Comienzan los trabajos previos para rehabilitar las torres del Pilar, que estarán listas en octubre

La Basílica del Pilar inicia una nueva etapa de renovación con el montaje de andamios y la llegada de materiales de acopio

La Basílica del Pilar ha iniciado una nueva etapa de renovación con el montaje de andamios y la llegada de materiales en torno a las torres que miran hacia la plaza del Pilar: la de Nuestra Señora del Pilar y la de Santiago Apóstol. Esta intervención, que comenzará oficialmente la próxima semana, supone una inversión de más de dos millones de euros y se extenderá durante nueve meses, hasta las próximas Fiestas del Pilar.

El portavoz del Cabildo, José Antonio Pérez Calvo, ha detallado en una entrevista a Aragón Radio que este jueves se instalarán las casetas necesarias para cubrir las obras y que el montaje de los andamios será un proceso complejo. «Estas estructuras deben envolver perfectamente las torres”, ha explicado y ha añadido que aunque las torres están en buen estado estructural, los elementos ornamentales de piedra caliza requieren atención debido a las inclemencias del tiempo y el desgaste desde su última rehabilitación en 2008.

Entre las medidas más destacadas del proyecto, diseñado por el arquitecto Javier Ibargüen, se encuentra la colocación de superficies metálicas sobre las cornisas para evitar que la lluvia afecte directamente a las piedras ornamentales, garantizando así una mayor durabilidad de las reparaciones.

Además, se realizarán trabajos en el interior de las torres, incluyendo una limpieza exhaustiva debido a la constante presencia de palomas, así como la instalación de accesos que faciliten su mantenimiento futuro sin necesidad de nuevos andamiajes.

El problema de las palomas, según Pérez Calvo, sigue siendo un reto. Aunque la población de estas aves en Zaragoza ha disminuido en las últimas décadas, las torres y bóvedas de la Basílica son lugares recurrentes para su anidamiento. «Trabajamos con empresas especializadas para tratar de trasladarlas a otros entornos respetando siempre el medio ambiente», ha asegurado el portavoz.

Pese a la magnitud de las obras, no se prevé que afecten significativamente la circulación por la Plaza del Pilar ni las visitas al interior del templo. «Habrá una restricción visual temporal debido a los andamios”, ha afirmado Pérez Calvo, quien ha destacado la colaboración con el Ayuntamiento para minimizar cualquier posible impacto.

Esta rehabilitación marca solo el comienzo de un plan de recuperación integral para la Basílica del Pilar. Tras esta primera fase, se intervendrá en las dos torres orientadas hacia la ribera, y se contempla a futuro abordar la gran cúpula central, que con más de 150 años de antigüedad nunca ha recibido una intervención de envergadura. «Es un reto importante, pero necesario para preservar este emblema de Zaragoza», ha concluido Pérez Calvo.