El independentismo asume su derrota en Barcelona, que califica de conspiración «de Estado»

Durante un breve lapso de tiempo el independentismo se vio con la posibilidad de gobernar a lado y lado de la plaza Sant Jaume, donde se sitúa el Ayuntamiento de Barcelona y el Palau de la Generalitat. Lazos amarillos colgando de ambas fachadas y sinergias entre los dos mayores órganos de gobierno de la comunidad. Sin embargo, la operación auspiciada por Manuel Valls para que Ada Colau repita en el consistorio como «mal menor» frente a un alcalde de ERC parece haber frustrado una victoria algunas daban por hecha.

«Contra la operación de Estado, operación de país y unidad estratégica: alcaldes y gobiernos independentistas», escribió ayer por la noche el presidente catalán, Quim Torra, en las redes sociales. El dirigente independentista ya da por perdida la batalla de Barcelona y lo fía todo a evitar que el secesionismo pierda parcelas de poder en más ciudades y administraciones locales, provinciales y comarcales.

En ERC, partido que vio como su representación en Barcelona se duplicaba y su alcaldable, Ernest Maragall, se alzaba como candidato más votado, la digestión de ver como el Ayuntamiento se les escapa de las manos está siendo algo más pesada. Desde prisión, Oriol Junqueras no ha lanzado ninguna valoración pública ante una derrota estratégica de su partido. Ha preferido mantener un perfil más discreto.

Sin embargo, los cuadros medios y altos de los republicanos sí que están vertiendo toda su frustración ante un acuerdo entre Colau y el PSC con en respaldo externo de Manuel Valls que podría fructificar en las próximas horas. «Va quedando claro que En Comú-Podem tiene un pacto global con las élites», resaltó el diputado y presidente del grupo parlamentario de ERC, Sergi Sabrià. Asimismo, el dirigente republicano vaticinó que este «pacto de la casta» también se extenderá en localidades como Badalona y Tarragona, así como en varias diputaciones.

Después de meses de coqueteo con los comunes de Ada Colau los republicanos han descargado contra la alcaldesa en funciones -que previsiblemente confirmará hoy si se presenta al debate de investidura del próximo 15 de junio- una batería de reproches: «Que lejos la Ada Colau activista y las alcaldías del cambio. Que pena», resumía el propio Sabrià.