El Ibex cae un 2,5% arrastrado por la volatilidad en Wall Street

Las Bolsas europeas se vieron este martes arrastradas por la ola de ventas originada en Wall Street y que barrió después también a los parqués asiáticos. El Ibex se dejó un 2,5% y perdió los 10.000 puntos, aunque en la apertura se temió un batacazo mayor. Las leves caídas con que Wall Street comenzó el día ayudaron a suavizar las pérdidas en Europa, parecidas a las del selectivo español. Las casas de análisis vincularon el origen de las caídas con el repunte de las rentabilidades de la deuda soberana, que la hace más atractiva en detrimento de la renta variable, la Bolsa.

El Ibex y el resto de Bolsas europeas se levantaban con el lastre de que Wall Street había sufrido el día anterior el mayor desplome en puntos de su historia, 1.175 puntos de una vez, un 4,6%. El pánico se extendió a los parqués asiáticos, que replicaron el desplome (-4,7% en Tokio, -3,2 Sídney, 3% en las chinas…). Demasiada carga para las europeas, que abrieron con caídas superiores al 3%. En los primeros compases, las pérdidas se mitigaron hasta el entorno del 1,5%, pero la amenaza de una nueva jornada a la baja en Nueva York –los futuros indicaban una nueva corrección- tiraba hacia abajo de los índices. Finalmente, el Dow Jones presentaba leves pérdidas en su inicio, con lo que Europa contuvo las suyas.

 Aún así, todas cerraron en rojo. El Ibex cayó un 2,53%, su cuarta caída consecutiva. Tras dejarse un 6% desde el pasado miércoles, ya mira desde lejos los 10.000 puntos (9.826,1), cuando a finales de enero superaba los 10.600. Solo Siemens-Gamesa, se salvó de la quema. Para hacerse una idea de la volatilidad en una jornada con forma de sierra, baste mencionar que la cadena de supermercados Dia, que fue de las mejores con una caída de menos de medio punto, estuvo a media mañana entre las más castigadas, con un bajón de más del 3%. Al final, las peores fueron Cellnex, ACS, Arcelor, Mapfre e Iberdrola. Eléctricas, constructoras, comunicaciones o seguros entre las empresas con peor rendimiento.

En el resto de parqués de Europa, el resultado fue similar. El CAC francés se dejó un 2,35%; el FTSE británico, un 2,64%; el Dax de Fráncfort, un 2,32% y el MIB de Milán, un 1,52%. También se movió a la baja el barril de petróleo brent, el de referencia en Europa, que quedó apenas por encima de los 67 dólares (-0,70%).

Rentabilidad de la deuda

Los analistas se debatían en sus explicaciones entre dos corrientes: el nuevo atractivo de la deuda soberana, –el bono estadounidense marca un interés del 2,7%, mientras el alemán, que llegó a cotizar en negativo no hace tanto, se mueve en el 0,7% y se anticipan subidas de tipos- y por tanto resta clientes a la renta variable; y una mera recogida de beneficios en la Bolsa estadounidense, que está en máximos históricos. Jorge González, de Tressis, apostaba por la segunda opción, aunque no descarta en su análisis que “el miedo a más subidas de tipos en EE UU de las deseadas por los operadores del mercado les haya llevado a reposicionar las carteras». En cualquier caso, subraya que la volatilidad se ha instalado en los mercados y apuntaba el índice VIX de la Bolsa de Chicago, que el lunes llegó a 37 puntos, un 50% más que tras el referéndum del Brexit. A media tarde de ayer estaba en 30 puntos.

Rosa Duce, economista jefe de Deutsche Bank en España, también apuntaba a la rentabilidad del bono estadounidense a 10 años como “excusa” para el desplome en Wall Street “tras haber cerrado el mejor mes de enero desde 1997”. En cualquier caso, la entidad mantiene que el escenario es “favorable” para los inversores en Bolsa, aún más rentable que los bonos, en vista de la buena marcha de la economía estadounidense y de la escasa probabilidad de que el nuevo titular de la FED, Jerome Powell, realice movimientos monetarios muy agresivos recién llegado al puesto. “En resumen, creemos que todavía hay valor en la renta variable, aunque habrá momentos de volatilidad durante todo el año”, concluía su análisis.