El 155 o la caída electoral del PSOE

En noviembre, coincidiendo con los primeros cinco meses de gobierno, el diario LA RAZÓN publicaba un sondeo de NC REPORT en el que se evaluaba este tiempo del PSOE en la Moncloa, y era llamativo el divorcio entre el electorado del Partido Socialista y el Gobierno socialista. Con relación a los Presupuestos Generales del Estado, el 50,7% del electorado del PSOE opinaba que el Gobierno debería negociar con PP y Ciudadanos en lugar de con los independentistas.

Otro 68,4% desaprobaba que se negociaran los presupuestos de 2019 en la cárcel con Oriol Junqueras.

Y con respecto al proyecto «estrella» de la legislatura, el 56,9% del voto socialista consideraba que no era una prioridad la exhumación de los restos del General Franco del Valle de los Caídos.

En el último barómetro del CIS, el correspondiente al mes de noviembre, en la pregunta 11, relativa a la valoración de la gestión del gobierno socialista, únicamente el 37,0% de los votantes socialistas se pronuncia positivamente con respecto a esta actuación, respondiendo que buena o muy buena su gestión.

El 2 de diciembre pasado el PSOE sufrió un duro golpe en Andalucía, en el teórico contexto de unas elecciones autonómicas, el electorado andaluz se comportó como en un anticipo de las elecciones generales y entregó la mayoría del voto a los tres partidos del centro derecha. La izquierda se desplomó del 57,2% de 2015 al 44,1% de los votos. El centro derecha en cambio subió del 36,5% de 2015 al 50,0% del voto. El conjunto de la izquierda se hundía 13,1 puntos y los tres partidos del centro derecha sumaban globalmente 13,5 puntos.

El PSOE perdía 7,4 puntos y Podemos e IU otros 5,7 puntos.

Los socialistas perdieron 400.000 votos, el 28,5% de sus votantes de 2015, pasaron de 1,4 a solo 1,0 millón de votos.

Teniendo en cuenta que tras la caída de Cataluña, por el retroceso del PSC en la última década ante el avance de Ciudadanos, Andalucía se había convertido en el principal aporte de votos nacional al PSOE. El 24,8% del voto del PSOE en el conjunto del territorio nacional procedió en las elecciones generales de 2016 de Andalucía, así como el 23,5% de sus escaños.

Andalucía es pues vital para las expectativas del PSOE de ser el partido más votado en España, pero Andalucía se ha convertido en el primer escenario de confrontación electoral de las elecciones generales pendientes de celebrar.

Pero el PSOE, lejos de reaccionar con un giro de 180 grados, renunciando al acercamiento con los independentistas y pasando al enfrentamiento directo mediante la aplicación del artículo 155 con los que quieren romper España, regala a los separatistas la cumbre «bilateral» celebrada este jueves en Barcelona, dando legitimidad a un gobierno regional desleal con España y la Constitución.

No tenemos más que ir al barómetro del CIS citado anteriormente y comprobar la opinión de los votantes socialistas con respecto al supuesto derecho de autodeterminación. Ante la pregunta del modelo territorial del Estado para España, solo el 4,2% de los votantes del PSOE secunda que se reconociese a las comunidades autónomas la posibilidad de convertirse en Estados independientes. Frente a un total del 10,6% en el conjunto de España.

En la mayoría comunidades autónomas con presidente socialista no se alcanza el 4,2% de esa media nacional del electorado del PSOE, se queda por debajo: en Andalucía el porcentaje es de tan solo el 1,5%; en Castilla-La Mancha únicamente del 2,3%; en Aragón del 2,4% y en Asturias del 2,7%. Las que más se acercan a la media nacional son Extremadura y Comunidad Valenciana, con el 3,9% y 4,6%, respectivamente. Los principales bastiones electorales del PSOE rechazan la autodeterminación y el gobierno no lo tienen en cuenta.

Da la impresión que la política territorial de esta nación se dictase, desde el pasado mes de junio, presuntamente desde la misma «Lendakaritza». El PSOE debe cambiar su rumbo, pues si no lo hace cosechará una severa derrota electoral en las elecciones del 26 de mayo.