Póker de Cristiano en un Madrid vertiginoso

De tanto cambiar al equipo, ha sido el Madrid el que se ha adaptado a Lucas. El Madrid de los Lucas ofrece una marcha más que agradecen Cristiano el público, que disfruta (por fin) de un fútbol eléctrico.

Cristiano se acrisola y se define el Tercer Madrid de Zidane.

Los primeros minutos del Madrid tenían un aroma europeo. Lucas y Asensio por las bandas y el centrocampismo despendolado de Kovacic le daban al Madrid verticalidad y urgencia. Bono paró ocasiones a Cristiano y Lucas, y Benzema lucía con su mejor fútbol copulativo.

No sorprendió por tanto el gol de Cristiano en el 11, tras un buen pase de Kroos en un córner de estrategia. Fueron minutos aplaudidos por el público y se fue confirmando un Madrid distinto, ya sin el runrún de Isco. Kroos anclaba al equipo y Kovacic se soltaba por todo el campo, así el 4-4-2 se hacía 4-1-3-2. Kroos y Benzema hacían de polos de reflexión y entre medias solo fútbol vertiginoso y desatado al gusto de Cristiano.

El Girona, no obstante, comenzó a decir la suya. Portu remató un peligroso balón y los visitantes se estiraron. Es un equipo original que convierte la vieja defensa de cinco en algo muy estructurado. Portu era una flecha y por las bandas comenzó a aparecer Mojica.

En el 29, tras una buena ocasión de Portu, Stuani marcó el 1-1. Los dos goles habían llegado de saques de esquina.

Empezaba un partido nuevo y ahí se oscureció el Madrid, cuyo frenesí empezó a ser diseccionado y metabolizado por el ordenado equipo de Machín, que llegaba a colocarse en un pegajoso 5-4-1 defensivo. En el 35 hubo una buena falta de Asensio, y Mojica inquietó a la contra con un balón suspendido sobre el área algo nerviosa de Keylor.

A la altura del 40 comenzó a haber señales acústicas de insatisfacción madridista. Pitos al árbitro, pitos a Benzema… El Madrid ya no estaba controlando el partido y sus verticales, como de murciélagos descolgándose campo abajo, topaban ya con un sólido muro.

El Madrid atacaba mucho por el centro, previsible. Benzema ya no pudo enhebrar sus paredes, y solo Asensio, muy de vez en cuando, se acordaba de que había espacios vírgenes en las bandas. Cuando apareció Carvajal (minuto 45) volvió el peligro con un intento de chilena de Cristiano.

El Madrid había tenido algo de sifón gastado, de arrebato interrumpido. ¿Puede sostenerse mucho el fútbol kamikaze y muy poco sintáctico de Lucas, Kovacic y Asensio o es para esfuerzos cortos y noches señaladas? Esa duda quedaba en el descanso.

Una buena manera de juzgar los cambios de Zidane es preguntarse: ¿están más juntos? Y sí, lo están.

Nada más reiniciarse el juego vino el 2-1, un pase interior de Benzema para Cristiano, que marcaba los dos con la izquierda.

Ese fútbol presuroso de la nueva media del Madrid tiene un efecto en los delanteros. Les llegan más balones y más rápido, como si comprimieran el perfecto entendimiento entre Cristiano y Benzema, quien, por cierto, se revaloriza entre tanto frenético. Él ha de sintetizarlos.

Se vio en el 3-1, quizás el mejor gol del Madrid en toda la temporada. Se sintió un escalofrío antiguo. El de las combinaciones geométricas de la Quinta o los contragolpes de Mourinho. Benzema buscó a Marcelo para cambiarse por él y desde la banda centrar a Cristiano que con majestuosa generosidad cedió a Lucas para el remate. Todo en primeros toques.

El Madrid regaló unos minutos exuberantes porque con los espacios apareció Asensio. De una jugada suya llegó el tercero, otra vez Cristiano, engrandecido en un equipo que juega aun más para él. Benzema parece su oficial o secretario, y el resto una tropa destinada a satisfacer su ansia de velocidad.

Cristiano se renueva, se hace más esencial y depurado, y el equipo le acompaña con otro juego.

En pago a tanto ajetreo y como habitual olvido-de-sí madridista, marcó el Girona su segundo gol; de nuevo Stuani de cabeza. El Girona siguió intentándolo, sobre todo el brillante Portu, pero ya no había partido. Entraron los cambios, y qué cambios: Modric, Bale, y ya al final Isco, que en el banquillo queda como un especialista en otro idioma.

Bale marcó el 5-2 gracias a Modric y se le vio sonreír por primera vez en meses. Con timidez, eso sí.

El partido se convirtió en algo espectacular y antiguo, color sepia. El 5-3 fue de Juanpe, de nuevo en otro córner; el 6-3 lo marcó Cristiano, respondiendo no solo a Messi, sino también a Icardi y Salah.

FICHA DE PARTIDO

Estadio: Santiago BernabéuReal Madrid

  • 1Keylor Navas
  • 2Carvajal
  • 12Marcelo
  • 10Modric
  • 5Varane
  • 6Nacho
  • 17Lucas Vázquez
  • 8Kroos
  • 7Cristiano Ronaldo
  • 22Isco
  • 11Bale

Girona

  • 13Bono
  • 11Aday
  • 3Mojica
  • 15Juanpe
  • 2Bernardo
  • 4Ramalho
  • 8Pere Pons
  • 6Granell
  • 14Michael Olunga
  • 9Portu
  • 19Anthony Lozano
  • Banquillo
  • 13Casilla
  • 15Theo
  • 20Marco Asensio
  • 23Kovacic
  • 9Benzema
  • 14Casemiro
  • 3Jesús Vallejo
  • Banquillo
  • 16Timor
  • 1Iraizoz
  • 24Borja
  • 25Pablo Maffeo
  • 7Stuani
  • 20Marc Muniesa
  • 23Aleix García
  • Goles
  • Cristiano Ronaldo 10′
  • Cristiano Ronaldo 47′
  • Lucas Vázquez 58′
  • Cristiano Ronaldo 63′
  • Bale 85′
  • Cristiano Ronaldo 90′
  • Goles
  • Stuani 28′
  • Stuani 66′
  • Juanpe 87′

Árbitro: Jesús Gil Manzano