Sánchez y Torra cierran su «minicumbre» para mañana en Pedralbes

El Gobierno y la Generalitat trabajan a contrarreloj para adelantar a mañana la –que ya dan por segura– «minicumbre» entre Pedro Sánchez y Quim Torra. Según ha podido saber LA RAZÓN, los detalles están bastante avanzados y la reunión podría celebrarse en el Palacio de Pedralbes a las seis de la tarde, tal y como confirmó horas después la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo.

Hasta ayer, dos eran los escollos que estaban impidiendo registrar avances –formato y contenido– y estos obstáculos parecen irse disipando a medida que se acerca la cita. Desde el Govern se demandó a Moncloa poder «hablar de todo», incluido del referéndum, una exigencia que desde el Ejecutivo central no tuvieron reparos en satisfacer, señalando que –como ya ocurriera en su reunión en Madrid– no habría «censura previa» sobre los asuntos a tratar. Difuminada la línea roja argumental quedaba por definir el formato de la cita. Esto es, la escenografía que se impondría al encuentro. En este punto ambas partes chocaban, mientras que la Generalitat proponía una cumbre de gobiernos, Moncloa se aferraba al formato bilateral que ya ensayó en Andalucía para dotar de «normalidad» a la cita. Sin embargo, con lo acuciante de los tiempos y ante la necesidad de llegar a un acuerdo, las posiciones de unos y otros se van flexibilizando y se abre camino una tercera vía, a medio camino entre ambas propuestas: la «minicumbre». Una opción que supondría un encuentro ampliado respecto al cara de Sánchez y Torra, que podría incluir a otros miembros de sendos gabinetes que han protagonizado la interlocución de estos últimos meses: el vicepresidente Pere Aragónes y la portavoz Elsa Artadi por el Govern y la vicepresidenta Carmen Calvo y la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, por el Ejecutivo central.

El cambio de posición lo explicitó ayer la propia vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, que en una conversación informal con periodistas, dejó la puerta abierta a que el formato trascendiera de lo que en Moncloa definen como «modus operandi andaluz» y se pudiera ver ampliado. «Ya que estamos allí, hay que aprovechar para abrir paso a la política», destacó. Calvo se escudó en «las circunstancias especiales de Cataluña» para hacer una excepción respecto al formato que hasta ahora valoraba el Gobierno. Esta maniobra, además de suponer una rectificación respecto al discurso mantenido hasta ahora por Moncloa también significa una disgresión de la «normalidad» que se quería imprimir a la reunión. Aunque valoren la posibilidad de celebrar una «minicumbre», el Ejecutivo sigue descartando una cumbre entre gobiernos, «porque el Gobierno de Cataluña es el de España». Informa Ainhoa Martínez.

El viraje en el discurso ya se empieza a sentir en las mismas fuentes que hace escasas 24 horas abogaban por el formato bilateral y que ahora apelan a lo «dinámico» de la política para defender el cambio de criterio. La interlocución entre la vicepresidenta del Gobierno y su homólogo catalán, así como con la portavoz del Govern es fluida y constante, no en vano, el lunes se reunieron para ir cerrando algunos de los flecos que restan para el encuentro. Uno de estos asuntos por cerrar podría ser incluso la fecha misma de la reunión que, aunque en Moncloa dan por hecho que se celebrará el viernes, podría adelantarse un día y celebrarse el jueves, informa J. Gallego, para evitar escenas de tensión o conflictividad en la calle.