El PP prevé controlar la Junta andaluza a mediados de enero

El Gobierno del cambio en Andalucía tiene que estar listo para el 27 de diciembre, fecha en la que se constituirá el nuevo Parlamento andaluz. Ciudadanos no tiene prisa, el PP, sí; y la discusión programática que está ya en marcha servirá para rellenar el tiempo y distraer la atención de lo realmente importante, el reparto de poder en el nuevo Ejecutivo autonómico. La negociación la retomarán PP y Ciudadanos el próximo lunes, dentro de la puesta en escena en el pulso político en clave nacional entre estos dos partidos por su competición por el voto en el centro derecha. A Ciudadanos le quema menos el calendario; al PP, más.

De hecho, en el cuartel general de los populares trabajan con la previsión de que la investidura de su candidato, Juan Manuel Moreno, se celebre a mediados de enero, porque para antes del día 27 de diciembre tiene que haber un acuerdo conjunto básico sobre el reparto de poder entre los dos partidos en la Mesa del Parlamento regional y en el nuevo Gobierno andaluz. Si no hay ese acuerdo, desde el PP advierten: eso llevaría a Gobierno socialista o repetición de elecciones, lo que es también lo mismo que “Gobierno socialista”. En esto sí coinciden PP y Ciudadanos, la repetición electoral provocaría una movilización de la izquierda que desactivaría por completo la posibilidad histórica de la alternancia en la Junta de Andalucía.

Aunque los técnicos estén hablando del programa, en las cúpulas de los dos partidos echan cuentas sobre cómo queda el reparto de poder, que es lo importante, atendiendo a sus resultados electorales y con vistas a la capacidad de que ese nuevo Gobierno del cambio sea operativo y no resulte un fracaso en un contexto en el que tanto a nivel autonómico, municipal como general no hay ya ninguna garantía de que puedan volver a haber mayorías suficientes como para sostener gobiernos sin acuerdos de investidura con otras formaciones.

La investidura del nuevo presidente del Gobierno andaluz debe estar lista para mediados de enero, más o menos. Si no se cumple ese calendario, Andalucía irá de nuevo a elecciones. En cuanto al papel de Vox, en el PP prevén que sea un ruido añadido a la negociación, pero en ningún caso un elemento de bloqueo. Para la formación de Santiago Abascal, la prioridad es seguir consiguiendo escaños en otras Cámaras autonómicas, como la madrileña, y no medir su capacidad de influencia en el nuevo Gobierno andaluz. O al menos en eso confían en el PP, donde conocen bien a Santiago Abascal, compañero de siglas durante muchos años. Hasta que terminen las negociaciones, primará en público el juego del mus. Muchos órdagos, vacíos de contenido.