Susana Díaz hunde al PSOE

El fantasma de la abstención hacía temer lo peor a los socialistas: la posibilidad de perder su hegemonía y por primera vez en democracia no gobernar en Andalucía. Los primeros sondeos apuntaban a una victoria bajo mínimos de Susana Díaz, y así ha ocurrido. Con el cien por cien de los votos escrutados, el PSOE obtendría 33 escaños, catorce menos que en las elecciones de 2015.

Un batacazo difícil de superar, ya que ni siquiera su unión con Adelante Andalucía, que ha logrado 17 diputados, le permitiría seguir al mando de la Junta de Andalucía. La pérdida de escaños por parte de ambas formaciones ha comprometido el futuro de Susana Díaz al frente de la Junta y ha dejado en entredicho las palabras de Teresa Rodríguez que culpaba a los socialistas de la baja participación.

Frente a ellos, el denominado bloque de la derecha formado por el PP de Juanma Moreno, que se mantiene como segunda fuerza política con 26 escaños, Ciudadanos, con sus 21 diputados, y la irrupción de VOX que se colaría en el Parlamento con 12 diputados, ofrece una posibilidad real de cambiar por primera vez en cuarenta años el Gobierno andaluz. La suma de los tres partidos alcanzaría los 59 diputados, superando así la mayoría necesaria de 55. Y es que hay que destacar también el ascenso meteórico de Ciudadanos y Juan Manuel Marín, que sube de 9 a 21 diputados, doce más que en los comicios de 2015.

Así las cosas, el cambio histórico del que tanto se ha hablado en las últimas semanas podría llegar si las tres formaciones aúnan sus fuerzas. Tanto es así que el propio Javier Arenas llegaba eufórico a la sede del PP de Sevilla al grito de «¡ Por fin habrá un cambio en Andalucía !».

El día clave es el 27 de diciembre, fecha límite para constituir el Parlamento andaluz y formalizar las alianzas. Desde el PP, ya han lanzado la piedra. Durante su intervención tras hacerse públicos los resultados, Juanma Moreno se ha postulado para presidir la Junta tras señalar: «Proponíamos un cambio y hoy sabemos que Andalucía lo quiere».

Caída histórica de Susana Díaz

Son muchos los que achacan a la escasa participación el histórico batacazo de Susana Díaz, que no ha sabido movilizar a su electorado. Pero hay que tener en cuenta que esta campaña electoral se ha producido en medio del juicio de los ERE y los escándalos del Gobierno de Pedro Sánchez, que poco o nada mostró su respaldo a Díaz. El hartazgo de los ciudadanos ha hecho mella en un partido ya de por sí desgastado por la corrupción y con un discurso de continuismo que no convence.

Triunfalismo de VOX

La llegada de VOX al Parlamento andaluz era un secreto a voces, por mucho que desde el Gobierno insistieran en infravalorar su capacidad para llegar a los ciudadanos. Todas las formaciones dedicaron parte de sus campañas a atacar a la formación que lidera Santiago Abascal y su discurso de «ultraderecha». Lejos de amilanarse los militantes de VOX sacaron pecho y hoy se felicitaban por los resultados. Un recién llegado con doce escaños y representación en todas las provincias andaluzas. Si bien en un principio se pensó que sólo obtendría escaños en las más afectadas por la inmigración, el efecto VOX se ha extendido por toda Andalucía.

El engaño del «CIS

En su empeño por restar valor a la presencia de VOX y su discurso, la cocina del CIS se pasó de hornada. En su último barómetro sobre las elecciones andaluzas, el Centro de Investigaciones Sociológicas otorgaba a esta formación un solo escaño en toda la comunidad, o lo que es lo mismo, un 3,17 por ciento de los votos. Pero no fue en lo único que erró, ya que según sus previsiones el PSOE de Susana Díaz tendría que haber obtenido hoy entre 45 y 47 parlamentarios.