El informe PISA pone en cuarentena los datos de España sobre Lectura porque los alumnos no respondieron con rigor

Los alumnos españoles se han portado como unos gamberros a la hora de responder a las preguntas informe PISA, la evaluación internacional que analiza el desempeño escolar de los alumnos de 15 años en más de una treintena de países. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha decidido aplazar la publicación de los resultados de Lectura estatales y regionales de PISA 2018 de España porque ha visto cosas raras en las respuestas. Al parecer, según fuentes de este organismo internacional, adolescentes españoles contestaron «de manera apresurada» a algunas preguntas, lo que quita validez una parte de la prueba.

Por eso, ha decidido no incluir en el conjunto inicial de informes que se publicarán el 3 de diciembre de 2019 los relacionados con la Lectura. Los resultados de España de Matemáticas Ciencias se publicarán en esa fecha.

Este escándalo educativo no tiene precedentes en la historia del famoso informe, que comenzó a realizarse hace ya dos décadas. La OCDE constata que «los datos de España han cumplido los Estándares Técnicos de PISA y no se ha apreciado ningún error técnico ni manipulación de los mismos», pero ha apreciado que «algunos datos muestran un comportamiento de respuesta inverosímil por parte de los estudiantes» y, «por consiguiente, no puede asegurar una plena comparabilidad internacional de los resultados de España por el momento».

¿Qué ha ocurrido exactamente? Que «un número relevante de estudiantes españoles respondieron a una sección nueva de la prueba de Lectura (la sección de Fluidez Lectora) de una forma que era patente que no representaba su competencia lectora real». Como esta evaluación se hizo a través de ordenador, las acciones de los estudiantes quedaron registradas y se ha podido realizar un seguimiento de lo que hicieron. En muchos casos, los estudiantes contestaron la sección de Fluidez Lectora «de manera apresurada, empleando menos de 25 segundos en total para responder más de 20 preguntas». En comparación, los estudiantes que dedicaron el esfuerzo adecuado a estas preguntas emplearon por lo general entre 50 segundos y más de dos minutos en contestar esta sección, dependiendo de lo rápido que pudieran leer.

Además, estos estudiantes respondían siguiendo ciertos patrones (todas sí o todas no, etcétera). Este comportamiento de respuesta no ha sido uniforme en toda la muestra de España, sino que se ha observado sobre todo en determinados centros educativos de algunas zonas de España. «La extensión y concentración de respuestas de este tipo, muy rápidas y siguiendo un cierto patrón, ha tenido lugar sólo en España, y afecta a los datos de rendimiento en Lectura», dice la OCDE.

El Ministerio de Educación español está de acuerdo en seguir la recomendación de la OCDE de aplazar la publicación de sus resultados y datos, a la vez que se investiga sobre las posibles fuentes de estas anomalías.

La OCDE y España están trabajando conjuntamente para identificar las causas de este comportamiento de respuesta por parte de los estudiantes y poder evitar así que se produzcan casos similares en el futuro. En una primera revisión, se ha averiguado que este comportamiento anómalo (es decir, respuestas que no reflejan el nivel real de la competencia de los estudiantes) «es más notorio en la sección de fluidez lectora y tiene mayor impacto sobre los resultados de Lectura», aunque un análisis más profundo podrá confirmar si ha afectado a otras partes de la prueba de Lectura. Los resultados de las competencias Matemática y Científica parecen estar afectados en mucha menor medida por este comportamiento anómalo. Esto podrá ser confirmado por posteriores análisis.

Una vez que conozca la extensión del problema en profundidad y analice sus causas y consecuencias, la OCDE decidirá cuál es la mejor forma de publicar los resultados de Lectura en España.