No hay “plan B”: May quiere renegociar y rechaza un segundo referéndum

La primera ministra británica, Theresa May, ha defendido hoy su plan alternativo para el brexit dejando claro que continuará dialogando con el resto de partidos sobre la polémica salvaguarda para Irlanda del Norte y que espera regresar a Bruselas para abordar el asunto con la Unión Europea (UE). “En las próximas semanas seguiré hablando con mis colegas, incluido el (norirlandés) DUP, para considerar cómo podemos cumplir con nuestras obligaciones con la gente de Irlanda del Norte y de Irlanda, de una forma que podamos obtener el mayor apoyo posible en el Parlamento”, afirmó May.

En su intervención en la Cámara de los Comunes, May volvió a cerrar la puerta con contundencia a un posible segundo referéndum: “Tengo miedo de que un segundo referéndum sentaría un difícil precedente, que podría tener implicaciones significativas sobre cómo manejamos los plebiscitos en este país”, dijo.

Para ponerle facil a Bruselas que abra la puerta a reabrir las negociaciones, May ha querido dar un paso que allane anunciando que elimina la tarifa de 73 euros para todos aquellos comunitarios que lleven cinco años trabajando en RU y quieran solicitar la residencia. Sin embargo la frialdad y el escepticismo han sido la tónica general entre los diputados presentes esta tarde en Westminster.

Se trata de la enésima batalla final para la primera ministra de Reino Unido. En una sesión en la Cámara de los Comunes de infarto, Theresa May planteó las líneas generales de su dudoso “plan B” para una salida mínimamente ordenada de la Unión Europea después de que su “plan A” fracasara estrepitosamente el pasado martes. La votación sobre esta nueva vía alternativa para dejar la UE tendrá lugar el 29 de enero, el martes que viene y es precisamente en ese momento cuando se espera que los diputados -tanto conservadores como laboristas- presenten enmiendas.

Todos los esfuerzos de May van encaminados a despejar las dudas de los parlamentarios en referencia a la salvaguarda (“backstop”) que se ha establecido para evitar una frontera dura entre Irlanda del Norte y el resto de la isla. Este fue el controvertido punto que causó la oposición al plan de May por parte de los diputados conservadores más euroescépticos y del Democratic Unionist Party (DUP) de Irlanda el Norte.

Pero May no lo tiene fácil a juzgar por las declaraciones de líderes europeos. El ministro de Asuntos Exteriores, Heiko Maas, ha dicho esta mañana desde Bruselas que la UE mirará “con mucha precaución” las nuevas ideas que vengan de Londres para desbloquear la situación.

– Manifestantes contrarios al Brexit portan pancartas críticas hacía la figura del conservador Jacob Rees-Mogg

Una de las nuevas figuras entre los Tories, el euroescéptico Jacob Rees-Mogg, se mostraba escéptico sobre las posibilidades que tiene sacar adelante su iniciativa. “Creo que la opción más probable es una salida sin pacto. La segunda más probable es rehacer el acuerdo, la tercera ampliar el periodo de negociaciones y la cuarta, a mucha distancia de las anteriores, es que no se produzca la salida”, dijo este diputado a “LBC Radio”.

Por su parte, el ministro español de Exteriores y Cooperación, Josep Borrell, pidió hoy “seriedad” y evitar que el “brexit” se proclame y luego se suspendan sus efectos, como ocurrió con la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) de Cataluña, suspendida por el Tribunal Constitucional. “Creo que hay que evitar cronificar el problema, que eso se convierta en el ‘brexit’ que nunca se acabó y que sigamos discutiendo y discutiendo”, indicó Borrell ante la prensa a su llegada a un Consejo de ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE), informa Efe.

También se ha pronunciado esta misma mañana el secretario de Estado para la Unión Europea, Luis Marco Aguiriano, que aseguró que ampliar los plazos para la negociación del acuerdo de salida del Reino Unido de la UE solo tendría sentido si el Gobierno británico “mueve de manera fundamental sus líneas rojas”. Aguiriano se ha expresado así en una rueda de prensa conjunta con el ministro británico para la Salida de Europa, Robin Walker, tras firmar el acuerdo por el que ambos países acuerdan mantener el derechos de los ciudadanos de participar en elecciones municipales del país en que residan.