Los pueblos ribereños reciben con dudas el anuncio de Lambán

Muchas dudas y algo de curiosidad. Esta ha sido la recepción entre los alcaldes de los municipios de la ribera del Ebro ante el plan de desarrollo anunciado el jueves por el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán. Los más críticos señalan la falta de concreción del proyecto que pretende transformar el río en un corredor verde y todos señalan que las inversiones en la zona son imprescincibles.

Por el momento los detalles concretos de Ebro 2030 seguirán ocultos. El plan será coordinado por la consejería de Presidencia con la colaboración de las de Desarrollo Rural y las de Innovación. Uno de los nombres que ha estado trabajando en el informe ha sido Raúl Oliván y fuentes del Gobierno de Aragón indicaron que la próxima semana se darán a conocer las bases sobre las que se va a trabajar.

Entre las pocas medidas anunciadas por Lambán destaca un plan de desarrollo sostenible desde Novillas a Mequinenza para que el cauce se integre con los casco urbanos como sucedió en Zaragoza tras la Expo del 2008. Esto permitiría desarrollar una programación cultural asociada y también abordar mejoras en las infraestructuras o la seguridad. La dotación económica con la que se abordarán los cambios o los plazos para el comienzo de las tareas son un misterio.

A través de los medios de comunicación. Este es el único modo que hasta el momento tienen los alcaldes de las localidades ribereñas de conocer los pocos detalles que existen sobre el proyecto. La regidora de Pina de Ebro, Marisa Fanlo (CHA) manifestó que cada municipio tiene «necesidades diferentes» y consideró que el uso del río por parte de los vecionos dependerá en gran medida de la distancia a la que se encuentre el casco urbano de los cauces.

horizonte temporal / Con un horizonte temporal marcado en el 2030, Fanlo reclamó una dotación económica representativa. «Espero que tenga un alto grado de inversiones, teniendo en cuenta lo amplio de los plazos señalados», destacó. La alcaldesa pidió también que no se metan en el «mismo saco» los actos de conomemoración de la exposición internacional con cualquier mejora que tenga que ver con las riberas. «Nos gustaría que las ideas estuvieran claras y que se invierta en lo necesario», aseguró.

En Novillas las dudas eran muy parecidas. «Es necesario esperar a conocer a fondo todo el proyecto para poder opinar sobre el mismo», expresó el regidor José Ayesa (PSOE). El pueblo, que como el resto de los núcleos de la ribera suele verse afectado por las inundaciones, ya se encuentra trabajando en infraestructuras que eviten los daños. «Nos encontramos con un río salvaje para el que es necesaria una mejor planificación», señaló.

La falta de interés de la clase política por las cuestiones que afectan al día a día de los ganaderos, agricultores y personas que trabajan en las cercanías del Ebro es otra de las críticas que lanzan desde los pueblos en los que se actuará con el plan 2030. «Muchas veces miramos al río con preocupación, cuando lo ideal sería que fuera un espacio de ocio como pasa en Zaragoza», dijo el alcalde de Boquiñeni, Miguel Ángel San Juan (PSOE).

«olvidados» / «Los dirigentes políticos solo nos visitan durante las riadas, el resto del tiempo estamos completamente olvidados». Así de rotunda ante el anuncio se mostró la regidora de Cabañas de Ebro, Mari Carmen Lázaro (PP). «Que ahora estén hablando de un corredor verde nos parece bien, ante eso no podemos estar en contra, pero necesitamos más información y que se concrete hasta qué punto estos cambios nos pueden servir», indicó.

Algunos de los alcaldes consultados consideró que un buen foro para recoger sugerencias de cara a las actuaciones podría ser la Federación Aragonesa de Municipios. Hasta entonces reinará la cautela.