Ceballos salva a un Madrid en cuadro

Ante las muchas bajas, Solari respondió con juventud. Mandó al banquillo a dos jugadores de perímetro sospechoso como Marcelo e Isco y optó por Reguilón y Valverde. Lo de Isco es ya una declaración definitiva de gusto futbolístico o de incompatibilidad que además lleva aneja la suplencia de Ceballos.

Ceballos e Isco eran el futuro de un nuevo Madrid de toque y estilo español, y son el presente de la Selección de Luis Enrique. Bien, pues Solari prefiere a Valverde, con su gran zancada juvenil y su fútbol constante. Es el laberinto del Madrid actual: el entrenador del filial deshace (no le queda otra) lo que se supone era la planificación del club.

A la apuesta por la juventud sumó el recurso al 3-5-2. Pensó que defender y contragolpear bien era mejor que tenerla mal. Y le salió bien un tiempo.

Cualquier cambio es un buen cambio en el Madrid. Comenzó con una nueva agresividad, presión de jugadores jóvenes, espacios y un fútbol directo en respuesta a la previsible posesión setienesca. Valverde y Casemiro y los cinco defensas convertían el juego del Betis en un largo enhebrar que tenía también algo de ejercicio académico. Cuando se equivocaba en meter la pelota por la cerrada muralla volvía a empezar con su rutina de toque y geometría, como reconstruyendo un castillo recién derribado.

Ante ese fútbol, el Madrid se despojó de su traje habitual de toque cansado y mutó en «el otro». Aprovechó los espacios y disfrutó. Benzema estuvo magitral con más campo y el 5-3-2 rejuveneció a Modric durante un rato.

Gol de Modric y lesión de Benzema

Los laterales volaban. Así llegó el 0-1 en el minuto 13: subida de Carvajal que acabó en un rechace que Modric cazó con la zurda. El gol tuvo un suspense de VAR porque había que escrutar bien la jugada. En algunos partidos el VAR parece la videovigilancia china y en otros la cámara ignorada de un párking semivacío.

Hubo a partir de ahí unos minutos frescos del Madrid, que tenía una posición agazapada y directa. Cinismo táctico y juventud en el campo. Una izquierda nueva con Reguilón, Valverde y Vinicius. ¿Podrá hablarse de una Quinta de Solari?

Benzema hacía estragos varios y al Madrid, que no sufría con la parsimonia bética, solo le faltaba sentenciar. Pudo hacerlo Vinicius en una rápida contra colectiva o Valverde en una llegada en la que quiso emular el taconazo de Guti.

En la observación de Vinicius cabe anotar dos cosas. A lo que ya le conocíamos añadió un gran trabajo defensivo y sorprendentes momentos de rabia, de carácter.

En el 46, antes del descanso, Benzema, que era el mejor y el experto director de una orquesta de jóvenes, se lesionó en un dedo (fractura). Se le dobló el meñique, que quedó como el de un nuevo centrista y fue sustituido por Cristo. Quizás un error de elección. El Madrid de Solari se parecía al Castilla de Solari.

Ver a Valverde presionar la salida del Betis era un hito generacional, algo extraño, una especie de vislumbre de algo por llegar, mientras que el fútbol del Betis se prolongaba como un discurso cubano. Un monólogo que al principio aun no descolocaba al Madrid, que además tenía el recurso de buscar a Vinicius. Fue echando de menos, sin embargo, la pausa de Benzema. Sin él faltaba la reflexión, el optimizador de la decisión sobre cuándo salir o no al contragolpe. Sin Benzema el Madrid podía convertirse en un barco sin timón. Había un riesgo de correcalle, de que el partido rompiese a ida y vuelta definitivo. El Madrid parecía el Almería, aunque eso no era malo en sí mismo. Era humilde y efectivo. El problema es que faltaba el gran transbordador de los contragolpes. Modric estaba ya desfondado.

En el 60 Guardado llegó con peligro y el Madrid comenzó a sufrir. Necesitaba un poco de balón. Quizás a alguno de los mediocampistas que miraban desde el banquillo.

El sufrimiento continuó y Canales, que era el encargado bético de la microcirugía, marcó el empate tras consulta de VAR.

Fue después cuando Solari sacó a Ceballos. Parecía tarde. Ya era imposible recuperar la iniciativa, aunque sí tendría un impacto definitivo en el partido.

Salió después Brahim, no Isco, convertido ya en asunto gerencial, quizás disciplinario, y el Madrid tomó algo de oxigeno, lo que permitía pensar en qué hubiese pasado si el cambio se hubiese hecho antes. Con algo de pelota volvió a llegar, y una contra de Casemiro acabó en falta al borde del área. Ceballos, que había sido pitado al entrar, marcó con pillería y pidió perdón de inmediato, perpetuando la relación sadomasoquista que los jugadores españoles del Madrid mantienen con sus clubes de origen.

Tuvo suerte Solari, que había perdido por completo el control del partido en la segunda parte. Otra vez.

Ficha de partido

Estadio: Benito VillamarínReal Betis

  • 13Pau López Sabata
  • 23Aissa Mandi
  • 2Francisco Javier Guerrero Martín
  • 5Bartra
  • 19Barragán
  • 14William Silva de Carvalho
  • 21Lo Celso
  • 18Guardado
  • 9Sanabria
  • 6Canales
  • 17Joaquín

Real Madrid

  • 1Keylor Navas
  • 6Nacho
  • 4Sergio Ramos
  • 5Varane
  • 15Federico Valverde
  • 2Carvajal
  • 14Casemiro
  • 10Modric
  • 23Reguilón
  • 28Vinicius Júnior
  • 9Benzema
  • Banquillo
  • 7Sergio León
  • 16Lorenzo Morón García
  • 4Zouhair Feddal
  • 1Joel Robles
  • 10Boudebouz
  • 3Javi García
  • 11Tello
  • Banquillo
  • 19Odriozola
  • 24Dani Ceballos
  • 12Marcelo
  • 21Brahim Díaz
  • 22Isco
  • 27Cristo González
  • 13Casilla
  • Goles
  • Canales 67′
  • Goles
  • Modric 12′
  • Dani Ceballos 87′

Árbitro: Alejandro José Hernández Hernández