El Gobierno niega tener competencias para decidir sobre la cátedra que dirigirá la mujer de Sánchez

El ministro de Universidades, Manuel Castells, ha asegurado esta tarde en la sesión de control en el Senado que su departamento ministeral «no tiene competencias» para decidir sobre la dirección de una cátedra de carácter extraordinario, como la que ocupará la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, que codirigirá una cátedra extraordinaria en la Universidad Complutense de Madrid sobre la Transformación Social Competitiva.

Gómez, como ya publicó ABC, no es catedrática, ni doctora, ni siquiera licenciada, porque sus estudios de Márketing y Negocios los cursó en una escuela no oficial, sin un título homologado, pero esta circustancia no le está imposibilitando hacer una carrera académica.

Este es el argumento que utilizó el ministro como respuesta a la pregunta que le formuló el senador del Partido Popular, Jesús Vázquez Abad, «sobre los requisitos académicos y/o méritos profesionales que considera el ministro de Universidades que debe reunir una persona para dirigir una cátedra en una universidad pública».

Castells señaló que las universidades pueden desarrollar cátedras extraordinarias y que la organización y la designación de cargos forman parte de la autonomía universitaria y que su ministerio no tiene competencias «porque respeta el principio de autonomía universitaria consagrado en la Constitución».

El diputado popular recordó que para acceder a una cátedra se exige, entre otros requisitos, un doctorado, publicaciones en revistas especializadas, estancias en universidades y una carrera sólida y duradera, «dígale a los profesionales universitarios que lo brillante de la carrera académica no son los méritos, sino quien los firma con el perfil adecuado, como ser la pareja del presidente del Gobierno que les adelanta por la vía rápida cuando ni siquiera tiene que jugar ese partido».

Vázquez Abad le pidió al ministra «que le diga a las universidades que su ministro asiste impávido a la transformación de sus universidades en agencia de colocación de afines. El vicepresidente coloca a su pareja, el presidente a su chupipandi de juventud, 23 ministerios para emplear a cientos de asesores, decenas de nuevo puestos políticos y como no llega ahí está la universidad pública para catapultar a la mujer del presidente.