Carmena se aferra a un resquicio legal para mantener la alcaldía

La formación municipal de Más Madrid se reunió ayer por la mañana para valorar los resultados del pasado 26 de mayo y emprender una estrategia común, sin fugas, antes del 15 de junio, cuando se constituye la nueva Corporación. Ante la ausencia de un comunicado oficial del bloque de centro-derecha confirmando un bipartito entre PP y Ciudadanos o un tripartito, con la inclusión de Vox, la plataforma de Manuela Carmena acordó presentarse en la sesión de investidura como alternativa para gobernar en minoría en el Palacio de Cibeles como la lista más votada. Esta huida hacia adelante es obligada, pero es casi una utopía, ya que se prevé que el Partido Popular, que encabeza José Luis Martínez-Almeida, logre la alcaldía con sus 15 escaños junto a los 11 concejales que le aportará la formación de Begoña Villacís. Lo que queda por encajar es cómo se le pide a Vox que ponga la música de la fiesta con sus 4 ediles sin que entre a bailar.

El artículo 196 de la Ley de Régimen Electoral General establece dos fórmulas para elegir los alcaldes. El plan A, que uno de los concejales que encabece una de las listas obteng a la mayoría absoluta de los votos del resto de ediles de la Cámara; la opción B, que, si ninguno de ellos obtiene la mayoría es proclamado regidor o regidora el «número uno» de la lista que represente la fuerza más votada en las urnas. En caso de empate, se resolverá por sorteo.

Desde Más Madrid, los mensajes que lanzan a Cs es el de que evite la entrada de «la extrema derecha» en el gobierno municipal. Este mismo lunes, Inés Sabanés, una de las primeras concejales reelegidas en pronunciarse en las redes sociales tras la derrota a la hora de sumar con el PSOE para formar gobierno, lanzaba en Twitter al partido de Rivera: «Los Liberales establecen veto al bloque de la derecha radical en del Parlamento Europeo, donde se incluirá Vox cuando se constituya la próxima Eurocámara».

La delegada de Medio Ambiente y Movilidad en funciones mantiene su optimismo a la hora de conseguir frenar el cambio de ideología en la capital. El lunes también expresaba en la red. «Esta seguridad de los medios dando por hecho (con toda naturalidad) el acuerdo de derecha + extrema derecha en el Ayuntamiento y Comunidad me parece precipitada. En Europa se están explorando otras alianzas», lanzaba en alusión a la fuerza de Los Verdes en Europa.

Teatro aritmético

Mientras tanto, todas las formaciones están dándole vueltas a la aritmética en el hemiciclo municipal para ver qué otras posibilidades podrían evitar que Vox entre en el gobierno. Más Madrid trató ayer de ganar tiempo y alegó que podría garantizar su continuidad al frente de Madrid antes de la debacle de estas siglas cuando Carmena entregue su acta el 15-J y abandone la política.

Por su parte, en Ciudadanos jugaron al despiste cuando el secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, declaró que iban «a intentar» que Villacís fuera la nueva alcaldesa, una pretensión que deja entrever que están dispuestos a coquetear con otras fuerzas, previsiblemente sin éxito. «Lo natural es que se produzca una negociación con el PP. Vox tendrá que decidir cuál es el modelo que le gusta más, si el de Carmena o el que proponemos nosotros», afirmó más tarde Villacís, en RNE. Aunque, al mismo tiempo, rechazó poner cordones sanitarios: «Los apoyos son bien recibidos, vengan del PSOE o de Vox».

Pero lo cierto es que los números no dan para que su candidata se alce con el bastón de mando sólo con el apoyo del PSOE: faltarían diez ediles para tocar la mayoría absoluta de Cibeles (sumarían 19). Para que esta fórmula resultase, serían necesarios los apoyos de los 19 de Más Madrid. Aún así, esta fantasía duró apenas unas horas, ya que la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, remarcó en RNE que «la política no es un mercado persa» ni un «juego de cromos» y descartó que vayan a apoyar la investidura de Villacís a cambio de que Cs respalde a Gabilondo en la Comunidad.