Hazard lleva a Bélgica al podio del Mundial

Acostumbran las finales de consolación a tener un aire ciertamente triste. Es ahí donde suelen concentrarse el pesar, la frustración por haber dejado escapar una oportunidad única y la lucha por reconocimientos tan pirotécnicos como el de máximo goleador del Mundial. Galardón que probablemente acabe en manos de Harry Kane (seis tantos), siempre y cuando a Griezmann o Mbappé -a tres de distancia- no les dé por tomar un ‘hat trick’ en el partido definitivo contra Croacia. Aunque en San Petersburgo tanto a Bélgica como a Inglaterra les sobraron razones para reivindicarse en un torneo que, con el paso de los años, será tomado como referencia para las futuras generaciones de sus países.

Así, Bélgica no desaprovechó la oportunidad y, tras vencer a Inglaterra, concluyó tercera por vez primera en una Copa del Mundo. Es decir, por delante de aquella selección de Ceulemans, Claesen, Scifo o Pfaff que acabó cuarta en México ’86. Entonces, tras perder contra la campeona Argentina de Diego Armando Maradona no pudo superar a Francia en la prórroga en la final de consolación.

Sublime De Bruyne

En este Mundial de Rusia en el que primó la estrategia, el balón parado y los ejercicios defensivos, la Bélgica de Roberto Martínez permitió dar cuerda a los románticos. No tanto porque hiciera de la posesión su razón de ser -el contragolpe, de hecho, fue su mejor arma durante el torneo-, sino por la deliciosa manera de entender el fútbol de jugadores como Eden Hazard -autor del segundo gol frente a Inglaterra- o Kevin de Bruyne, sublime durante buena parte de la soleada tarde en la Isla Krestovski.

Las sensaciones que deja la Inglaterra de Gareth Southgate son mucho más contradictorias, más allá de que lograra su mejor clasificación en un Mundial desde que la selección de Bobby Robson concluyera tercera en Italia ’90. Nunca dio la sensación de que el combinado de los Tres Leones sacara verdadero partido de su legión de técnicos mediapuntas, siendo el balón parado y su magnífico portero, Pickford, sus verdaderas armas. Costará olvidar, por ejemplo, la tremenda parada del meta del Everton a volea de Meunier. Una mano que en realidad fue una roca contra la que el balón sólo pudo salir despedido.

Inspiración al contragolpe

Fue precisamente Meunier, lateral derecho del PSG que se hizo un nombre en el torneo la noche en la que sujetó a Neymar en la eliminación de Brasil, quien amaneció para poner en ventaja a Bélgica. Lukaku, desastroso en los mano a mano y que no pudo ampliar su cuenta final de cuatro goles, sí estuvo inspirado en el contragolpe que originó el tanto. Abrió a Chadli y éste, en su envío a la otra orilla, encontró a Meunier para que hiciera el resto.

Ausentes en el once Dele Alli y Lingard, Inglaterra dominó el balón, pero no los espacios. Logró durante un rato atrapar a Bélgica en su campo, pero aquello no fue más que el preámbulo a la sentencia de Eden Hazard. Con tres goles concluyó el ‘diez’ de los ‘Red Devils’ un Mundial que siempre lo tendrá presente.