Pablo Iglesias certifica su rechazo a la investidura en julio de Pedro Sánchez tras no lograr una coalición

Las posiciones enrocadas de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias anticipan una primera investidura fallida del candidato socialista. La reunión celebrada el martes en Moncloa sirvió para dejar a un lado los paños calientes: sus posiciones están a día de hoy muy lejos. El PSOE quiere un Ejecutivo monocolor; Unidas Podemos una coalición. Sánchez se someterá a la votación del Congreso en las próximas semanas -en julio- sin tener los apoyos garantizados. Es más, Iglesias corrobora su voto en contra en este primer intento y ya vislumbra que el hipotético acuerdo tendrá que ser, en todo caso, para septiembre.

La suma de PSOE y Unidas Podemos alcanza los 165 diputados, lejos aún de los 176 que supone la mayoría absoluta -argumento esgrimido por los socialistas para rechazar la coalición-, pero los 42 diputados morados son vitales para armar cualquier mayoría parlamentaria alternativa al bloque de derechas que forman PP-CS-Vox. Por eso, sin los votos de Iglesias, Sánchez no tiene opción alguna de superar la votación de la investidura.

El líder de Podemos sigue confiando en que su formación esté presente en el Consejo de Ministros, aunque para ello «haya que esperar dos meses y medio para que se produzca». Señala en el calendario septiembre. El motivo es que una investidura fallida de Sánchez pone en marcha el reloj que cifra en dos meses el plazo para que un candidato sea investido presidente o se deberán convocar de nuevo elecciones. Si el líder del PSOE se somete a una votación en julio, el plazo para evitar poner de nuevo las urnas sería septiembre.

Con esta declaración, realizada en el Congreso, en su discurso de inauguración de la Jornada en defensa de los servicios públicos, organizada por el Grupo Parlamentario Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en Común, Iglesias da por sentado que su partido votará en contra de la investidura de Sánchez. Que no la apoyará, como ya le avanzó en la reunión mantenida en Moncloa. En todo caso, descargará la responsabilidad de esa decisión en las bases de Podemos, con una consulta a los inscritos. En los foros de internet de los militantes ya se alienta la vía de tumbar al PSOE.

La estrategia de Podemos pasa por evitar una confrontación directa y pública con el PSOE que cierre definitivamente las puertas a un Ejecutivo de coalición. Pese a que en el partido existe una mezcla de decepción y enfado por la actitud de los socialistas, Iglesias ha impuesto un cierre de filas en la discreción. Su apuesta es que el paso del tiempo, y la consiguiente amenaza de nuevas elecciones, pueda propiciar el entendimiento. Por eso, pese a la evidencia de que la distancia con Sánchez es enorme, Iglesias se ha mostrado optimista.

Órdago hasta el final

«Quiero transmitir tranquilidad. El acuerdo de Gobierno de coalición está mucho más cerca de lo que podría parecer», unas palabras que cambien el paso respecto a las sensaciones latentes el martes en su equipo. Mientras haya posibilidad de acuerdo, Iglesias quiere tener la puerta abierta. «Nosotros no tenemos ninguna duda de la función de los 3,7 millones de ciudadanos que nos votaron y sus 42 representantes en el Congreso Sólo nos vamos a mover a partir de las garantías y si [el PSOE] no le dobla el brazo a Ciudadanos tendrán que negociar una coalición con nosotros que asegure que en este país se protegen los servicios públicos».

Iglesias ha hipotecado su futuro político y el de su formación a entrar en el Gobierno. Ha comprometido su palabra desde la campaña de las elecciones generales y está decidido a llevar hasta el final su órdago. Pese al entendimiento de los últimos meses, la desconfianza de Podemos hacia el PSOE es grande por los incumplimientos respecto al acuerdo que Sánchez e Iglesias firmaron en octubre de 2018 en Moncloa. A Iglesias ni siquiera le contenta la comisión de seguimiento prometida por Sánchez.

«Los papales aguantan frases preciosas, pero después no se cumplen. Fiarse de la palabra de un político es lo más imprudente que se puede hacer en la vida. No se fíen de ningún político, tampoco de nosotros. Fíense sólo de las garantías. Nosotros no nos fiamos de las palabras de un interlocutor, de las palabras en un papel o de una comisión de sguimiento. La única garantía es que en España haya un Gobierno de coalición», ha sido el dardo de Iglesias a Sánchez.