Gino Bartali, el ciclista que salvó a cientos de judíos

Gioia Bartali se emocionó y lloró al recordar a su abuelo. A un lado y a otro de la nieta del campeón italiano Gino Bartali del museo Yad Vashem, que recuerda a las víctimas del Holocausto en Jerusalén, se alzan cientos de nombres y apellidos anónimos en murales que aluden a la memoria de las personas o familias que ayudaron a los judíos frente al terror nazi. Bartali fue uno de ellos. De frente a un vagón que transportaba a los prisioneros judíos a los campos de concentración, la nieta de Bartali habla de «humanidad y bondad», virtudes que identificaban a su abuelo campeón. «Era, por encima de todo, un hombre de paz».

En la víspera del comienzo del Giro en Israel, Gino Bartali recibió a título póstumo la categoría de ciudadano honorífico de Israel. El ciclista, que ganó dos veces el Tour y tres el Giro en los años 30 y 40, utilizó su aparente inmunidad deportiva como ídolo de una nación para convertirse en correo del arzobispo de Florencia, Ellia Dalla Costa. Como transportista en bicicleta al que nadie inspeccionaba, Bartali llevó documentos ocultos en su bici para ayudar a los judíos de Italia. Se calcula que su intervención pudo salvar a 800 personas.

Gioia Bartali está tratando de recuperar alguno de esos documentos. Una parte de ellos se conservan en el Museo Yad Vashem, un lugar que describe con toda la crudeza el exterminio al que fue sometido el pueblo judío a manos de los nazis y que ayer visitó la caravana del Giro de Italia. «Cuando arriesgas tu propia vida para salvar otras, significa que todavía tienes fe en la humanidad», concluyó el embajador italiano en Israel, Gianluigi Benedetti.