Una clase magistral explica la reforma de la sala capitular del Monasterio de Sijena

El despacho Pemán y Franco relata a cerca de 80 asistentes la remodelación que permitirá acoger las pinturas murales en el templo oscense

El Monasterio de Sijena está siendo, desde hace diez días, el epicentro de la política aragonesa. Este sábado, el despacho Pemán y Franco ha presentado este sábado por la mañana a cerca de 80 visitantes la remodelación llevada a cabo en la sala capitular del monasterio oscense. Un taller cultural para poner en valor la reforma y pensar en un futuro que, si se cumple la sentencia del Supremo, se pintará con los colores de las pinturas murales que volverán a casa, tras la reciente sentencia del Tribunal Supremo que así lo ordena.

Alberto García es el director del Instituto de Estudio Sijenenses Miguel Servet. “El objetivo es dar a conocer todo lo que se ha hecho hasta ahora”, cuenta a este diario poco antes del comienzo de la charla de Mariano Pemán, Luis Franco y Sergio Sebastián, los tres miembros del despacho de arquitectos que ha coordinado la reforma. “Es una oportunidad para explorar las intervenciones desde 2002 y repasar lo que se ha hecho en la sala capitular, pero también en el claustro o en los antiguos dormitorios que acogen parte de la exposición”, resume García.

La cultura como «arma política»

El propio García defiende que la sala capitular está “perfectamente adaptada para acoger cualquier obra de la mejor manera” y lamenta que desde Cataluña se den “razones como la vibración, porque las técnicas de hoy son positivas”. “Si la cultura se convierte en arma política, es que algo va mal”, concreta el director del instituto altoaragonés, que sí ha notado cómo la reapertura del museo en marzo y la actual cobertura mediática de la sentencia está atrayendo a más público al monasterio: “Hay más visitas ahora, más afluencia y más interés, con reservas y llamadas pidiendo información para largo plazo”.

Tanto es así que el calendario devuelve el cartel de completo. “Todos los días están cubiertas las visitas”, cuenta García, que sí explica que se están haciendo excepciones por la respuesta del público, porque “cuando hay peticiones se abren más días”. Una de las informadoras y guías vive en Villanueva de Sijena y cuenta al instituto ese elevado número de visitas. También pasa en otros sectores, como en la restauración: “El restaurante del pueblo está completo y este sábado van a comer cerca de 100 personas allí”.

El buen momento del Monasterio de Sijena está haciendo que la labor del Instituto de Estudios Sijenenses esté viéndose recompensada. En activo desde los años 40, aunque no conformado como asociación hasta 1976 por las restricciones del franquismo, la fundación se dedica a la divulgación, pero también cuenta con publicaciones sobre Sijena o Miguel Servet, quien da apellido al club. “Hay un mayor interés e incluso hemos tenido un incremento de la venta de libros”, celebra García, que repasando las últimas ventas admite que hay “adoración” por el médico aragonés en países como México o Colombia.

La vuelta del patrimonio a casa

Más allá de la labor humanista o de explicación del patrimonio, el trabajo del Instituto de Estudios Sijenenses no terminará con la ansiada vuelta de las pinturas murales. “Queremos tener el patrimonio en casa y llegar a visitarlo aquí sería un valor añadido excepcional”, reflexiona García, que cree que el regreso de las pinturas de la sala capitular ayudará a todos, miembros de la fundación, técnicos y aficionados, a “seguir descubriendo todo lo que ofrecen estos elementos artísticos y arquitectónicos que componen el monasterio”.

La clase magistral, en la que han participado 80 personas además de los arquitectos, también ha servido para entregar La Preguera, el premio que el instituto entrega cada año a una entidad o persona relacionada con Sijena y que trabaja por su difusión cultural. En este 2025, el galardón ha sido para la Orden de Malta, que gestiona en la actualidad el monasterio y colabora en su restauración y musealizacion.