Los mercados respiran al alejarse las posibilidades de un Brexit «inminente»

Lo más sorprendente de la reacción de los mercados este miércoles tras el rechazo del Parlamento al plan de Brexit de Theresa May es, precisamente, que no existió. Las principales Bolsas europeas, a excepción de la británica, han encajado la votación con subidas después de haber atravesado la sesión prácticamente planas. La libra, otro indicador que refleja el impacto del divorcio desde el mismo día del referéndum, tampoco se ha resentido, ya que se ha mantenido al alza hasta situar su cambio con la divisa común casi en el nivel del 1,13.

Hay una doble razón que explica la calma relativa en los mercados. De una parte, los inversores ya habían descontado la mayor parte del impacto desde el verano de 2016 y, de forma especialmente intensa, en la segunda mitad de 2018. De otra parte, y a pesar de la abultada derrota de May en la votación del martes, los inversores conceden muy pocas posibilidades a un Brexit sin acuerdo, el escenario más temido.

Por el contrario, los analistas coinciden en apostar por una versión más suave del divorcio y, en cualquier caso, por un retraso en la fecha en que finalmente se producirá, más allá del 29 de marzo. «Creemos que la perspectiva de un Brexit desordenado se ha desvanecido aún más», asegura Adrian Paul, economista para Europa del banco Goldman Sachs. «Las Bolsas respiran tranquilas al alejarse cada vez más la posibilidad de que se vaya a producir un divorcio inminente», explica Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank.

En esta línea, UBS justifica un posible retraso en la escisión bien porque Reino Unido intente renegociar con Bruselas el acuerdo o bien porque se convoquen elecciones anticipadas o un segundo referéndum. «Cualquiera de estos escenarios requerirá más tiempo y un mayor peso del Parlamento», asegura. En este contexto, la entidad recomienda «mantener y no incrementar la exposición a activos británicos y a la libra, dado que la volatilidad y la incertidumbre se mantendrá alta».

La volatilidad, que hizo su aparición en 2018, será de nuevo la gran protagonista de los próximos meses. Para Deutsche Bank, este factor obliga a ser «cautelosos» a la hora de tomar posiciones en Reino Unido. «Cualquier decisión o política que conduzca a un no acuerdo de Brexit amplificaría la aversión de los inversores a los activos de Reino Unido. Si bien una fuerte caída en la libra esterlina podría actuar como colchón, un escenario así agregaría incertidumbre y una sensación muy negativa entre los participantes del mercado», apunta la entidad alemana.

A tenor de lo ocurrido hoy, los temores parecen controlados. La libra ha mantenido su tendencia al alza y se situó cerca de máximos respecto al euro, al fijar el cambio con la moneda única cerca del nivel de 1,13; frente al dólar, la libra se mantuvo relativamente plana. Esa fortaleza perjudica a las compañías británicas orientadas a las exportaciones y, como consecuencia, ha tirado a la baja de la Bolsa de Londres, que cayó un 0,47%.

Ha sido el único de los parqués europeos que ha terminado con signo negativo. En Italia, el Ftse Mib se ha disparado un 1,63%; el Cac de París, un 0,51%; el Dax de Fráncfort, un 0,36% y en España, el Ibex 35 ha logrado recuperar los 8.900 puntos (8.912) tras subir un 0,71%.

Resulta especialmente llamativo el comportamiento de Banco Sabadell y de IAG en el selectivo español, por su elevada exposición a Reino Unido. En el caso del banco, sus acciones ganaron un 4,8%, frente al 3,75% que avanzaron los títulos de la aerolínea.

La situación de IAG es especialmente complicada. El conglomerado integrado por Iberia y Vueling, entre otras, podría llegar a perder sus posibilidades de operar en Europa al no cumplir con las reglas europeas de propiedad. Sus acciones cerraron ayer a 6,92 euros, «un precio muy barato pero que conlleva mucho riesgo», en palabras de Beltrán de la Lastra, presidente y director de inversiones de Bestinver.