Un diccionario histórico con más de 1.600 aragoneses ilustres

45.000 personajes, más de 4.000 historiadores de 500 instituciones trabajando en describirlos, y una sola dirección en la web. Las cifras del nuevo Diccionario Biográfico Electrónico de la Real Academia de la Historia, que está disponible desde el pasado mes de mayo, solo pueden imaginarse en su entorno como herramienta online. Una vasta obra que permite consultar la vida y obra de ‘españoles’ históricos (entre comillas porque los primeros que se recogen son anteriores al concepto mismo de España) desde el siglo VII antes de Cristo con Argantonio, el conocido rey de los Tartesos.

Entre todos estos personajes, por supuesto, hay aragoneses. En total, 1.638 personajes de los que se recogen han nacido en Aragón, una cifra importante que coloca a la Comunidad entre las más relevantes -Andalucía en la que más biografías reúne, con 4.000- aunque desde la Real Academia se recuerda que para realizar la obra no se han tenido en cuenta “cuotas por regiones o provincias”.

Entre los aragoneses ilustres aparecen algunos de los más conocidos, como Francisco de GoyaLuis Buñuel, Miguel Servet, Baltasar Gracián, el filósofo Avempace, Joaquín Costa, todos los Reyes de Aragón y un largo etcétera de personajes históricos recurrentes cuando se nombra la herencia histórica de la Comunidad. Entre los clasificados como ‘aragoneses’ por el diccionario sin embargo, no aparecen figuras como Santiago Ramón y Cajal o Agustina de Aragón, ya que ambos nacieron fuera de la región donde se hicieron ilustres, en el caso del premio Nobel en el enclave navarro de Petilla de Aragón, y en el caso de la heroína de los Sitios, en Reus.

Desde la Real Academia de la Historia se explica que debido a que en la nueva versión electrónica se pueden rastrear personajes con muy distintos filtros (sexo, época, nacimiento, ocupación…), su clasificación por regiones se basa en el lugar en el que nacieron, sin querer por esto avivar polémicas, sino referirse a un dato en concreto que el buscador del diccionario pueda identificar.

La nueva edición del diccionario dedica biografías extensas a los personajes más conocidos, entre los que se puede encontrar además como novedad personajes vinculados a su vida y obra. Así por ejemplo, en el caso de Buñuel, se encuentran enlaces a sus compañeros en la Residencia de Estudiantes, una nueva herramienta que permite “una mayor contextualización, si bien ninguna época se puede conocer plenamente por medio de biografías”, aseguran desde la RAH, cuya directora, Carmen Iglesias, estuvo la semana pasada en Zaragoza presentando el Diccionario en el Patio de la Infanta.

Más espacio para personajes no tan conocidos y mujeres históricas

Durante su intervención, Iglesias hizo referencia al “despertar feminista” de las última décadas y la importancia que esto ha tenido para reivindicar el peso de las mujeres en la historia. Pese a que el número de aragonesas ilustres es claramente inferior al de hombres debido a la posición secundaria a la que durante muchos siglos se vio relegada de manera injusta la mujer, durante el siglo XIX y XX el número de referencias se comienzan a igualar.

Entre las aragonesas ilustres aparecen nombres tan significativos como María Moliner, pero también otros más desconocidos como la actriz internacional Francisca Marqués, cuyo nombre artístico fue Raquel Meller (Tarazona, 1888 – Barcelona 1962), las otras heroínas de los sitios como Casta Álvarez (nacida en Argelia) y Manuela Sancho, o la religiosa Ana Francisca Abarca de Bolea (s. XVII) una de las primeras grandes escritoras con reconocimiento en la historia. También aparecen en el diccionario mujeres con suma importancia pero más desconocidas, como las hermanas nacidas en Calatayud y que hicieron carrera en Teruel Blanca y Clotilde Catalán de Ocóndos de las primeras mujeres en realizar tratados de botánica y entomología en las décadas finales del XIX. Su maestro, el estudioso Bernardo Zapater (Albarracín, 1823-1907) es otro de los naturalistas más importantes de España que normalmente se pasa por alto.

El diccionario también tiene espacio para otros aragoneses con una labor importante pero que durante mucho tiempo han pasado desapercibidos. Tal es el caso del payaso oscense que inspiró a Chaplin Marcelino Orbés, el precursor de la lengua de signos en el siglo XVI Juan Pablo Bonet, o el primer cineasta español, el turolense Segundo de Chomón.