Demoras en la sanidad privada de Aragón: este es el tiempo de espera

El incremento de los seguros y los problemas para encontrar personal, entre las causas

Las esperas médicas, un mal endémico en la sanidad pública de todas las comunidades de España, también han llegado a la privada. En Aragón, hay especialidades como Dermatología, Neurología u Oftalmología que, en algunos centros privados de Zaragoza capital, acumulan hasta tres meses de demora para una consulta, según ha podido saber este diario. ¿El motivo? Dos serían las causas a tener en cuenta.

Por un lado, el fulgurante incremento en los últimos años de los seguros privados entre la población, especialmente tras la pandemia, que han generado una mayor presión asistencial. Por otro lado, las plantillas de profesionales tampoco son boyantes, con falta de personal en algunas especialidades y problemas para los grupos privados a la hora de realizar contrataciones.

No existen datos de a cuánto ascienden las esperas en la sanidad privada en Aragón, pero EL PERIÓDICO ha testado la opinión de varios asegurados en la comunidad y todos coinciden en una cosa: de un tiempo a esta parte tienen que esperar más para conseguir una cita médica. Es una realidad patente que el propio consejero de Sanidad, José Luis Bancalero, puso sobre la mesa en una entrevista con este diario el mes pasado.

Por poner solo algunos ejemplos. Una paciente zaragozana con seguro médico a través de Adeslas no disponía la semana pasada (a fecha de 14 de noviembre) de ninguna cita en Oftalmología hasta el 20 de febrero de 2025 y en Dermatología su primera opción era el 17 de febrero. Es decir, tres meses de espera. En el caso de Neurología, la consulta se la fijaban para el 17 de enero, mientras que en Neurocirugía (17 de diciembre) y en Ginecología (10 de diciembre) su demora era de un mes.

Las esperas en la capital aragonesa se dan en hospitales privados como Quironsalud, en los centros del Grupo Hospitalario Hernán Cortés o en clínicas como Adeslas, DKV o Sanitas. «El número de pacientes ha subido mucho en los últimos años y tenemos problemas para encontrar profesionales, por lo que sí que notamos mayor presión», explica a este diario Rafael Hernández, consejero delegado del Grupo Hospitalario Hernán Cortés. «En nuestro caso, hemos pasado de tener unas miles de personas con la clínica que teníamos en Hernán Cortés a más de 300.000 consultas al año al abrir los nuevos centros», añade.

Cambio generacional

Hernández reconoce que sufren demoras en especialidades como Dermatología, donde tienen «un mes» de espera, y también en Neurología. «El campo de la Dermatología es muy grande y hay profesionales que ahora optan más por la parte estética y cosmética, lo que hace que sea más difícil reclutar especialistas para la patología tradicional», añade.

Entre las causas de esa falta de personal en la privada, el consejero delegado también alude a un «cambio generacional» en los graduados. «Antes era más habitual que un médico trabajase en la pública y en la privada, pero ahora se prefiere ganar menos dinero y tener más tiempo para la vida personal», argumenta Hernández.

El Grupo HC, que cuenta con un gabinete médico, una clínica privada y el hospital Miraflores, prevé abrir otro en Miralbueno. «Tenemos la licencia y estamos a la espera de temas financieros. No me quiero aventurar a dar fechas para abrir», señala. «La demanda de la sanidad privada en Zaragoza ha crecido y creo que es un modelo necesario, que no hay que valorarlo siempre desde un punto de vista ideológico. El perfil del paciente ha cambiado porque antes se veía a la privada como un complemento a la pública, pero ahora hay más personas que la utilizan como única vía», argumenta.

EL PERIÓDICO ha intentado conocer la opinión de Quirónsalud sobre las esperas médicas en la sanidad privada de Aragón, pero no ha obtenido respuesta.

Respecto a las condiciones laborales, un especialista que trabaja en un centro privado de Zaragoza da la razón al consejero delegado de HC en una cosa: «Se mira más el tiempo libre y no tanto el dinero», expresa a este diario. «Los médicos jóvenes tienen menos interés en la medicina privada de compañías aseguradoras. Igual que pasa en otros sectores, se prima la cultura actual de tener más calidad de vida», señala.

Del mismo modo, y desde su experiencia, apunta que los recursos en la privada distan mucho de la pública. «Los pacientes pagan unas cuotas de seguros que son de broma en algunos casos. ¿Cómo se sostiene? Pagando poco a los médicos y disminuyendo el gasto en personal, con menos enfermería, auxiliares…. El personal en la privada es mucho menor que en la pública», indica.

«Tengo compañeros que acumulan demoras de hasta cuatro meses. Con el ‘boom’ de los seguros de después de la pandemia no se da abasto y esto irá a más», vaticina.