Un VAR para llorar y no echar gota: de la carta del Barça a las quejas del Real Madrid

«EL CLÁSICO ROBO» y «TSUNAMI ARBITRAL». Estas fueron las portadas que un diario deportivo catalán dedicó de manera consecutiva al empate del FC Barcelona en Anoeta, ‘casualmente’ a tres y dos días, respectivamente, de recibir al Real Madrid en el Camp Nou. Desde el propio Barça reclamaron la utilización del VAR para la jugada en la que Piqué cayó en el área de la Real Sociedad, aunque previamente el central azulgrana agarró a Llorente. Incluso, anunciaron el envío de una protesta formal por carta a la Federación Española de Fútbol (RFEF), donde sabido es el trato preferencial que su presidente dispensa a los poderosos de LaLiga.

Sin embargo, tras un Clásico sin goles y sin fútbol, pero con varias jugadas polémicas, fue el Real Madrid quien se quejó del VAR. «Varane sufrió un plantillazo de Lenglet y dos minutos después fue agarrado de la camiseta por Rakitic», denunció el club madridista en su web, para añadir que «el central acabó derribado dentro del área, pero nuevamente ni el árbitro ni el VAR decidieron señalar la pena máxima». Es decir, que donde antes ‘solo’ había protestas por los arbitrajes, ahora también las hay por la no utilización del VAR, con lo que las polémicas se han duplicado.

«No voy a interpretar dos jugadas. La jugada de Piqué en San Sebastián era clara y el VAR no movió ficha», dijo Guillermo Amor, director de Relaciones Institucionales del Barça, en una exhibición de desfachatez. «Si el Madrid considera que lo ha visto de esta manera, pues lo hacen ellos. El árbitro pita, el VAR decide si entra o no y ya está. El VAR, si se hizo, era para aclarar jugadas. Si el Madrid cree que las jugadas son claras, que entre». Reír por no llorar, que suele decirse, aunque esto es lo que hizo el Barça en Anoeta… y el Madrid en el Camp Nou. Los lloros van por barrios…

«Sabéis que somos partidarios del VAR, entendemos que la tecnología tiene que estar presente para ayudar al árbitro porque es imposible que pueda ver todo», dijo Emilio Butragueño, con el mismo cargo que Amor, pero en el Real Madrid. «Según parece, el VAR interviene cuando la jugada es clarisísima. Es desconcertante que, caray, no haya intervenido, entendemos que son dos jugadas clarísimas. Es difícil de entender que una tecnología que está a disposición de los árbitros no se utilice en estas jugadas. Es muy desconcertante para todos. Cuando ves las imágenes te llaman la atención”. Sobran comentarios, ¿verdad?

Las quejas de Amor y Butragueño por el uso del VAR contrastan con los elogios de Carlos Velasco Carballo, presidente de los árbitros y pelota número 1 de Luis Rubiales. Aunque el problema es el de siempre, que más allá de los errores humanos y ahora también tecnológicos, lo que se pone en duda es la intencionalidad de beneficiar a unos o de perjudicar a otros. «Desde el punto de vista tecnológico, el debate del VAR esta temporada ha sido artificial», aseguró Velasco durante su visita cual estrella del fútbol al diario AS. «La transparencia es una de las señas de identidad que quiere tener este Comité Técnico de Árbitros», dijo en la misma línea de Rubiales de presumir precisamente de lo que más adolecen.

«Hawk-Eye es el operador de VAR más fiable que hay«, ha llegado a decir el osado Velasco. Sin embargo, buscando una razón puramente técnica o tecnológica de por qué el VAR no funciona bien en LaLiga, nos encontramos con un problema en la comunicación. Cuando en 2016 la FIFA sacó la primera oferta de VAR, para el Mundial Sub 20 disputado en Corea, se consideraba que las comunicaciones entre el árbitro y la sala VOR eran parte del concurso. Por tanto, el que ganaba tenía que encargarse de ella. En cambio, en la última oferta que convocó FIFA con motivo del Mundial de Clubes, precisamente como tuvieron problemas con Hawk Eye, retiró esa responsabilidad del prestador de servicio VAR para que fuera un tercero, en este caso Riedel en detrimento de Vokkero, quien históricamente lo había sido.

Según los expertos, los problemas no eran de Vokkero. De hecho, Mediapro hacía la temporada pasada el VAR en LaLiga con esta empresa, al igual que muchas otras que cubre Hawk Eye. La cuestión es que en esta no controlan las comunicaciones, de ahí que cometan errores como los vividos esta temporada en LaLiga, algunos muy evidente y otros tapados por el ‘transparente’ Velasco Carballo, y la FIFA no dudara en cambiarla.

Pero así es el VAR de Rubiales de Arabia, quien se lo quitó a Mediapro sin medir las consecuencias y ahora recibe quejas de sus amigos Florentino Pérez y Josep Maria Bartomeu. Un VAR de carretera. Hecho de prisa y corriendo, con las unidades móviles teniendo que ir en grúa al no tener los vehículos permiso de circulación y contratando operarios vía Londres… Un VAR para que los grandes lloren, pero sin echar gota. Para lágrimas, las de los demás…