Endesa apuesta por la energía solar para suplir al carbón en Andorra

Endesa ha presentado hoy la solicitud formal de cierre de la central térmica de Andorra amparándose, como ya se conocía, en las «actuales circunstancias regulatorias y de mercado», por lo que la compañía considera «imposible» abordar las inversiones necesarias para que la planta andorrana cumpla con los nuevos límites de emisiones establecidos por la Unión Europea que entrarán en vigor el 30 de junio de 2020. Según un comunicado difundido por Endesa, tanto los representantes del Ministerio, como a las autoridades de la comunidad autónoma de Aragón y del municipio de Andorra han sido formalmente informados. En paralelo a la solicitud de cierre, la empresa ha presentado un plan de futuro que incluye la salvaguarda de los 153 empleados de la central, así como dar total prioridad a la contratación de trabajadores de las actuales empresas auxiliares para el desarrollo de las actividades de cierre y desmantelamiento de la planta, que se prolongarán durante un periodo aproximado de entre 4 y 6 años, y que generarán alrededor de 130 empleos, con puntas de hasta 200.

Según el comunicado, a los empleados de la central se les ofrecerán recolocaciones, de manera personalizada, en distintos puestos de trabajo de la compañía según sus funciones, siempre teniendo en cuenta la proximidad geográfica a su actual entorno laboral, y se considerarán asimismo las posibilidades derivadas de los trabajos de cierre y desmantelamiento. A los trabajadores de las empresas contratistas se les dará la oportunidad de realizar cursos de formación tanto para sumarse a esos trabajos como para poder ser contratados en las nuevas instalaciones renovables que la empresa desarrollará en la zona.

Y es que el plan incluye la realización de «importantes inversiones» para la construcción de nuevas instalaciones energéticas en la zona de la central. En concreto, la compañía se propone desarrollar nuevos proyectos fotovoltaicos, que suman 1.000 MW de capacidad, en los términos municipales de Andorra, Alcorisa, Alcañiz, Ariño, Calanda e Híjar, con una inversión situada en el entorno de los 800 millones de euros. Según los cálculos de la compañía, la realización de estas instalaciones generará 2.000 empleos en la etapa de construcción y 60 empleos durante más de 25 años en las actividades de operación y mantenimiento de las instalaciones. La eléctrica dice también que proporcionará importantes recursos a los municipios mencionados a través de los impuestos y tasas correspondientes, así como elevados ingresos en concepto de alquileres a los propietarios de los terrenos en los que se ubiquen esas instalaciones.

Estos proyectos de energías renovables son adicionales a los que la empresa ya tenía previsto realizar en Aragón. Concretamente, Endesa dispone de trece autorizaciones para desarrollar proyectos eólicos en la región que se adjudicó en la subasta de energías renovables organizada por el Gobierno en 2017. Estos proyectos suponen una potencia total conjunta de 369 MW y ya están en fase de construcción. Además, la empresa cuenta con otros proyectos eólicos en estudio, al margen de la potencia adjudicada en la subasta, que suponen otros 144 MW adicionales. El conjunto de estos 513 MW dará lugar a la inversión de unos 500 millones de euros. Así pues, los proyectos solares y eólicos que Endesa se propone llevar a cabo en Aragón suman en conjunto más de 1.500 MW de nueva potencia y una inversión de unos 1.300 millones de euros.

Por otro lado, la compañía, dentro de este Plan, impulsará un programa a fin de que empresas, instituciones y otros agentes públicos y privados puedan presentar alternativas viables, a través de un proceso participativo, transparente y abierto, para buscar proyectos de inversión y creación de empleo en el propio emplazamiento de la central o en sus zonas aledañas.

En este programa, que se desarrollará con una alta implicación de los agentes regionales y locales, cualquier interesado podrá presentar un proyecto de reconversión. La​ evaluación de los proyectos será responsabilidad de un comité independiente que incluirá asimismo una relevante representación de los agentes regionales y locales.

La central térmica de Andorra seguirá operativa hasta el 30 de junio de 2020, fecha en la que entrarán en vigor los nuevos límites obligatorios de emisiones establecidos por las autoridades comunitarias y en la que, por tanto, deberá dejar de producir.