran puesto, por fin, a la altura de los gestos faciales de Emery (¡jugar como él gesticula!); después, por los cambios de su entrenador, que mejora siempre el partido con sus decisiones.
El Madrid ya iba a remolque. En lo físico, en cada lance y en las decisiones estratégicas. Zidane cambió después de haberlo hecho Emery, sin producir efectos. De todos modos, no perdió la cara ni el sitio tras el empate, y no se dejó arrollar en los minutos siguientes. Como relativa novedad y quizás también como excentricidad, pudo verse a Asensio de falso nueve, confirmando una querencia casi viciosa de Zidane por esa solución. ¿No era el eempate suficiente razón para dejar a Mariano? Kubo apareció en el campo en el minuto 88 y cerca estuvo de marcar tras una fabulosa jugada a la contra de Gerard, quizás el jugador más clarividente de la tarde.
Ficha de partido
Estadio: Estadio de la CerámicaVillarreal
- 1Sergio Asenjo
- 4Pau
- 3Albiol
- 24Alfonso
- 2Mario
- 5Parejo
- 14Manu Trigueros
- 10Iborra
- 7Gerard Moreno
- 23Moi Gómez
- 9Bacca
Real Madrid
- 1Courtois
- 23Ferland Mendy
- 2Carvajal
- 6Nacho
- 5Varane
- 10Modric
- 8Kroos
- 21Odegaard
- 7Hazard
- 24Mariano
- 17Lucas Vázquez
- Banquillo
- 6Ramiro Funes Mori
- 21Jaume Costa
- 30Yeremi Pino
- 20Rubén Peña
- 19Coquelin
- 11Samuel Chukwueze
- 8Juan Foyth
- 13Gerónimo Rulli
- 15Pervis Estupiñán Tenorio
- 16Takefusa Kubo
- 32Alejandro Baena
- 34Fernando Niño
- Banquillo
- 20Vinicius Júnior
- 22Isco
- 32Victor Chust
- 12Marcelo
- 43Oscar Aranda
- 25Rodrygo Silva de Goes
- 26Diego Altube
- 13Andriy Lunin
- 11Marco Asensio
- Goles
- Gerard Moreno 75′
- Goles
- Mariano 1′