Fulgencio Coll insiste en que hay que frenar a Pedro Sánchez pero niega ser golpista

Fulgencio Coll ha agitado el debate político respecto a la investidura de Pedro Sánchez a pocas horas de que el líder socialista pueda convertirse en presidente del Gobierno con el apoyo de Esquerra Republicana de Cataluña.

Tras un artículo de opinión publicado en ELMUNDO/ El Día de Baleares en el que el portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Palma y ex jefe del Estado Mayor definía a Sánchez como un «problema para la seguridad nacional», representantes de diversas formaciones a nivel estatal han querido expresar su opinión sobre lo que para algunos era poco menos que una invitación del general retirado a llevar a cabo un golpe de Estado.

En una entrevista concedida ayer mismo a este diario, Fulgencio Coll sostiene que los principales destinatarios de su mensaje eran los diputados socialistas que con su voto tendrán la oportunidad, en los próximos días, de investir o rechazar a un presidente que llegará a Moncloa con el apoyo de «los enemigos de España». «Es un precio insoportable para nuestra Constitución», afirma Coll, para quien muchas de las críticas lanzadas en las últimas horas contra su artículo carecen de fundamento, y están hechas «sin haber ni tan solo leído el texto».

Y es que el que fuera alto mando militar recuerda que sus opiniones las expresa «como ciudadano libre», al margen de su pasado como general, y sin involucrar para nada al Ejército. De hecho, Coll considera que las Fuerzas Armadas «han sido, son y serán siempre leales» al Gobierno. «Nada tiene que ver mi declaración y mi comportamiento con lo que piense el Ejército», enfatiza el portavoz palmesano de Vox, para quien «bajo ningún concepto» se puede interpretar de lo escrito en este diario como una cosa diferente.

Coll pone en cambio las miras en el Parlamento en un doble sentido: para evitar que el futuro Gobierno tenga una deuda pendiente con el independentismo que representa ERC, y para que, en su caso, se tomen medidas contra Sánchez tras «haber pisado líneas rojas que nunca se deberían haber traspasado». Es aquí donde Coll apela al artículo 102 de la Constitución, cuya redacción advierte que «si la acusación fuere por traición o por cualquier delito contra la seguridad del Estado en el ejercicio de sus funciones, sólo podrá ser planteada por iniciativa de la cuarta parte de los miembros del Congreso, y con la aprobación de la mayoría absoluta del mismo».

En el texto publicado la semana pasada por este diario, el militar retirado señalaba que el mayor problema de España es «que la conducta de una persona ponga impunemente en peligro la legitimidad institucional del Estado». Para Coll, el actual presidente en funciones podría haber incurrido en un delito de prevaricación al haber «forzado situaciones» entre las que incluye «hacer campaña electoral durante un año y medio», utilizando para ello los medios a su disposición como jefe del ejecutivo.

No espera Coll que el mensaje de Navidad que lanzará esta noche el rey Felipe VI dé un salto cualitativo en un sentido similar al mostrado por él en su artículo de este diario. Y tampoco lo reclama. De hecho, dice tener «absoluta confianza» en lo que pueda «hacer y decir» el monarca respecto a la situación política que atraviesa España en estos momentos.

Coll reitera en todo caso su llamamiento a los diputados socialistas en el Congreso para que se alineen con las posturas ya expresadas públicamente por algunos de los más respetados miembros del PSOE, como Felipe González o Alfonso Guerra. «Los constitucionalistas, los que tienen experiencia de gobierno, están en contra de un pacto que atenta contra el futuro de España», remarca el portavoz de Vox, para quien la disciplina de voto no puede ser un excusa «en ningún caso»: «yo no dudaría en romperla», concluye.

Fulgencio Coll asume que llegará problablemente un gobierno que contará con el apoyo de ERC, ero prevé en cualquier caso una legislatura «breve» que pudiera terminar «en una moción de censura». E Insiste en que todo deberá dirimirse en un escenario político y a lo sumo judicial, pero «nunca» por una tercera vía.

el psoe lo califica de «golpista»

Las reacciones al artículo de Fulgencio Coll publicado en este diario el pasado miércoles han venido desde varios frentes.

Ayer mismo, el portavoz en el Congreso de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, defendía como «válida» la opción del artículo 102 de la Constitución, de modo que sea el propio Parlamento el que impida seguir adelante a Pedro Sánchez. De hecho, el propio Coll propone que el actual presidenet en funciones deje su lugar a otro diputado del PSOEque esté dispuesto a formar gobierno sin recurrir a quienes «quieren acabar con la actual unidad de España».

Desde el PSIB, que ha calificado las palabras de Fulgencio Coll como «antidemocráticas», el senador Cosme Bonet lamentaba ayer el silencio que han mantenido respecto a este asunto tanto el Partido Popular como Ciudadanos porque, según él, «de los ultras poco podemos esperar». «Las palabras de Coll son otra muestra de que, desde Vox, no comparten los valores democráticos en que se basa la constitución», señala Cosme Bonet, para quien, en el caso de Vox, «lo de llamarse constitucionalistas a sí mismos es una broma» a pesar de que, según insiste el general retirado, solo propugna la aplicación del artículo 102 de la Constitución.

También desde el PSIB, el diputado Pere Joan Pons reclama, «por cada aullido», «políticas progresistas y soluciones valientes a la altura de los problemas de este siglo». El alcalde de Palma, José Hila, habla de «ultraderecha pura y dura» para calificar el texto del portavoz de Vox en Cort, mientras el diputado socialista José Zaragoza llegó a llamar «golpista» a Coll a través deTwitter, comparándole con Franco, Milans del Bosch o Tejero. «A la cárcel con ellos», dijo.

Desde Més, Toni Alorda habló de «aberración» y Joana Campomar lamentó que Coll cobre dinero público.