Nadal mete la directa

Rafael Nadal no para su cuenta en mil. Ya está en mil después de derribar a un voluntarioso Jordan Thompson, contra quien se enfrentaba por primera vez y que le exigió subir el nivel sobre todo en un segundo set igualado hasta el tie break. El balear incluso tuvo que levantar una bola de set en contra para al final apuntillar al australiano y acceder así a cuartos de final tras una hora y 33 minutos de choque.

Todo lo que en el estreno en París-Bercy fue un borrador ante Feliciano López, se pasó a limpio en el encuentro ante Jordan Thompson. La derecha voló como la pólvora, el saque funcionó de maravilla y las piernas se movieron con ligereza. Mezcla explosiva que destrozó a Thompson en un primer set impecable. También es verdad que el australiano no ofreció ninguna alternativa a un servicio potente sobre el papel pero que le funcionó solo en el primer turno. A partir de ahí, Nadal se convirtió en una apisonadora sin ningún obstáculo enfrente.

El segundo parcial ya fue otro capítulo. También con Nadal fino aunque algo menos efectivo porque por fin al otro lado de la pista apareció el número 61 del mundo. Por fin algo de tenis y qué tenis, obligado el balear a disparar ganadores porque el australiano se disfrazó de sparring: golpe tras golpe tras golpe tras golpe, ahí estuvo para hacer esforzarse un poco más al español.

Si uno ordenaba el juego con el saque, el otro lo imitaba con la misma crudeza. Tres saques directos para el español y 86 % de primeros -también tres dobles faltas-, siete aces para el australiano. Pero la diferencia, cómo no, la abrió Nadal en esos puntos en los que se decide hacia dónde la victoria se inclinará: las oportunidades de break.

Thompson, que aguantó por piernas todo lo que le bombardeaba Nadal, no pudo aprovechar ese momento de peligro que se ganó a golpe de llegar a todo. Una única opción de rotura en el partido que significaba, además, el set a su favor, igualar el partido, meterse otra vez en el choque. Pero Nadal es Nadal sobre todo en estos momentos y jugó un punto extraordinario que acabó con la resistencia del australiano.

Y solucionado el problema, allí en el tie break, la experiencia, las mil victorias, la cabeza impusieron su criterio. Un pequeño desajuste en la muñeca del australiano la aprovechó esta vez sí el 2 del mundo para derribar del todo la persistencia del rival, que puede marcharse satisfecho por un partido en el que, después de despejarse los nervios de enfrentarse por primera vez a Rafael Nadal, lo obligó a un esfuerzo mayor.

Así y todo, también satisfecho el balear, que ya sabe que la derecha funciona de maravilla, que el cortado de revés ya es una opción que hace daño y que el saque lo mantendrá firme en sus turnos. El choque también lo catapulta en la moral, segundo paso dado en este París-Bercy, mil y una victorias, y con este aumento de la exigencia que le propuso Thompson en el segundo parcial y que tan bien le puede venir para su próximo reto: Pablo Carreño.