Sánchez abre las puertas giratorias que quería cerrar

A prácticamente nada de lo que dice e lpresidente del Gobierno se le puede dar ningún valor. Puede decir la misma cosa y la contraria en un solo día. Y si se trata de años, las rectificaciones se multiplican y sus cambios de opinión son constantes sobre asuntos que afectan a la raíz de su ideario socialista.

Uno de los casos más emblemáticos de la escasa consistencia de sus principios es la apertura de par en par de las puertas giratorias, esas que él siempre quiso cerrar a cal y canto cuando era líder de la oposición. Y se ha producido esta misma semana con la propuesta de nombramiento de consejeros de Enagás del expresidente de la Generalitat, José Montilla, y del exministro y exsecretario de Organización del PSOE, José Blanco. En plena crisis del coronavirus, que ha tenido como principal consecuencia económica el aumento del paro, el presidente riega a dos exaltos cargos socialistas con suculentos sueldos que rondan los 160.000 euros.

Pronto se ha olvidado Sánchez de sus críticas al Partido Popular y a otras formaciones políticas, que utilizaron también estas puertas giratorias, defendidas por el exministro de Economía socialista, Pedro Solbes. Muy lejos quedan las declaraciones en 2014 del entonces aspirante a la Secretaría General del PSOE cuando afirmaba que «el enchufismo y la endogamia van a acabar». Unas palabras que no pronunciaría hoy, después de desvelar ABC que ha creado un organismo específico, la Agencia Urbana y Arquitectura para su amigo de la infancia, Ignacio Carnicero, con un sueldo de más de 90.000 euros

«Dar ejemplo»

En 2014 también afirmó que «debe terminar la relación entre la política y el sector privado» porque «no puede ser que un ex presidente del Gobierno forme parte de empresas de sectores estratégicos». Igualmente, sostuvo que la presencia de excargos del Ejecutivo en compañías privadas «puede ser legal» pero que la política «tendría que ir dos pasos por delante de la legalidad y dar ejemplo».

En sus ansias de renovación para evitar enchufismo, llegó a afirmar en 2017 que estaba dispuesto a crear un «nuevo partido socialista. Al PSOE le vamos a dar la vuelta, lo vamos a renovar, vamos a hacer un nuevo Partido Socialista»». Además, apostó por la creación de un nuevo modelo laboral en el que «prime la meritocracia y no el enchufismo».

Antes de abrir la puerta de par en par, como ha hecho esta semana, Pedro Sánchez ya hacía la vista gorda con los excargos socialistas que se le empezaban a colar por la rendija de la puerta por donde entran los enchufados socialistas.

Lo mismo que sus antecesores

Desde que arrebató el poder al Partido Popular con la moción de censura de 2018, que ahora cumple dos años, Sánchez ha hecho exactamente lo mismo que hicieron sus antecesores. Del Gobierno de Rodríguez Zapatero fueron varios los ministros que utilizaron las puertas giratorias, el de Economía, Pedro Solbes, fue consejero de la eléctrica italiana Enel, dueña de Endesa, y de Barclays; la ministra de Vivienda, Beatriz Corredor, es presidenta de Red Eléctrica; y la que fuera ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, es la directora global de Estrategia de Asuntos Públicos de Telefónica, entre otros.

Durante la era Sánchez, además de Montilla y Blanco en Enagás, el exministro de Industria, Miguel Sebastián, ha pasado a ser consejero de Indra; el que fuera jefe de su gabinete, Juan Manuel Serrano, lo ha situado al frente de Correos; el exsecretario de Organización del PSOE y exportavoz en el Senado, Oscar López, es el director de Paradores.