Educación, libertad y amor

La educación es una tarea de amor. Se educa a alguien porque se le quiere y, por ello, se desea para él lo mejor. Porque la educación se define “como la ayuda que una persona (un grupo o una institución) presta a otra para que se desarrolle y perfeccione en los diversos aspectos de su ser (física, intelectual, afectiva y espiritual) para que así pueda dirigirse mejor hacia su realización como persona”.

En la medida que uno crece como persona y “llega a ser quién eres” va logrando el equilibrio que le ayuda a ser feliz en cada etapa de su vida. Cada hombre puede mejorar y necesita mejorar. En este proceso consiste la educación. Esta mejora personal, total, equivale a una educación integral. No se educa algún aspecto del hombre: se educa todo el hombre. (vid: I. ¿Qué es educar?).

Pero educar no es adiestrar, nadie educa a otro. Los protagonistas de la educación somos nosotros mismos. Es cierto, que precisamos la ayuda de otras personas e incluso de las instituciones, pero los protagonistas de la educación son los educandos con la ayuda de los educadores. ¿Por qué?, porque los seres humanos somos libres y nadie puede conseguir nuestra mejora personal si no queremos. ¿Puede ser esa una de las causas del fracaso escolar?. Si los chicos no quieren, no aprenden, no mejoran. Ello, es causa de preocupación y desesperación de muchas familias y de los responsables de la educación. “Nadie puede aprender por otro”.

“La educación es una tarea conjunta: una tarea entre dos. No tiene un solo protagonista: ni lo es el educando, ni el educador. Lo son los dos conjuntamente, en relación, en comunicación, en participación en un proceso de construcción. La acción educativa tiene como principal objetivo algo tan delicado y sutil como es conseguir que la voluntad el educando, libremente, decida hacer lo que debe, porque ello es bueno, porque es lo mejor”.

“La tarea educativa es el gran servicio a los demás, pero no se puede comprender dicha actitud de servicio si no hay respeto por la persona del educando, si no existe una verdadera estima hacia él, si no se quiere, por encima de todo, su bien. Si falta cariño, amor en los educadores, la educación queda reducida a proyección, a satisfacción propia”.

Los padres son los primeros educadores de los hijos. Ello, es un derecho recogido en nuestra constitución (art. 27.3) y un deber. La familia es ámbito natural de amor y en consecuencia son los padres los educadores naturales de sus hijos y por delegación lo son todas las demás personas e instituciones que ellos elijan para colaborar en la educación de sus hijos.

¿No te parece, entonces, que hay que educar a los hijos en libertad y para que sean cada vez personas mejores y mas libres?. ¿Será necesario que los chicos, para ser y sentirse libres, aprendan a pensar y no sólo a repetir pensamientos de otros? ¿ Les enseñaremos, para ello, a preguntar y a hacerse buenas preguntas?. Bueno pero este puede ser otro tema. ¿No os parece?