Así le salvaron la vida dos adolescentes a un compañero de clase

Aitor González y Sergio Lasso llevan consigo el nombre de «ángeles de la guarda». Su rápida intervención y sus conocimientos sobre primeros auxilios lograron salvar la vida de su compañero de clase, Luis Rodríguez. Ocurrió hace unos días en el IES Norba Caesarina (Cáceres). Era un lunes frío de enero, vuelta de vacaciones y quinta hora de la mañana, donde los chicos estaban en clase de refuerzo de matemáticas. Una respiración más fuerte de lo normal alertó a Sergio. El estudiante que se sentaba detrás de él, Luis, estaba pálido, con los ojos en blanco y a punto de desvanecerse.

«No dudé en levantarme, lo más rápido posible, y en colocarlo en posición de seguridad —tumbado de lado, con la lengua fuera, ya que respiraba con dificultad—», cuenta a ABC.

Poco tiempo tardó en acercarse a ellos Aitor, para lograr mantener con vida a Luis. «Comencé a tomarle las constantes vitales, comparándolas con las nuestras. Cada vez el pulso era más débil, hasta que dejó de respirar», comenta González. En esos momentos, estos extremeños colocaron a Luis boca arriba y comenzaron a hacerle una RCP(Reanimación cardiorrespiratoria).

Mientras tanto, el resto de la clase, atónitos por lo que estaba ocurriendo, salieron del aula para no molestar, en el mismo momento en el que un profesor del instituto alertó al 112. La llamada duró casi cuatro minutos, ese es el tiempo que marca el teléfono móvil, porque a Sergio y a Aitor se les hizo «más eterno».

Los primeros minutos son clave

«Los sanitarios nos felicitaron porque, gracias a lo que hicimos, nuestro compañero Luis no tendrá secuelas», afirma González. En momentos de parada cardíaca, los primeros minutos de auxilio son esenciales y se puede evitar que el cerebro se quede sin oxígeno, algo que lograron estos dos «valientes».

El tiempo de auxilio es esencial para evitar daños futuros. La lesión cerebral permanente comienza después de tan solo cuatro minutos sin oxígeno y la muerte puede ocurrir de cuatro a seis minutos más tarde. Ante una parada respiratoria, la probabilidad de sobrevivir disminuye un 10% cada minuto.

No se sienten superhéroes, porque «lo que hicimos nos salió de dentro», asegura Lasso. Aún sin asimilar lo que han logrado, son conscientes de que salvaron la vida de una persona. En los minutos que duró su «intervención», ninguno sentía miedo, no pensaban en nada. «No se nos pasaba nada por la cabeza, pero es cierto que después nos pusimos más nerviosos —cuando el 112 llegó al instituto—», cuentan.

Ambos chicos provienen del mundo Scout, en el que aprendieron estas técnicas de primeros auxilios cuando tenían 11-12 años —ahora tienen 17—. «Nunca antes habíamos tenido que ponerlas en práctica y logramos salvar la vida de nuestro compañero con los conocimientos que obtuvimos hace cinco años», confiesan los dos.

Alineación de los planetas

Esta «gran hazaña» fue posible gracias a una alineación de los planetas. O algo parecido. Aitor y Sergio son dos chicos repetidores. Un mal curso el pasado año hizo que tuvieran que volver a estar en 1º de Bachillerato y, por tanto, coincidir en clase con Luis (tiene un año menos).

La segunda coincidencia es que la quinta hora de los lunes siempre suelen tenerla libre, pero ese día tenían que recuperar una clase de matemáticas. Otra casualidad. «De haber sido un lunes normal, nosotros no estaríamos tan cerca de nuestro compañero y quizás el final no hubiese sido el mismo», asegura Lasso.

Ambos chicos han podido ir a ver a Luis al hospital, que se encuentra ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos a la espera de que le hagan pruebas. «Le hizo mucha ilusión vernos, no sabía cómo reaccionar. Nos preguntó qué había pasado y le estuvimos contando», afirman. También los padres del afectado se mostraron enormemente agradecidos con Aitor y Sergio.

«La vida les ha puesto a prueba demasiado pronto», relataba la madre de Luis, Eloísa de las Heras. «Nunca podremos corresponderos en la misma medida, pero queremos hacer público que esta segunda oportunidad que ha tenido nuestro hijo gracias a vosotros», concluía.