Un ‘Chinatown’ a las puertas de la gigafactoría de Figueruelas (Zaragoza): el desafío de crear una villa para casi 2.000 trabajadores asiáticos

CATL, Stellantis y Gobierno autonómico estudian diversos emplazamientos próximos al enclave industrial de Figueruelas para acoger el desembarco inédito de operarios llegados desde el lejano Oriente

En Figueruelas hacen memoria estos días de lo vivido hace 45 años con las obras de construcción de la fábrica de coches de GM. Iniciadas en marzo de 1980, supusieron una revolución para el municipio, un hecho que cambió para siempre la idiosincrasia local. El tranquilo pueblo de la ribera del Ebro acogió a cientos de trabajadores llegados de otros puntos de España, sobre todo andaluces, así como un nutrido grupo de ingenieros alemanes. No hubo problemas, fue un ejemplo de hospitalidad y aquello solo trajo riqueza y transformación al municipio, que hoy goza de envidiables servicios, infraestructuras y calidad de vida.

Dos años después iniciaba su actividad la factoría, convertida en el corazón industrial de Aragón. Cuando han pasado ya más de cuatro décadas de aquello, Figueruelas vuelve a ser protagonista de un acontecimiento histórico con un proyecto industrial que situará a la comunidad a la vanguardia de la movilidad. La construcción de la gigafactoría de baterías para vehículos eléctricos, que Stellantis y su socio chino CATL levantará junto a la ya histórica factoría automovilística, supone un hito con ingredientes que lo hacen especial. La mayor singularidad será el desplazamiento masivo de cerca de 2.000 trabajadores del gigante asiático, un operativo sin precedentes que exige resolver retos laborales, legales, logísticos o habitacionales.

Una villa temporal de viviendas prefabricadas

Este último es el mayor desafío de todos. Acoger a tal volumen de personas en unos plazos tan ajustados supone un reto mayúsculo que no es fácil de resolver. Ante la imposibilidad de poder dar una solución al grueso de los desplazados con la construcción convencional, los inversores se decantan por crear un alojamiento a gran escala cerca del emplazamiento de la gigafactoría, una especia de villa temporal formada por viviendas prefabricadas y móviles.

Varias empresas locales especializadas en construcción modular e industrializada han sido consultadas en busca de soluciones y productos que puedan satisfacer esta necesidad. La medida busca proporcionar alojamiento adecuado y cercano al lugar de trabajo, optimizando así la logística diaria de los empleados.

La localización a día de hoy no está decidida, pero el término de Figueruelas es el que tiene más papeletas para ser el elegido. CATL_y Stellantis cuentan ya con propuestas de posibles emplazamientos para levantar este Chinatown rural, que concentraría a la población de origen asiático que llegará para trabajar temporalmente por periodos generalmente de uno o dos años. La magnitud del alojamiento sería tal que esta provisional villa china se situaría por número de residentes entre los 60 municipios más poblados de Aragón.

Las cifras y perfiles de los trabajadores que vendrán

Las compañías chinas tienen experiencia en operativos similares que han desplegado en grandes proyectos en África, pero la incuestionable necesidad de cumplir las normativas y estándares españoles de habitabilidad hace que no puedan replicarse ciertos modelos de campamentos.

CATL ha comunicado inicialmente al Gobierno de Aragón su intención de trasladar a un total 1.847 compatriotas entre este año y el que viene. De ellos, el 86% (1.593) serían operarios de contratas de construcción y montaje de la fábrica y 254 técnicos e ingenieros del propio grupo chino.

Esas son las cifras que hoy maneja la Dirección General de Trabajo de la DGA, según ha podido saber este diario de fuentes de total solvencia. En cualquier caso, el número de desplazados será fluctuante. No llegará un contingente masivo de golpe, sino en fases escalonadas y ajustadas a las necesidades de cada etapa constructiva, con la previsión de alcanzar un pico de alrededor de 2.000 trabajadores en el momento más álgido. Aún no se sabe cuántos vendrán en 2026 o 2027 para afrontar la fase de preparación y lanzamiento de la producción, uno de los puntos más críticos del proyecto.

La localización de la villa china no está decidida, pero el término de Figueruelas es el que más papeletas tiene

La experiencia del personal chino se considera fundamental para garantizar la eficiencia y calidad en la construcción y operación de la planta de acuerdo a los criterios y la tecnología de CATL, que es el mayor fabricante mundial de baterías. A pesar del empleo temporal de un gran volumen de operarios chinos, algo que se considera imprescindible para el lanzamiento de la gigafactoría por su conocimiento y experiencia en esta tecnología, esta nueva industria generará 3.000 empleos fijos y permanentes que serán ocupados mayoritariamente por trabajadores locales.

Ni barracones ni sueldos de miseria

El plan de acogida de este voluminoso contingente de trabajadores asiáticos se articulará al amparo de la Ley de Unidad de Grandes Empresas y Colectivos Estratégicos, que agiliza trámites migratorios y laborales.

Fuentes conocedoras del proceso que se sigue para la acogida de este colectivo aseguran tajantemente que los trabajadores «no vivirán en barracones» ni cobrarán «miserias». «Estamos en Europa y en el siglo XXI. Las administraciones y empresas implicadas velarán por sus derechos», afirman. El convenio de aplicación para los obreros será el convenio de la construcción de Zaragoza, lo que asegura salarios desde 23.000 euros al año, lo que puede suponer hasta el triple de lo que cobrarían en su país.